-¡Anda, ven a jugar desconocido!- Y con una carismática sonrisa, el me invito a jugar a ser feliz. Sabia todo de el, pero el no conocía nada de mi. - ¿Quintillizos? que dolor de cabeza. - ¡Y contigo somos sextillizos! después de todo, somos muy parecidos. - No me compares contigo, eso es desagradable.