No son los humanos ni los faunos los únicos que poseen alma. Yo, Crescent Rose soy la prueba de eso. Siendo empuñada por mi creadora, Ruby, yo me sentía completa. Ya que su progenitora y la otra perra no le mostraban cariño, yo sentí que nací para protegerla, para luchar a su lado y matar a sus enemigos, en las buenas y en las malas. Por eso cuando no pudimos proteger a sus amigos, cuando Ruby perdió la voluntad de pelear, cuando me rompí y solo pude ver a Ruby usando sus puños para luchar con Salem; sentí que le falle totalmente. Tal vez si hubiera sido una mejor arma, podría haber cambiado las cosas; por eso desde el fondo de mi alma yo tengo un solo y único deseo: tener otra oportunidad para protegerte.