Me negaba a aceptar lo que estaba sucediendo. Simplemente no podía. Me acordé de Diego, de su frase. -Tantos siglos, tanto mundo, tanto espacio..y coincidir. Aquellas palabras que en su momento habían carecido de significado para mi ahora recobraban vida. Los ojos se me humedecieron. Pero claro, Las chicas no lloran.