Capítulo 16

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"...It's just another night

And I'm staring at the moon

So I saw a shooting star and thought of you..."


- ¿Estás nervioso no? – pregunté sin mirarlo con la mirada firme en la autopista –

- ¿Cuántas veces me lo vas a preguntar y cuántas veces te voy a decir que no? – lo miré de costado y estaba mordiéndose el labio – Basta – me miró y se río –

- Pero, ¿ni un poquito? – insistí y negó con la cabeza –

- Si querés te digo que sí así te pones contenta – levanté mis hombros y sonreí –

- Vos sabes que ahora sos mi "novio" – use comillas y reímos juntos –

- Es una nena – me miró - ¿Qué le íbamos a decir? ¿Qué no? – negué con la cabeza –

- Le hubiésemos partido el corazón – dije segura con la vista al frente –

- ¿Vos querés ser mi novia? – sonreí de costado. Me lo estaba proponiendo de una forma muy suya y eso me volvía loca de amor –

- Si, puede ser – le contesté sin mirarlo y asintió con una sonrisa al frente –

Estacioné en la entrada de la casa de mis papás. Quizá durante todos los días que siguieron después de confirmar el asado familiar, la que estaba nerviosa era yo, pero no estaba en mis planes admitirlo, menos delante de él. Él bajó con la tranquilidad que lo caracterizaba y agarró las dos botellas de vino que había comprado en manera de agradecimiento. Inhalé aire, en secreto y toqué la puerta. A los pocos segundos mi mamá ya se encontraba abrazada a Peter. Mi papá se asomó y cuando cruzaron miradas, los dos sonrieron y se abrazaron también. Todo iba bien. Él le entregó los vinos y entramos juntos de la mano. Adentro esperaba mi hermano, que también sonrió y negó con la cabeza cuando se acercó a saludarlo, se abrazaron un rato largo y riéron, acercó a Beltrán para que lo conociera y mi sobrino imitó a su papá cuando le sonrió a ese desconocido de barba larga y media cola. Me acomode en la mesa y él, se manejó como siempre lo hizo por la casa de mis papás, con libertad. Lo vi ir a la parrilla con mi hermano y mi papá y yo me quedé con el resto de las mujeres en la mesa. Charlamos como si lo que estaba ocurriendo, en verdad no pasaba. Al rato el timbre sonó, el bebé lloró y entró Santino con mi hermana y su futuro marido. Nos saludamos entre todos y Ana le presentó a su novio y él, como siempre, fue extremadamente cordial y educado. Se presentó como si fuera un desconocido para el resto, pero era más parte de la familia que cualquier otro.

- ¿Está rico? – le pregunté por lo bajo y asintió. Apoyó su mano en mi pierna y con la otra agarró la copa de vino - ¿Seguro? ¿Estás bien? –

- ¿Todavía no te calmaste? – me miró y sonrió –

- Ey – reí y lo hice fuerte y llamé la atención de toda la mesa –

- ¿De qué se ríen? – Patricio nos miró cómplice –

- Tu hermana está demasiado preocupada y nerviosa todavía – golpeé con mi mano su brazo y río – Y no solo eso – estaba completamente distendido – necesita que yo esté nervioso para sentirse mejor

- Ay – lo fulminé – que malo – río y dejó un beso en mi cabeza – Solo le pregunté si estaba rico el asado – revoleé los ojos –

- Bueno, parece que sí, porque mirá su plato – comentó mi mamá y reímos todos –

Fue mi papá quien levantó la mesa y solamente dejó los vasos y las copas. Mi mamá fue detrás de él para sacar del freezer el helado que sería nuestro postre. Cuando ofreció para servir, lo miró a Peter y solo se limitó a decir "Te compré lo que siempre pedías, espero que te siga gustando" sonreí y lo miré, sus ojos se iluminaron de alguna manera, era el detalle, era volver a estar rodeados de personas que nos querían y nos cuidaban. Sí, tramontana y su sonrisa fue la de aquel Peter de 16 años que venía a dormir a mi casa. Le regalo una sonrisa hermosa a mi mamá y ella también a él.

DestinadosWhere stories live. Discover now