11. Un hotel

7.3K 1K 613
                                    

A la mañana siguiente, me levanté de la cama y miré la hora.

Eran las nueve.

En la cocina se escuchaban sonidos. Seguramente era mamá preparando el desayuno.

Me vestí con la misma ropa que usé el día anterior y bajé. En efecto, mamá estaba cocinando huevos con tocino.

—¿A qué hora te vas? —me preguntó mientras me servía café.

—En una hora más o menos.

Mamá asintió y me miró, contenta.

—Llámame cuando llegues, ¿Sí?

—Má, ya tengo veinticuatro. No soy un niño.

Ella se rio. Me encanta verla reír.

—Para mí eres un niño que está a punto de irse a vivir con su pareja. Ah, por cierto... —mamá se puso de pie y caminó hacia el horno —Hice galletas para vosotros.

—Le van a encantar. Gracias, má.

Levanté los platos del desayuno y ayudé a mamá a lavarlos. Seguido de eso, llamé un taxi y comencé a bajar mis maletas al vestíbulo de la casa de mamá.

Me esperaba un trayecto corto que aproveché para terminar de recordar el "último" número de mi lista.

⇆ㅤ◁ㅤ ❚❚ㅤ ▷ㅤ↻

A la semana siguiente que sucedió mi encuentro con Dalu, terminé con Yi Xuan. Esta vez no fue porque me sintiera mal por lo sucedido con Zhan, sino que ocurrió casi lo mismo que con Wen Han: me faltaba versatilidad.

Intenté por un tiempo pedirle a Yi Xuan ser el de arriba y en todas se negó. Era más alto que yo por tres simples centímetros y decía que no me creía capaz de soportar ser el de arriba. Lo mandé a la mierda cuando me dijo eso.

También, esa misma semana, decidí renunciar al trabajo.

Tenía la mayoría de mis salarios ahorrados y sentí que con ellos podría ayudar a mamá durante una buena temporada.

Xiao Zhan, cuando se enteró de mi renuncia, me vino a buscar a casa y exigió saber por qué lo había hecho.

No me sentí con ganas de darle explicaciones, mucho menos porque el alejarme de él era mi primer motivo.

Hablamos de temas casuales y antes de marcharse, Xiao Zhan me invitó a una cita.

—¿Cita? —él asintió, sonriente.

—Hay una exposición de figurillas de Lego muy cerca de la universidad, pensaba que quizá... Podríamos ir.

Xiao Zhan conocía mis gustos y sabía que yo no podía decir que no. Pero eso sólo lo creyó, porque después yo le respondí:

—No podré estos días. Lo siento.

Luego me metí a casa.

Me insistió por varios días una cita diferente y a todas le inventaba un pretexto distinto.

Comenzaba a darme risa que cada mañana amanecía con mensajes de Xiao Zhan preguntándome cómo estaba o que haría saliendo de la universidad.

Fueron dos semanas que duramos así. Hasta que una tarde, llegó a casa con tápers de comida.

—Mamá recién llegó de provincia. Ha traído un montón de comida que me ha pedido traerte.

—No sé por qué no te creo —le dije mirando las bolsas transparentes.

Hagámoslo en... [YiZhan/ZhanYi/Versátil]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora