Capítulo 8 • Azul Francia

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Narra Katherine

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Narra Katherine

—Buenos días Kat —saluda mi jefe y le sonrió. Algo que me gustaba era trabajar, de hecho nunca quería estar en mi casa ya que todo me recordaba a que ellos no estaban. Él sabía acerca del accidente, era uno de los pocos que sabía y aún así nunca preguntaba nada. Quizá porque sabía que escapaba de la realidad.

—Buenos días —devolví el saludo y él se dirigió hacía la parte trasera observé su recorrido y mi mirada cayó sobre una camioneta doble cabina color Azul Francia. Aún faltaban demasiadas partes para lograr terminar de repararla, tenía miedo de nuevamente cuando la este por terminar de destruirla por el simple hecho de que traía recuerdos y los estaba odiando cada uno de ellos, solo me hacían anhelar algo que ya no estaba con vida.

—Por más que lo tapes con maquillaje no lo ocultas completamente —hablaron distrayendo mis pensamientos, mire al propietario de la voz el cual se trataba de Rafael

—Rafa —salude a mi compañero de trabajo y este sonrió

—¿Cómo has estado? —pregunta y le sonrió

—Bien, ¿Y tú? —este se acerca tomándome por sorpresa y observa mis ojos fijamente, corro la mirada y él sonríe divertido

—No puedes mentirme, no has estado durmiendo —bufa y me fulmina con la mirada—, en realidad no sabes mentirme —levanta su mano como si lo acabara de decir fuera un gran descubrimiento a lo cual ruedo los ojos exasperada

—Cree lo que quieras Rafael —respondo y mis ojos pasan rápidamente por aquella camioneta y poso la vista en el auto que tocaba arreglar

—No entiendo para que la arreglas si luego la destruyes —habla mientras observa fijamente la dicha camioneta y apoyo la llave que acabo de tomar en la mesa ocasionando un leve sonido el cual suena de manera brusca

—Creo que este auto no necesitará está llave —pronuncio lentamente

—Aquí señoras y señores Katherine Coya cambiando de tema desde julio 1999 —dice y lo miro mal, este queda pensando algo y vuelve a hablar—. Ya estás vieja Kat —lo miro con una ceja levantada

—Cállate Hernández, tu eres dos años menor que yo. No sé de qué te quejas pequeño —le guiño el ojo y continúo buscando la dichosa llave, al mirarlo nuevamente él se encuentra mirando la pared—, ¿y ahora? —pregunto

—Es que estoy procesando que me guiñaste el ojo y que dijiste que soy dos años menor cuando solo nos llevamos un año —explica y río

—¿En serio? —este asiente y río aún más—. ¿No qué tenías 18? —pregunto y él niega—, ¿desde cuándo?

—Desde que los cumplí —explica y yo bufo

—Ya lo sé tonto, pero ¿qué día? —este sonríe de manera inocente

—El 8 de febrero —responde orgulloso y yo asiento

—Ayudame que esto no se arregla solo, dijeron que estaba roto el carburador —le explico y él se acerca a ayudarme

~Día Jueves~

Acomodo mi peluca para que quedé de manera arreglada en una coleta alta, agarró la mochila y comienzo a caminar con rumbo a la dicha escuela de idiomas la cual me había comentado Efraín.

Salgo del departamento, el día se encuentra nublado, por suerte había guardado mi paraguas en la mochila. Las calles se hacen largas hacía dicho lugar

—Hola —saludo cuando llego al lugar, la recepcionista me sonríe abiertamente

—Hola, buenas tardes —habla y asiento con la cabeza

—¿Me podría decir si Efraín Di'Angelo se encuentra aquí? —le pregunto y ella me señala hacía una puerta—, gracias —sonrió amable—. ¿Dónde será? —digo para mi misma y logro ver que tres grandes puertas se encuentran en aquel pasillo—. Estoy jodida —hablo al aire y una chica me observa confundida y divertida a la vez

—¿Tú eres...? —pregunta

—Ka... Milena Silas, un gusto —casi me arruinaba sola, mala idea ir a trabajar con Rafa que todo el tiempo decía Katherine, la chica me observa confundida, pero luego mueve su cabeza como ignorando el hecho de que casi le digo mi verdadera identidad

—Giuliana Kurt, también es un gusto Milena ¿Buscabas algo? —agradecía el hecho de que no había prestado atención cuando me equivoqué

—Sí, ¿sabes cuál es el salón de Italiano? —dicho esto ella señala la segunda puerta, miro la hora 16:40 marcaba el reloj, llegaba 10 minutos tarde—, gracias —agradezco y entro, allí se encuentra Efraín sentado observando unos papeles

—Oh, hola —saluda y asiento

—Perdón por la tardanza, me perdí —él deja escapar una pequeña risa y lo observo mal

—Perdón, perdón —levanta sus manos a modo de indefenso y ruedo los ojos—. No pensé que serías así —habla de repente y lo miro extrañada

—¿Eh? ¿Cómo así? —me atrevo a preguntar

—De las personas que ríen —explica y sonríe de manera tierna, miro hacia la ventana que está del lado izquierdo del lugar mientras me acerco. Aún estábamos en el primer piso

—¿Qué es lo básico que debería saber? —pregunto cambiando de tema y él ríe

—Así que eres de las que cambian el tema fácilmente, me agradas Milena —toma nuevamente sus hojas que antes miraba atentamente y lo miro con una ceja levantada

Ya cállate y enséñame —dice mi mente y él comienza a explicar

¡Hola! Lo quería subir para Navidad, en forma de dos capítulos por Navidad, pero no pude :(

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¡Hola! Lo quería subir para Navidad, en forma de dos capítulos por Navidad, pero no pude :(

¿Cómo lo pasaron?

Quería preguntarles algo en lo cual estoy dudosa, ¿les gustaría que narre Efraín también?

Espero les guste, nos leemos pronto 💜

Espero les guste, nos leemos pronto 💜

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En Un Mes Creerás En Él. [EUMCEE1]©Where stories live. Discover now