Capítulo 2: Dame otro trago

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Joseph

El alcohol no ayuda a detener los pensamientos autodestructivos que pasan por mi mente, cada que llega a mí el recuerdo de mi amada Delina.

¿Por qué vuelves a dejarme solo con todo este amor?

¿Por qué vuelves a escapar de mí?

¿Por qué no puedo solo amarte como mereces?

Marco Vallarta nos hizo mucho daño con sus mentiras para mantenerla a su lado, pero eso acabó, no hay nada ni nadie que nos pueda separar, pero ella decidió marcharse. Tomo un sorbo del whiskey que me hace compañía y lo estrello en la barra.

─Dame otro trago─ le digo al cantinero, soy sólo un pobre imbécil enamorado que se bebe la vida para soportar la idea de que no puede tener todo lo que quiere, amor, su hijo y formar esa familia por la que ha luchado por construir. Me enamore de Delina Mussiel de la manera más singular y casual que pueda existir, una noche de sexo sin compromiso que se convirtió en mi razón para sobrevivir. La forma en que envuelve su mirar, la suavidad de su piel, sus inseguridades, sus demonios, todo lo que forma parte para complementar, a mis ojos, la mujer más maravillosa que he conocido. Es esa diosa que no puedo tener por más que lo intente o me esfuerce por encontrarla, siempre desaparecerá de mis brazos.

Siento que una mano toca mi espalda, pero no me importa, sólo quiero estar solo lejos de la lástima ajena.

─Hermano, acompáñame a casa ya van a cerrar el bar

─¿A qué casa? Porque lo único que tengo es un jodido infierno Nicolás─ apenas puedo pronunciar las palabras.

─Estas muy ebrio, es hora de irnos

─ ¡No quiero! ¡Déjame sólo!

─¡No lo haré! Te estas matando hermano, ¿Qué no lo ves?

─Eso quiero y entre más rápido sea menos doloroso será.

─Les estas provocando un gran dolor a nuestros padres Joe, ¿ellos te importan?

─Nicolás. Sin la mujer y mi hijo que tanto amo, me vale un carajo lo demás.

─Estas siendo un egoísta con todos a los que, si nos importas, pero te prometo que, si pones algo de tu parte, te ayudaremos a buscar a Delina

─No importa todo lo que haga, ella siempre desaparece.

─ ¿Quieres traerla junto a ti nuevamente?

─Daría mi vida si eso fuera necesario, hermano

─ ¡Entonces sal de este puto bar ahora! ─ escucho muy lejos la voz de Nicolás, siento como dos personas me ayudan a ponerme de pie, pero mi pantalón se humedece y la vergüenza se apropia de mi mente. No paro de reír, no tengo fuerza en las piernas, un hormigueo pasa por mi espina dorsal y sacarme del bar se convierte en un juego muy divertido.

Delina

Recuesto a Dylan en su cuna, es un bebe muy inquieto, pero cuando duerme extraño sus movimientos, sus travesuras y esa mirada que derrite al más frio. Mi hijo es todo a lo que me he aferrado todo este tiempo que he estado lejos.

Extraño a mi antigua vida...

Donde podía caminar por las calles de Miami sin temor a ser encontrada por Joseph, las personas no me reconocían en la calle y mi entorno no era un desastre. El escándalo mediático en redes sociales fue muy destructivo para mí, todo el mundo sin saber la historia real se atrevió a juzgarme por huir de la boda con Marco. Lo merecía, pero no supe cómo actuar y decidí escapar, aunque no volviera a ver a mi amor.

Todo lo que pasamos es como si de una novela se tratase, mentiras, manipulaciones, engaños, ha sido una mierda nuestra incansable historia de amor. Estoy harta de que las personas sientan que tengan el derecho de dar su opinión de una historia que no les pertenece, de tomar partidos y defender a quien no lo merece. Mi decisión de intentar desaparecer de la vida de Joseph fue para centrarme en mi hijo, mi carrera y tratar de recuperar mi salud mental. Pero no sé si eso último se esté logrando, pues cada vez es más difícil tener que disfrazarme para no ser reconocida.

Aun no logro olvidar a Joseph y menos cuando el rostro de mi bebe es su viva imagen. Es lo único que me queda de él, pero no puedo evitar sentirme triste, vacía y seca sin sus brazos protectores, su aroma embriagante, sin su dulce mirar.

Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos. Veo por el visor para ver de quien se trata.

¡Es Liana!

Sigue tocando, pero no procedo abrir, esto no es normal, no puedo confiar en ella después de todo lo que fue capaz de hacerme.

─ ¡Delina, sé que estás ahí! ¡Abre tengo algo muy importante que decirte!

─ ¡No abriré después de todo lo que hiciste! ¡Ya dejé a Joseph libre, no tienes nada que hacer aquí!

─Es exactamente por lo que vine, Joseph se encuentra muy mal─ eso último me dejó helada, pero no puedo creer en ella-

─Delina, él está muy grave en el hospital probablemente muera en poco tiempo, tienes que despedirte de él─ ¿Joseph a pocas horas de morir? No puedo creerlo, pero si es verdad no me lo perdonaría no estar en sus últimos momentos. Decido abrir la puerta.

─ ¿Qué fue lo que le paso?

─Sufrió una intoxicación alcohólica, desde tu desaparición Joseph no fue el mismo, estuvo muy deprimido, trato de buscarte por todo Miami hasta que se rindió y comenzó a beber en exceso.

─ ¿Por qué no trataron de ayudarlo?

─Lo intentamos, pero él no ayudaba mucho, Delina todo esto ya se salió de control, tienes que volver y hacerle frente a tu pasado.

─Tu eres la menos indicada para hablar sobre hacerse responsable de sus actos, pero volveré por Joseph, sólo por eso ¡ay no puedo creerlo! ─ entro a casa recoger algunas cosas para el viaje. Tomo a mi bebe en brazos, la niñera me acompaña a donde vaya para ayudarme a cuidar a Dylan.

─Señora, ¿pongo las cosas del bebe en su auto?

─No, Delina vamos en mi auto, yo las llevo más rápido, sé que es difícil confiar en mí, pero esto es un problema muy serio.

─Espero no arrepentirme Liana─ nos montamos en su auto rumbo a Miami nuevamente.

Joseph no puedes irte, no ahora, por favor espérame mi amor...

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Ámame Como Tu QuierasWhere stories live. Discover now