25 de diciembre.
—¡Despierta, hermanita! — escucho gritar a mi hermano mientras entra a mi habitación.
—¿hmm? — digo sin abrir los ojos.
—Es navidad — dice mientras me mueve de un lado a otro.
Abro los ojos y lo veo seria, mientras él me regala una sonrisa.
Navidad, ¿qué tiene de bueno navidad? Así, Cole llevando a la chica que le gusta a un beso bajo la nieve, mientras yo miro y me quedo para como estúpida viéndolo.
Que idiota.
Me levanto de la cama y camino con pesadez hacia el baño, paso a la par de mi hermano sin decirle nada.
—Okey, alguien se levantó de mal humor — dice burlón.
—Cállate.
Luego de cepillarme los dientes, bajo al living, mis padres están parados frente al árbol sonriendo. Esbozo una sonrisa la mejor que puedo y me acerco a ellos.
—Buenos días, cariño — mi padre me saluda.
—Buenos días.
—Parece que Santa Claus trajo muchos regalos — mi madre habla emocionada.
—Demasiados — hablo.
Pasamos al árbol y me siento en el suelo, enfrente de mí se sienta mi hermano.
—Bien, ¿Quiénes serán los primeros? — mi padre pregunta.
—Yo — dice mi madre.
Ella se acerca al árbol, y recoge dos regalos, una me lo da a mí y el otro a mi hermano. Abro el mío algo rápido y me quedo estática al ver el regalo.
—Oh Dios — digo emocionada.
Es un IPad.
—El mío es blanco —habla mi hermano.
—Y el mío es azul — digo emocionada al igual que mi hermano — gracias madre — le regalo una sonrisa.
—Bien, ahora voy yo — mi padre camina hacia nosotros y toma dos regalos de caja larga pero pequeña y nos entrega uno a cada uno.
Abro el regalo y esbozo una sonrisa al solo ver la marca del regalo.
—¡Sí! — celebra mi hermano.
—Gracias, papá — le regalo una sonrisa.
El IPhone 12.
—¿Qué es de esta familia si no son regalos exagerados? — dice mi hermano.
—Pues claro —mi madre le sigue.
—Ahora mi turno — hablo.
Me agacho un poco para traer tres regalos, entonces le doy uno a cada uno.
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Un beso bajo la nieve. ✔️
RomanceAhí estábamos, bajo la nieve, rodeados de varios árboles que vestían de blanco, el aire movía mi cabello lentamente, mientras que mi sudadera era adornada por pequeños copos de nieve blancos. Él estaba ahí, estaba aquí, parado justo enfrente de mí...