Capítulo 4: Los recuerdos suelen quemar

193 4 1
                                    


Joseph corre lo más rápido que puede para alcanzarme pero me encierro en el auto con seguro mientras sostengo a mi hijo en brazos. Tiene miedo, no para de llorar pero no puedo tratar de calmarlo cuando estoy al borde de mis sentimientos. Quiero conducir de regreso a casa, pero no puedo solo colocarle el cinturón de seguridad a Dylan, ni siquiera puedo conducir con las manos temblorosas mientras las lágrimas irritan mi visión. Solo no puedo dejar de llorar, Joseph cree que me iré de nuevo, me implora que baje del auto, está llorando junto a mi sin saber qué es lo que sucede preguntándose cuál fue la razón para que haya reaccionado de esa manera. ¿Qué fue lo que provocó todo esto? ¿Por qué estoy reaccionando así? ¿Por qué todos esperan a una distancia prudente para no alterarme y arrancar el auto?

Me aferro a mi niño como puedo, no quiero soltarlo, no quiero ponerlo en peligro, no quiero que sufra ningún trauma en su niñez como me pasó a mí. Esas manos sucias y gruesas, la mirada penetrante, la mandíbula endurecida...

¡No quiero volver a verlo!

¡No quiero hacerle daño a nadie como me lo hicieron a mí!

El amor de mi vida se encuentra hincado frente a la puerta del auto implorando que salga para ayudar a calmarme y termino por rendirme, necesito ayuda para salir de esta crisis de ansiedad. Bajo el vidrio de la ventana lentamente entregándole a mi hijo asustado, se lo pasa a Nicholas para que se encargue de tranquilizarlo. Joseph entra en el lado del copiloto, no sabe si sería correcto tocar alguna parte de mi cuerpo puedo sentir su miedo a mi reacción y eso me provoca ganas de vomitar.

─ Es mi padre, Joe─ le extiendo mi mano para que la sostenga y me de fuerzas para poder contarlo.

─Nunca hemos hablado de ello─ menciona.

─Nunca nos tomamos el tiempo para conocernos mejor─ le regalo media sonrisa─ me sostengo en sus brazos, solo quiero sentirme protegida y amada por él, me desmorono para convertirme en aquella niña pequeña que lo perdió todo.

No todo el tiempo he sido querida por tantas personas en mi vida. Cuando era niña adoraba obtener buenas notas en cada materia que me asignaban, pero eso no era agradable para algunos de mis compañeros y no desperdiciaban ningún momento para restregármelo en la cara excluyéndome de los grupos de amigos que suelen hacerse a los diez años. Un dia común donde las burlas hacia mi cuerpo infantil eran pan de cada dia, regreso a casa esperando con ansias que mi padre no estuviera ahí, pero para mí mala suerte, su auto se encontraba a fuera. Suspiro profundamente antes de entrar, mi madre se encontraba cocinando la comida mientras mi padre se encontraba leyendo el periódico para buscar un nuevo trabajo. Observo como juega con sus muñecas mi hermana menor Carmen quien se encuentra un tanto despeinada, me acerco para trenzarle su hermoso cabello negro brillante, de pronto escucho escuchamos gritos en la sala. Nuestro progenitor toma del cuello a mi hermano mayor Gabriel, lo insulta, le reclama su existencia en el mundo por no haber juntado el dinero que le ordenó trabajando limpiando autos. Después de golpearlo varias veces en el rostro ya ensangrentado, mi hermano se levanta y sale furioso de la casa.

Carmen oculta su rostro en mi cuerpo, trato de calmarla en silencio para no llamar la atención de mi padre. Mi madre le sirve la comida en la mesa, caliente como a él le gusta, pero ese dia se encontraba demasiado furioso para como para comer comida a esa temperatura. Se levanta furioso para tirar el plato sobre los pies de mi madre, comienza a asfixiarla contra la mesa. En ese momento no me importó acurrucar a mi hermana y le regalo una escena del terror. Con una escoba lo golpeo en su enorme espalda para que deje de hacerle daño a mi madre. Pero este me toma del cabello para azotarme contra la pared, mi hermanita en un intento desesperado por parar la situación le pide a mi padre que pare, pero solo recibe una patada en el estómago. La niña solo se coloca en posición fetal para llorar mientras que el señor que me dio la vida seguía golpeando brutalmente a nuestra madre.

A como puedo salgo para pedir ayuda con nuestros vecinos, pero estos ya habían llamado a la policía. Después todo se tornó muy rápido. Encontraron a la mujer que nos trajo al mundo sin pulso, arrestaron al que se hace llamar "padre" por violencia doméstica y homicidio en primer grado. Escuche que llamarían a servicios infantiles, eso me dio mucho terror porque ya había escuchado lo mal que trataban a los niños en ese tipo de lugares. En mi mente traté de despedirme de mi hermanita ya que a ella se la habían llevado al hospital de emergencia, hui de ese lugar lo más rápido que pude. Nunca pudieron encontrarme, viví un tiempo en las calles hasta que un día conocí a los padres de Becky quienes se ofrecieron a ser mis tutores para que pudiera tener acceso a la educación. Y esa es la razón por la cual no tengo familia consanguínea en el mundo.

Al escuchar lo anterior se rompe a llorar en mis brazos en silencio, soy yo la que trata de tranquilizarlo, para mi esa historia había quedado enterrada en mi pasado, pero al ver a ese hombre tan parecido a mi padre los recuerdos volvieron a clavarse en mi pecho como cuchillos filosos deseosos de verme sangrar.

Ámame Como Tu QuierasWhere stories live. Discover now