Eran demasiado jóvenes. Dos adolescentes completamente destruidos, que trataban de sanar uno del otro. Pero eran perfectamente imperfectos. Son demasiado inmaduros para saber amar, pero Alec e Isa solo buscaban aquel rayito de sol, que pudiera salvarlos de aquella tormenta que les perseguía, hasta el día de su muerte