En Un Mes Creerás En Él. [EUMCEE1]©

Capítulo 31 • ¿Con quién?

Narra Efraín

—Hablé con él —dijo y fruncí el ceño

—¿Con quién? —pregunte totalmente confundido mientras revolvía el café

—¡Con él! —repitió como si fuera de manera obvia

—Kat, yo solo quiero decirte que tardo en entender las cosas un buen rato, yo te digo porque luego me acusan de lento y la verdad es que si lo soy, pero duele que me lo digan —toque mi corazón, dramatizando y le deje el café frente a ella, ella río a la vez que rodaba los ojos

—Hablé con Dios —la mire sorprendido. Sus palabras habían salido de manera apresuradas y casi no había podido entenderla

—¡Eso es genial! —grité y ella suspiro— ¿Cómo te sientes?

—Me siento... diferente —movió su pie, con la mirada perdida

—¿Y eso es bueno? —observe curioso y me senté frente a ella con mi café

—Siendo sincera... No lo sé —me miro y en sus ojos había algo diferente y le sonreí

—Te ves diferente —dije y ella sonrió, está vez su sonrisa era real—. Entonces, señorita Katherine, ¿qué tiene pensado hacer hoy?

—Siéndole sincera señorito Efraín, aún no me he decidido si pasear en mi carruaje o ir a la mansión de mis abuelos, pero con está vestimenta inadecuada no podré hacer ninguna —ambos comenzamos a reír

—Has leído muchos libros de época —comento y asiente

—Mamá amaba los libros y películas de época, era algo muy normal estar viendo Orgullo y Prejuicio, Emma, La viajera del tiempo y muchas más, podría decirse que hasta me sé los diálogos —me guiña un ojo y yo la miro sonriente, nunca la había visto de esa manera... tan libre, feliz, real... tan ella, me gustaba verla así—. ¿Qué? ¿Qué tengo? —se movió incomoda a la vez que sacaba su celular del bolsillo del pantalón

—Nada —moví la cabeza sonriente y ella miro curiosa

—Mentiroso —bufo y yo reí

—En serio no es nada

—Es malo mentir... —dijo de manera acusadora

—Es solo que me gusta...

—¿Eh? —pregunto abriendo los ojos muy grandes

—O sea verte así... —Efraín creo que la estas embarrando más, me dije a mi mismo ¿por qué tenías que preguntar Kat?—. Es decir —aclaré mi garganta—, me gusta verte feliz, te ves muy diferente y real... Eso me gusta —mi cara ardía, sabía que estaba como un tómate en estos momentos fingí mis cordones se desataron y me agache para ocultar mi rostro, cuando la mire ella tenía lágrimas en sus ojos

—Gracias —dijo con una sonrisa tan amplia, como cuando a un niño le regalan lo que pidió por mucho tiempo, como cuando cumplís algo que tanto soñaste, como cuando sonreís después de tanto dolor, así; y creo que incluso aún su sonrisa era más grande.

—No hay de que —hable mientras miraba el suelo sonriendo, quizá no había estado con Kat cuando empezó a ocurrir todo lo malo, pero era asombroso verla así. Era lo mejor y mi corazón se encontraba acelerado por dentro solo repetía "Gracias Dios" porque sí, él lo había hecho. Me encontraba feliz y con unas ganas inmensas de llorar, pero de alegría. Al fin y al cabo Katherine Coya había comenzado a creer.