Capitulo 1

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- Lo lamentamos, uno de sus hijos.. -Suspiro bajo la mirada cristalina de la madre.-, murió mientras dormía.

Cubriendo su boca, dejando que el mar de lagrimas recorriera sus sienes, la mujer se dedico a sollozar bajo los brazos de su marido. La felicidad con la que anunciaba su emoción al querer ver a sus hijos, se esfumo tan pronto como la noticia se le fue dada, con una perdida de apetito y energía.

Tan pronto como la noticia fue comunicada, recorrió de oído en oído por todo el hospital. Era de esperarse, pensaban algunos, no todas tienen la suerte de que todos sus hijos nazcan sanos, hasta torturar los oídos de una madre con el corazón roto. Se culpaba a si misma de no haber cuidado bien de su cuerpo, de no haber seguido las ordenes del doctor, aun cuando no pudo sostenerlo en brazos, sabia que parte de ella se fue con el infante.

Las horas pasaron, al igual que los días y noches donde el tema había desaparecido, no conseguía dejar de culparse a si misma, solo ese día en que tenia al frente suyo a esos pequeños, aquellos que si pudieron vivir a costa de uno de sus hermanos.

Los recibió con besos de cariño, en continuos sollozos los apretaba entre sus brazos. Su corazón quebrado retomo un camino erróneo, pero calmado para su delirante dolor.- Yo solo tuve 5 hijos, solo tuve 5 pequeños niños.-Murmuro entre sus abrazos, bajo la mirada de un entristecido padre que palmeaba la espalda de la mujer.

El corazón de una madre siempre sera débil ante sus pequeños, eso tenia en claro el padre de los ahora, quintillizos.

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En la lejanía del hospital, en unas calles de parentesco espeluznante y lúgubre, pasaba caminando sin preocupación alguna y con una sonrisa de un solo lado; un sujeto de traje con bebe en manos.

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El eco del zapato contra el suelo se escuchaba por un pasillo mal oliente, y desagradable, el edificio estaba abandonado y tenia un mal aspecto, pero de igual modo, al final de ese pasillo una puerta de tono marrón desprendía por debajo una luz que tintineaba.

- Te tengo un regalo.-Replico él sujeto con una egocéntrica voz, una vez al estar enfrente de la puerta, sin dejar su sonrisa chueca se dedico ha abrir la puerta junto con un rechinido que hizo eco por todo el pasillo. Era espeluznante, ni siquiera parecía habitable para alguien.

Pero de igual modo, ahí se encontraba ella; sentada sobre sus piernas en el cemento, con algunos pequeños ratones que corrieron apenas el ruido los espanto. Él sujeto entro jugueteando con el bebe en brazos, sin fijar su mirada en la otra persona el continuo con su jugueteo.- Es un niño, su sonrisa desprende inocencia. Tal como tu querías ¿no? -Dijo mientras se ponía en cuclillas, cerca de aquella mujer de bellas facciones y de un cabello tan oscuro como la noche; su piel tan pálida y daba la imagen de que era de porcelana, su piel estaba llena de moretones y chupetes.

Miraba a todos lados con sus ojos de tono lila, estaba drogada, no tenia conciencia de lo que pasaba y por más que movía sus manos, estas eran detenidas por las cadenas que la tenían unida a esa habitación mal oliente.- Es lindo ¿no? tiene tus mismos ojos..-Esbozo una sonrisa, sujetando de la barbilla a la mujer para que esta fijara su mirada en el.-... Su nombre es Ichimatsu.-No obtuvo una respuesta, solo un balbuceo y un intento de apartar su mano. Chasqueo la lengua con fastidio, retirando su mano para mover la cobija que cubría al infante.- Míralo.-Ordeno con enfado, tomando de nuevo con brusquedad la barbilla de la mujer, le molestaba la falta de interés de la mujer sin importar que estuviera drogada.

La mujer respingo, asustada por el grito y solo alzo su mano temblorienta a las mejillas rechonchas del bebe.- L-indo..Lin-do...-Tartamudeo sin dejar que su cuerpo temblara, dejando escapar esas lagrimas que limpiaban la mugre de su piel, sintiendo lastima y miedo por el pequeño bebe.

- Cuando no estés tan drogada podrás cuidar de el.-Dijo ahora más calmado, retirando su sombrero para dejar en visto; su cabello azabache y con ciertas canas, sus ojos rasgados y de un color oscuro que daban miedo con el simple hecho de verlos, su semblante reflejaba indiferencia hacia la mujer.- Sera nuestro hijo...-Murmuro atrayendo la atención de la mujer, mirándolo con cierto temor. Este esbozo una sonrisa, que hizo encogerse a la mujer.- ¿sabes? es muy calmado, no lloro cuando lo aparte de su familia...-Con una mirada que reflejaba desprecio prosiguió.-, no como tu estúpido hijo. El sera un mejor hijo..-Sentencio mientras pasaba su dedo por las pequeñas manos del bebe, cuyas manos tomaron el dedo como un juguete, riendo con inocencia.- ¿no? Ichimatsu..

La mujer sin decir nada, se dispuso a continuar con la caricia hasta pasar por los cabellos azabache del pequeño, hasta comenzar a llorar sin emitir sonido alguno y sus ojos perdidos a la nada, había perdido su hijo a su pequeño niño, a su familia y ahora condenaba a otro bebe de alguna madre que lloraba la perdida de su hijo. Solo la hacia sentir miserable, quería morir y dejar esa vida donde solo sentía miedo y era atada a una persona que ni amaba.

Pero era obligada a vivir.

- Quiero cargarlo...-Murmuro con una falsa sonrisa, alzando ambas manos para que solo lo depositara en ellos. Él señor la miro sin interés, se quedo pensativo pero solo paso al bebe a sus manos temblorosas sin decir nada. La mujer al tenerlo en brazos, picoteo con cuidado la nariz del niño, o simplemente lo arrullaba entre sus brazos.

Se quedo así unos segundos, en silencio hasta que se paro el hombre de traje, llamando la atención de la mujer. Deslizo su mano por su bolsillo trasero hasta sacar una caja de cigarros y un encendedor.- Uhg..-Coloco el cigarro en sus labios.-...Tendré que soltarte.-Dijo mientras intentaba prender el cigarro, la mirada confundida pero esperanzada de la mujer si fijo en el sujeto.

Al notar la excesiva atención de la mujer, sonrió burlón tras encender el cigarro. Poniéndose en cuclillas de nuevo, espantando a la mujer.- Oh, no es la libertad, no, no, solo cuidaras de él, como su madre.-La señalo con el cigarro, exhalando el humo de su boca.- De igual forma no podrás escapar.-Dijo con un tono molesto, colocándose de nuevo el cigarro entre sus labios y sostener a la mujer de su mandíbula.- Seguirás siendo mía, ¡mía! ¡hasta el día que yo muera! -Grito hasta empujar de un lado el rostro de la mujer, no paso mucho hasta que el hombre dando un último inhalo al cigarro, lo tomo entre sus dedos hasta presionar la punta de este en la pierna de la mujer por pura ira, la idea de que aun pensara en la libertad lo hacia querer marcarla por completo y dejarle en claro la realidad en la que fue atada y eso hacia, una y otra vez, hasta escucharla llorar del dolor, y tirar donde sea el cigarro.

Se paro de su lugar, sin desviar la mirada de la mujer que ahora sostenía al bebe entre sollozos y un temblor en su cuerpo, se coloco el sombrero una vez ya harto de la actitud de la mujer hasta acomodar su saco, y salir de la habitación de un portazo.

Alejando su rostro lloroso del pequeño que ahora comenzaba a arrugar la nariz para empezar a llorar, ladeaba sus brazos en el intento de arrullar al pequeño junto con pequeños susurros para que este no llorara. Fijo su mirada de reojo en la marca del cigarrillo, disminuyendo el meneo hasta unirse al llanto del pequeño. No podía pasar más atada al infierno, y ahora había condenado al pequeño niño a una vida de sufrimiento, apretándolo a su pecho con ligeras caricias en los cabellos del niño.-...Lo sien-to.. tan solo.. qui-ero morir... Lo siento, Ichi.

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⏰ Last updated: Jan 25, 2017 ⏰

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Mi fiel desconocido | OsoIchi |Where stories live. Discover now