Los árboles se movían tranquilos, nadie se solía adentrar nunca tan adentro del Bosque de los Lamentos. La gente solía tener miedo con solo acercarse, algunos decían que escuchaban ruidos extraños que provenían del interior, gritos de auxilio o incluso la voz del bosque tentándote a entrar. Sea cierto o no, todas las noches sin luna se contaba la misma historia alrededor de la hoguera...