CAOS -Katsudeku-Omegaverse-

Amarga realidad

Sé que solo sirvo para pasar un rato, no siento amor, no siento placer, mi cuerpo aún duele de la noche que pasé con el heredero de los Todoroki, ellos solo se divierten usándome.

<Al menos pude alejarlos de Denki> Me lo repito una y otra vez en mi mente mientras el rubio entra una y otra vez en mí, mis rodillas sobre sus hombros y le permiten embestirme con fuerza, mientras me ahogo con el miembro del peliplateado en mi boca, me siento sucio, destrozado... pero está bien, no soporto la amabilidad ni la hipocresía de los alfas, para esto es que nos quieren, para esto es que nos usan.

Mis pensamientos se pierden en un mar de sensaciones no deseadas, sus manos recorren mi piel, pero yo no estoy allí, vuelo lejos de mi amarga realidad, solo quiero olvidar, que mi pecho deje de doler y que todo termine, ya no tengo fuerzas para seguir, pero aún quiero verlo una vez más para poder renunciar. Sus golpes y gruñidos me hacen volver al lugar y momento en el que estoy.

Mi boca se llena con el amargo sabor de su esencia, al parecer Tetsu estaba más ebrio que excitado, pero Monoma continúa embistiéndome cuanto quiere, una y otra vez, hace horas que dejé de llorar, solo lo dejo continuar.

Al parecer una vez no le es suficiente, pero está tan ebrio que no quiere seguir esforzándose, me obliga a montarlo, gritando que me mueva, usando su voz de alfa para hacerme obedecerlo, aunque mis piernas duelan y tiemblen por el cansancio.

¿Cuánto podré resistir? Kacchan ¿alguna vez volveré a verte?

El rubio termina de nuevo en mi interior, luego de su orgasmo me hace a un lado para limpiarse.

—Estuvo bien, puta— su risa me hacía sentir náuseas —La próxima vez déjanos divertirte con tu amiguito. Luego de despertar a su amigo, ambos se fueron del motel al que me llevaron. Mientras estoy tendido en esa cama, entre las sábanas sucias y húmedas, comienzo a preguntarme si es necesario levantarme y regresar a ese cuarto... una única razón me hace buscar el baño para asearme y salir de allí, necesito saber que Denki está bien, que llegó a casa y que no le ocurrió nada, sí, esa sería mi motivación para seguir un día más.

Al siguiente día llegué temprano a la fábrica. Todas mis esperanzas se esfuman al ver que ya es la hora de inicio del turno y Denki no llega, corro a los baños para que no me vean llorar como un niño, es mi culpa, es mi maldita culpa.

Esa mañana no compro un bollo de verduras para desayunar, compro un ejemplar del periódico con la estúpida idea de buscar allí sobre si encontraron el cuerpo de un omega rubio en algún lugar, me golpeo mentalmente al darme cuenta que el periódico muestra los acontecimientos del día anterior no algo tan reciente, trato de espiar si en la sala de los betas ven las noticias en la televisión que tienen en su área de descanso. Desafortunadamente Sero ha puesto una novela en lugar del noticiero de la mañana.

Paso el día temblando de nervios, boté dos veces el rollo de tela que llevaba, pues me sentía débil y aún adolorido. Luego de recibir una sanción de parte de nuestro encargado -que consistía en un azote por cada error- regresé a mi área de trabajo, aún más adolorido y con el corazón roto, era definitivo que algo le había sucedido a Denki. Nunca me perdonaría el haberlo llevado a ese maldito lugar. Usé la última pastilla de analgésicos que me dio la enfermera en la ocasión anterior. Sin más remedio tuve que terminar mi turno.

Esta noche no vale la pena tratar de resistir, me siento peor que una basura, perdí al único que quedaba en mi vida. Salí decidido a buscar un puente y acabar con mi ridículo afán de seguir con vida, pero un rostro conocido me hizo detenerme.