❦𝕷𝖔𝖛𝖊❦ 𝑭𝒓𝒆𝒅 𝒚 𝑮𝒆𝒐𝒓𝒈𝒆 𝑾𝒆𝒂𝒔𝒍𝒆𝒚

𝑻𝒉𝒊𝒓𝒕𝒚 𝒚 𝒂 𝒎𝒐𝒓𝒊𝒓

Neferet estaba sentada en la orilla de el lago, el frío estaba empezando, ese día era salida a Hogsmade, Laila dijo que iba a pelear con alguien y la abandonó. Los gemelos estaban con la misma chica y le seguían llegando cartas. Estaba ahí por que había visto algo, que no quería para nada. No quería recordarlo. Miro a Fred caminar para ahí y ella se sentó más a el árbol
-Que haces aquí? Tarde 5 minutos en llegar aquí y estás muy lejos de Hogwarts además de qué hay un asesino suelto-Neferet frunció el ceño
-Ustedes dijeron que estarían conmigo aún si las chicas empezaban a quererlos-dijo, Fred se sentó a su lado riendo
-Neferet hemos estado contigo y Melanie solo nos cuenta chistes, pensamos que era mejor darle tiempo a ti y a Laila para no se... hacer cosas de chicas?-
-Fred se la Han pasado tanto tiempo con ella que... no se han dado cuenta-murmuro muy bajo lo último-Ustedes se supone que... son mis novios se supone que uno tiene que ser fiel y no besarse con alguien más-
-Eso fue George-se defendió
-Los he visto besarse con ella Fred y si tanto ya no quieren estar conmigo pueden irse con la primera chica que solo les importe por ser populares, divertidos y guapos-Neferet se levantó enojada, sus puños cerraban con fuerza sobre sus palmas dañándolas-Tan solo recuerda quien les dio su toque-sacó el mapa del merodeador y se lo entregó, luego empezó a correr hacia el castillo
-Neferet-gritó Fred empezando a levantarse-Neferet espera!-Fred empezaba a seguirla, ella no quería nada con ellos. Le habían prometido desde segundo año que estarían con ella, siempre y por siempre, pero estaban con ella, que tenía ella que Neferet no? Por que de repente todo estaba en su contra? Que hizo para merecer eso? Neferet llegó a el colegio y tomó la primera manija encerrándose ahí. La puerta trataba de abrirse pero estaba cerrada.
Empezó a sollozar, díganle dramática o lo que sea, pero su vida se estaba haciendo en contra suya y no era muy bonito de sentir. Jugó con el suelo y una piedra que estaba por ahí.

-Hey Fred-Melanie había llegado, Fred estaba recargado en una puerta-Vienes? Iré a la cena de el gran comedor, preparé este chocolate para ti-se lo entrego, Fred comenzó a comerlo y pronto se separó de la puerta abrazando por los hombros a Melanie.

Neferet estaba aún dentro. Su estómago rugía y tenía sueño, el salón se había quedado a oscuras y la verdad no le importaba lo más mínimo
Soy tan estupida, los amores de escuela nunca han vivido toda la vida
Pensaba Neferet. Su corazón se sentía apretado y sus ojos habían dejado de sacar lágrimas, estaba decepcionada deprimida y tenía miedo. Una nota le volvió a llegar desde sabe donde
Sal de donde estás pequeña Zorra, triste? Sabias que eras una inútil y nunca llegarías a tanto con ello, tan inocente y tonta. Púdrete y aviéntate a un acantilado. Harás favor a todos.
Venía además con una imagen, La tal chica besando a Fred, le lanzó un hechizo de fuego y ambas se quemaron.
Tenía razón. La habían remplazado. Su amiga ya no le quería cerca y todos se burlaban de ella, los gemelos no la querían, ni la amaban y tampoco la tenían cerca. Quería morir tal como ella decía. Su batalla había terminado y sus soldados se habían rendido. El rey fue encarcelado y mutilado frente a todos. Su toque de alegria se había ido hace semanas. Se sentía débil por caer tan fácil y rápido, tonta por no haberlo pensado e inútil. Muy inútil, tomó la roca con la que había jugado, miro el filo en ella y su mente se dijo a sí misma por última vez que tenía que ser fuerte, ella no quería morir y todo iba a salir a la luz. Pero se rindió, se dejó vencer y meterse todas las ideas
-Por que no soy feliz?-se preguntó la roca presionó en su piel, siendo castigada por sí misma por el dolor de ella misma, la movió hacia el otro lado de el brazo y la soltó siseando de dolor, pero no le ardía como creía, sentía que una parte estaba liberada, perdonada y cumplía lo que hacía. Quería atención. Quería que se dieran cuenta lo que sufría. Quería de vuelta los cariños de las personas. Quería sonreir a la vida y quería que alguien se diera cuenta de que se estaba llendo. Una alarma surgió pero no le importo, volvió a tomar la piedra y volvió a cortarse, el frío aumentó de gran manera pero seguía igual, quería a su madre abrazandola y consolándola. De vuelta a su brazo ya tenía tres largos cortes. Ella había matado a su madre por su estupida existencia. La fuerza de sus brazos se perdió, sangraba si y perdía sangre, la perdía y se sentía dormida. Cansada o agotada. Sus ojos pesaban y sentía su corazón latir lentamente, bombeando más sangre para que no le pasara nada, pero no había comido o bebido en todo el día por lo que no había con que hacer más sangre. Se dijo a sí misma dormirse un rato. En lo que el sol salía.