CAOS -Katsudeku-Omegaverse-

Amigo...

Todos volvemos a nuestros puestos lentamente, el ambiente pronto vuelve a ser el mismo, gracias a Momo.

Las horas pasan entre el arduo trabajo y mi falta de alimentos, al terminar nuestra jornada de nuevo siento que ya no puedo más, pero antes de pensar en huir a casa, veo a Denki emocionado a mi lado.

—¿Nos vamos Izu?

—Vamos... solo una cerveza ¿entiendes? — Lo veo asentir con su cabeza, aunque no sé a quien engaño, estoy tan seguro que usaré el dinero de mi comida para beber hasta olvidar los sueños de mi pasado.

Pensé en llamar Aizawa, pero no quise que pensara que llevaba a la inocente alma de Denki al matadero. Ambos subimos al tren para poder llegar, entre tanta gente apretujados al menos no se sentía el frío de la noche, esta vez no me he vestido como usualmente hago para ir al bar, he llegado temprano. En la entrada le piden su identificación a Denki, él le demuestra al guardia que tiene casi mi misma edad. Las luces lo distraían así que tomé su mano para caminar a la barra, Mineta intentó flirtear con él, pero un par de gruñidos de mi parte lo alejaron de mi amigo.

—Dos cervezas tonto y deja de devorarlo con la mirada o te morderé— El pelimorado corrió a traerlas y luego de eso dejó de verle el trasero a Denki como el depravado que es. El rubio la probó, sus muecas de asco me hicieron reír de verdad, quizás no era tan malo pasar el rato con un igual.

Denki me ha contado, sus padres murieron en un accidente, la casera lo sacó de su casa al no poder pagar la renta y ha parado como yo, solo y alquilando un cuarto pequeño con el pobre salario que se gana en esa fábrica de textiles, una de las únicas que nos da la oportunidad de ganar dinero -aunque nos exploten-.

Después de la primera cerveza ya no le vi hacerle muecas a la segunda. Yo encendí un cigarro para no beber tan rápido como lo haría si estuviera solo. La música suena muy bien esta noche, pero no estoy seguro si Denki sabe bailar.

—¡Vamos a bailar Izu! — grita emocionado mientras me arrastra con él, debo decir que, si siempre es alegre, con dos cervezas se convierte en un rayo de luz que brilla hermoso con esa sonrisa en su rostro. En la pista por primera vez bailo por diversión, no trato de seducir a nadie, me siento extraño de no hacerlo, pronto nos rodean algunos alfas a los que estoy seguro que ya he visto antes... en una cama.

Me preocupa que traten de hacerle algo a Denki, él no es igual a mí, él aún tiene el cuello limpio, aún puede encontrar el amor.

Se acerca el primero, decido entrometerme para que no le toque el trasero, escuché su gruñido de molestia, pero igual comienza a tocarme, Denki no se da cuenta, está bailando feliz al ritmo de la música estridente que estoy acostumbrado a escuchar cada noche. Otro alfa trata de acercarse, pero lo alejo, este también me gruñe, la situación comienza asustarme, en lugar de pelear los dos alfas parecen llegar a un acuerdo con la mirada.

—Vamos omega protituto, a ti ya te probamos, déjanos probarlo a él— Ambos señalan a Denki quien ha parado de bailar y me busca con la mirada.

—¡Izuku! Ven quiero otra cerveza— Lo veo caminar hacia mí, tiemblo cuando uno de los alfas, el idiota de cabello rubio y ojos grises me sostiene con fuerza, el otro, el alfa de cabello platinado camina a su encuentro, no quiero que le hagan daño, no quiero que el se sienta usado como yo. Mis feromonas llaman la atención de los alfas, trato de que sean dulces, casi tanto como en mi celo, veo como él peliplateado deja de ver a Denki y regresa a mí.

—Si tanto quieres que te follemos, podemos cumplirte ¿no Monoma? — Mi pecho se agita por el miedo.

—Claro que sí Tetsu, vamos a un lugar más privado omega— Ambos ríen, lloro al ver a Denki desorientado buscándome de nuevo, ruego porque pueda llegar a casa sin que le ocurra nada... mientras ellos me llevan a su auto.