Capítulo 12

5.7K 325 14
                                    

●Skylar●

― ¿Recuerdas cuál es?― Jessica asiente mientras se pone su abrigo, Sean a su lado hace lo mismo.

― Estoy ansioso de que termine el invierno― resopla―. Ya estoy harto de echarme medio armario encima cada vez que voy a salir de casa.

― Falta poco más de un mes para la primavera, Sean. Tendrás que seguir aguantando si no quieres convertirte en una paleta viviente.

― Vámonos ya, dijeron que la temperatura iría bajando en la tarde, no quiero estar afuera cuando el sol se esconda.

― ¿Compraran algo o solo van por la cuna?― pregunto siguiéndolos hasta la puerta.

― Por supuesto que compraremos algo, el tío Sean debe hacerle regalos a su sobrino― el amante de las compras haciendo acto de presencia.

― Yo también quiero comprarle algunas cosas que vi la última vez que fuimos.

― Lindo― digo con sarcasmo―. Ustedes dos comprando todo tipo de cosas a mi hijo y no dejan que yo vaya― me cruzo de brazos.

― Hace demasiado frio, podrías resfriarte y eso no es conveniente si tenemos en cuenta que ya tienes  poco más de ocho meses de embarazo― él imita mi acción.

― Además el bebé ha estado muy inquieto, últimamente has dicho que sus patadas te resultan dolorosas― agrega ella.

― Ya entendí, ustedes ganan― me rindo.

― No tardaremos― asegura Sean y luego cierran la puerta.

Suspiro y camino lentamente hasta el sofá, acomodándome y buscando algo para ver en la televisión. Me rindo luego de cinco minutos pasando los canales y sin poder encontrar algo que me llame la atención.

― Solo somos tú y yo― acaricio mi vientre.

He desarrollado el hábito de acariciar mi vientre y hablarle durante el proceso, normalmente lo hago cuando me quedo sola en la casa, o en las noches antes de dormir. Siempre que lo hago obtengo algún movimiento como respuesta, lo que me anima a seguir haciéndolo. Me gusta pensar que de alguna manera él me está respondiendo.

― Supongo que ahora mismo no tienes ganas― digo tras unos minutos de estimulación sin obtener una reacción―. Mejor vamos a la que será tu habitación.

Me levanto lentamente y con algo de esfuerzo, estos últimos meses han sido los más duros para mí. No ha habido náuseas ni mareos pero lo que no han faltado son los dolores en varias partes de mi cuerpo. La principal víctima definitivamente es mi espalda.

Mi cuerpo ha sufrido varios cambios durante estos dos meses. Mis pies están tan hinchados que algunos de mis zapatos ya no me entran, ahora mi calzado se reduce a sandalias o mis siempre confiables pantuflas. No he podido salvarme de las estrías por completo, tengo tres líneas rosas en la parte baja de mi vientre, que si bien no son muy grandes, son una clara señal del embarazo.
Mis pechos han crecido considerablemente (al igual que mi barriga) y se ha vuelto bastante fastidioso que empiece a salir leche de ellos en los momentos menos esperados y termine mojando mi ropa. Mis caderas también son parte del cambio, ahora se ven más anchas.

A todo eso hay que sumarle mi mal humor y las constantes visitas al baño para orinar, incluso en mitad de la noche, en las que encontrar una posición cómoda para dormir se ha vuelto casi imposible.

En mi mente me digo que ya falta poco para que esto acabe y que luego cuando tenga a mi hijo junto a mi todo esto habrá valido la pena. Eso es lo que trato de creer cada vez que quiero mandar a la mierda a alguien o cuando siento que quiero escapar de mi propio cuerpo.

Solo un mes más Skylar, solo uno más. Tú puedes logarlo.

Justo cuando llego a la habitación siento una punzada en la parte baja de mi vientre y me detengo por un segundo, esperando a que vuelva a suceder o algo por el estilo. He estado sintiendo esto desde ayer, no le he dado importancia porque no suele repetirse sino hasta varias horas después, pensaba que se debía a que hacia un mal movimiento pero ya me está preocupando. Decido que si sucede una vez más, iré al hospital.

Entro a la habitación y me pongo a tocar los muebles que ya están colocados en su lugar y repletos de ropa u otros artículos para bebes, entre ellos, juguetes. Lo único que falta es la cuna, pero Jessica y Sean deben estarse encargando de ese asunto justo ahora, han ido a buscar la que me gustó cuando la vi hace una semana con mi papá.

Cada vez que miro un rincón de esta habitación puedo imaginarme a mí paseando y arrullando a un bebé, donde sea que se dirijan mis ojos puedo crear una imagen bastante clara y realista de lo que será mi vida en menos de un mes y eso me hace sentir una mezcla entre ansiedad y nervios. Sonrío sabiendo que ese sentimiento no desaparecerá hasta que por fin dé a luz, seguiré torturándome mentalmente yo sola.

― Todos estamos muy ansiosos por conocerte, siento que no puedo esperar a que llegues, me gustaría…― me detengo abruptamente cuando un dolor intenso atraviesa todo mi vientre y siento que se expande hasta llegar a mi espalda para luego ir desapareciendo poco a poco― ¿Qué demonios…?― me recargo en la pared  hasta que la sensación pasa por completo y luego respiro hondo intentando mantener la calma―. Muy bien, creo que ahora si debo ir al hospital.

Empiezo a moverme hacia mi habitación para cambiarme y a mitad de camino puedo sentir un líquido caliente recorriendo mis piernas, mojando mi pantalón.

― No puede ser…― susurro y por un momento creo estar entendiendo las cosas mal y que solo me oriné encima pero una parte de mi sabe muy bien que no es así―. Lo de no poder esperar no lo decía tan en serio.

Regreso por donde vine y al entrar al cuarto localizo rápidamente el bolso que preparé para el bebé precisamente para cuando llegara este momento, lo agarro y trato de moverme lo más rápido que puedo aunque mi barriga y la incómoda sensación de tener los pantalones mojados entorpece un poco mi tarea.

Me digo que no hay tiempo de cambiar mi ropa cuando otra contracción me recorre y esta vez hace que me doble por el dolor. Tomo aire y empiezo a hacer los ejercicios de respiración que me enseñaron pero no funciona y eso solo hace que me frustre.

Veo el celular de Sean sobre la mesa que hay al lado de la puerta y me digo que llevaré ese porque no recuerdo donde dejé el mío y como ya dije: no hay tiempo para ponerme a buscar cosas.

Antes de salir alcanzo a tomar mi abrigo y en el elevador me lo pongo tratando de ignorar que estoy empezando a sentir calor, soy muy consciente de que hace mucho frio y tengo la ropa mojada.

― No te alteres, Sky― tenso la mandíbula cuando otra contracción empieza a manifestarse―. Todo va a salir bien, solo respira y…― un gruñido se me escapa cuando el dolor se vuelve más intenso― ¡Al carajo la calma!― grito y justo las puertas se abren dejándome ver la recepción y al encargado del edificio.

Éste se acerca rápidamente al verme jadeando y tambaleándome hacia la salida.

― ¿Se encuentra bien?― creo que la mirada que le lanzo no es muy amistosa pero parece hacerle entender la pregunta ha sido muy tonta― ¿Qué hago? ¿Cómo puedo ayudarle?― él parece estar más nervioso que yo.

― Ayúdeme a conseguir un taxi.

― Si, si― sale corriendo del edifico y yo camino lentamente detrás, afuera puedo sentir el frio y noto que está empezando a nevar.

― No puede ser en serio― me quejo.

― ¡Por aquí! Conseguí uno― lo miro agradecida y como puede me ayuda a llegar al vehículo.

― Gracias. Al hospital, por favor― el taxista asiente y pone el auto en marcha rápidamente, miro hacia atrás y veo al encargado caminando de un lado a otro antes de que el auto doble en una esquina y lo pierda de vista.

El camino se me hace eterno y quiero decirle al taxista que conduzca más rápido pero puedo darme cuenta de que ya va a una velocidad bastante alta. El hombre me mira por el espejo retrovisor cada vez que suelto un quejido o me muevo de forma brusca.

― ¡Maldición!― exclamo y de nuevo me mira.

― ¿Necesita que me detenga?

― Solo… conduzca― gruño y cierro mis ojos con fuerza, los abro solo cuando siento que el auto se detiene, miro confundida alrededor porque aún falta para llegar al hospital.

― Parece que hubo un accidente al frente, tendré que tomar una desviación.

― Esto no puede estar pasándome― me echo para atrás y miro el techo.

***

― ¿Hace cuánto empezaron las contracciones?― pregunta la doctora Brown mientras me colocan la horrible bata de hospital.

― Cuarenta minutos, creo.

― Voy a revisarte― se ubica entre mis piernas y siento como empieza a tantear con sus dedos, no porque sea mujer hace que esto sea menos incómodo pero el dolor hace que no piense mucho en ello―. Aun no has dilatado lo suficiente.

― Tienes que estar bromeando.

― Lamento decirte que no, probablemente tardes dos horas o más― se quita los guantes y se levanta―. Volveré luego para revisarte otra vez ¿Necesitas que llamemos a alguien?

― Si, en el celular que está en la bolsa… si pudieras pasármelo.

― Claro, saldremos para darte algo de privacidad, una enfermera estará afuera― asiento y ellas se retiran.

Agradezco que el celular de Sean no tenga contraseña cuando presiono el botón, rápidamente busco el número de Jessica entre sus contactos y me pongo a rogar que responda.

― Hola.

― Jess, estoy en el hospital yo…― gimo dolorosamente cuando llega otra contracción, esta vez la siento más intensa en la zona de mi espalda baja―. El bebé ya viene― digo entre jadeos.

― ¡¿Qué?!

― ¡No me grites!― digo sacada de mis casillas.

― Perdón pero estoy algo nerviosa.

― ¿Tú estás nerviosa?

― Daremos la vuelta, estamos de camino a casa― creo escuchar la voz alterada de Sean―. Llegaremos lo más rápido que podamos.

― ¿En cuánto tiempo seria eso?

― Con Sean al volante yo diría que veinte minutos…― su voz se va volviendo un susurro y yo trato de concentrarme para escuchar lo que dicen―, o puede que no.

― ¿Eh?

― Hay un embotellamiento en la avenida principal, creo que ocurrió un accidente― aprieto mis labios y cierro  los ojos, quiero maldecir pero esta vez no es por el dolor―. No podemos dar la vuelta y está cayendo demasiada nieve como para caminar. Yo… Sky, no sé qué hacer.

― Entiendo― me obligo a tragar el nudo en mi garganta para poder hablar―. Estaré bien, puedo esperar― la doctora dijo que debo seguir sufriendo durante otras dos horas así que no creo que haya problema.

― Buscaremos la forma de salir de aquí.

― De acuerdo yo…― malditas contracciones―. Debo colgar.

― Llegaremos― dice antes de finalizar la llamada.

― Estarán aquí, todo va a salir bien― repito continuamente queriendo creérmelo.

***

― Trata de respirar, debes calmarte― miro mal a la doctora Brown pero ella solo ríe, casi pareciera que está disfrutando esto―. Ya falta poco, solo unos minutos más y estaremos listos para iniciar.

― Eso no me consuela― siento unas inmensas ganas de pujar pero ella me dice que aguante, que aún no es tiempo.

Estas han sido las peores dos horas de mi vida y solo quiero terminar con esto de una vez por todas, me siento adolorida y muy cansada. Mi entrepierna pareciera estar en llamas y mi espalda grita cada vez que llega una contracción, justo como ahora.

― Maldita sea, esto… duele― aprieto mis puños clavándome las uñas en el proceso.
― Haz los ejercicios de respiración  que…

― Esa mierda no funciona― digo con los dientes apretados.

Estoy muerta del miedo y el que esté sola no ayuda ni un poco, en este momento me imaginaba tomando la mano de uno de mis amigos. Tenía la ilusión de que alguien estaría a mi lado dándome apoyo, diciendo que todo saldría bien pero no es así.

Estoy completamente sola y en el fondo siento ganas de llorar pero me digo que en este momento lo más importante es traer a mi bebé al mundo.

― Abre un poco más las piernas― me indica y ya ni siquiera me avergüenzo por las enfermeras, ya han visto todo durante las horas que estuve aquí―. Ya es tiempo― esas palabras son la gloria.

― Al fin― mascullo.

Me he estado preparando mentalmente para este momento durante meses, llegó antes de lo que esperaba y puede que no sea como me lo había imaginado pero aun así me siento lista para esto. Haré lo que sea necesario para conocer a quien ha estado creciendo dentro de mi todo este tiempo.

― ¿Lista?― asiento y ella repite mi acción― ¡Puja!

Definitivamente me equivoqué, no estoy lista para esto. Duele más de lo que pensé. En este momento envidio a esas mujeres que dicen no haber sufrido tanto durante el parto.

Malditas suertudas.

El proceso es largo, lento y doloroso, o al menos así lo siento yo porque cuando la doctora dice que está saliendo la cabeza apenas han pasado treinta minutos. Siento como si me estuvieran partiendo en dos.

― Ya no puedo― digo sin aliento, estoy agotada y muy sudorosa, siento asco por la manera en la que me encuentro.

― Casi terminamos, Skylar― me anima, lo ha estado haciendo desde que llegué aquí―. Dame dos empujones más, con todas tus fuerzas.

Doy todo en esos últimos esfuerzos, hasta siento que me explotará la cabeza pero de repente la presión que sentía en mi entrepierna va disminuyendo y dejo que mi cuerpo colapse sobre la camilla.

Un estruendoso llanto inunda la habitación, mis oídos protestan pero estoy más concentrada en el pequeño bulto viscoso, rosa y llorón que sostiene una enfermera. Me lo acerca y con mucho cuidado me ayuda a acomodarlo en mis brazos.

Acaricio su cabeza cubierta por una fina capa de cabello. Él sigue llorando a todo lo que dan sus pulmones mientras me dedico a mirarlo; no es para nada bonito pero aun así me resulta la cosa más adorable que he visto.

― Hola, pequeño― un nudo se forma en mi garganta y casi me pongo a llorar junto a mi hijo pero logro contenerme.

― ¿Cómo vas a llamarlo?― me pregunta la enfermera.

Es algo que he estado pensando mucho en los últimos meses, no quería condenar a mi hijo poniéndole un nombre feo. Luego de analizarlo durante varias noches he decidido que no sería tan mala idea darle algo de quien formó parte de su creación.

― Su nombre es Tyler― ella toma nota y luego me dice que deben llevar al bebé para asearlo y hacerle unos chequeos para asegurarse de que todo esté bien, después de todo es un bebé prematuro.

Veo como se lo lleva y ya siento ganas de agarrarlo de nuevo pero sé que tendré mucho tiempo para eso.

En una cosa no me equivoqué; definitivamente considero que todo lo que he pasado ha valido la pena.

Bienvenido al mundo, Tyler Montgomery.

¤¤¤¤¤¤¤¤¤

Capítulo dedicado a craxy13
RomanceFantstico

Aquí les traigo el último capítulo del año. Espero que hayan pasado bien la navidad y tengan un año nuevo aún mejor.
Gracias por todo el apoyo que le han dado a la historia.
Nos leemos pronto, mis queridos lectores.

Mi destino eres tú Where stories live. Discover now