Ser siempre impulsivo nunca lleva a nada bueno. Esto mismo tendrá que aprender nuestro protagonista pero por las malas, al meterse en esta extraña "jerarquía" y empezar su camino siendo un don nadie inmaduro hasta lograr ser un guerrero fuerte, que no se deja llevar por sus impulsos. Pero en su camino se topara con poderosos enemigos como también poderosos aliados que le harán darse cuenta que es mejor pensar que lanzarse a la pelea solo por impulso. También descubrirá que el mundo no es un lugar de color rosa sino que hay tonos grises también.