Vol. 2 Después de la muerte de Dumbledore, Draco se ve obligado a someterse bajo el mandato del Señor Tenebroso y a presenciar las muertes de criaturas inocentes. Su deber es proteger a su madre y combatir consigo mismo, acatar órdenes que ni siquiera él mismo aprueba. En su mente permanece el recuerdo de la servil mirada que Hermione le lanzó antes de ser arrastrado por su tía. Era inevitable sentirse atormentado y, aunque intentó olvidarla por su bien, le era totalmente imposible vislumbrar un futuro en el que ella no existiera. Sin embargo, la astucia y la valía de Hermione no se echaron atrás con el comienzo del enfrentamiento. Eso sólo le sirvió para fortalecerse y alimentar el rencor que sentía hacia Draco. Tenía que verle de nuevo, decirle todo lo que hubiese querido decirle aquella trágica noche en Hogwarts. Tenía dos únicos objetivos: enmendar sus errores con Harry y derrocar a los mortífagos a cualquier precio.