31. New beginnings (Drarry/Harco)

644 54 11
                                    

Comenzar algo nuevo era duro. Siempre lo sería. Daba miedo. Esa sensación extraña en su estómago, a mitad de un jalón y una voltereta no lo abandonaba, pero era el momento. Lo habían decidido juntos y había llegado la hora. Harry lo esperaba en el altar.

Ese sería el día en que Draco se casaría con el amor de su vida, y no podía estar más nervioso.

Sentía su cuerpo temblar por la emoción y la expectativa. Había soñado con ese momento desde hace tiempo, pero su cualidad más fuerte nunca había sido el valor, y vaya que lo necesitaría.

Se habían enfrentado a muchas críticas desde que habían anunciado su compromiso, las personas hablaban de que eran muy jóvenes. Que tenían que esperar a que pasara más tiempo después de terminada la guerra, que no sabían lo que querían porque nunca habían tenido la opción de elegir. Pero eso era mentira. Lo sabía muy bien. Quería a Harry, se habían elegido el uno al otro, y así dejara pasar mil años y conociera a millones de personas más, él era con quién quería pasar el resto de su vida.

Miró a su madre, quien lo observaba desde la puerta con una sonrisa mientras Draco terminaba de arreglarse.

—¿Es hora?— preguntó Draco, sin querer llegar tarde a pesar de estar tan cerca.

—Lo es

Juntos salieron de la habitación y caminaron por el pasillo de la mansión hasta llegar al jardín interior que habían decorado para la ocasión. Decenas de sillas se alineaban dejando en el centro un pasillo con una alfombra blanca, mientras miles de flores desprendían su aroma. Su madre había querido que la boda fuera completamente blanca, así que todos los invitados vestían prendas de ese color, y Draco no pudo estar más de acuerdo con esa idea cuando vio a Harry, que resaltaba por su cabello tan negro como la noche y su piel morena.

Harry estaba parado sobre el altar, con Ron a su lado como padrino y con Sirius y Remus aún cerca, pues ellos eran quienes lo habían entregado. Draco caminó paso a paso lentamente, su corazón latía rápido y su respiración se quedó atascada en su garganta. Harry realmente se veía hermoso en ese traje blanco y con sus ojos color esmeralda mirándolo, solo a él, como si no existiera nada ni nadie más en el mundo, y con tanto amor que Draco juraría que podría ponerse a llorar en cualquier momento.

Cuando por fin llegó a su lado, su madre le dio un tierno beso en la frente mientras iba a sentarse junto a su padre, quien los miraba con fingida indiferencia. Draco sabía que quería a Harry como un miembro más de la familia.

Harry le colocó en el bolsillo superior de su traje un lirio blanco mientras le guiñaba un ojo, haciéndolo temblar de pies a cabeza. Harry jamás debería enterarse lo que causaba en él. Sería demasiado vergonzoso.

Durante la ceremonia, hubo momentos en los que estaba tan perdido mirando a Harry que en varias ocasiones no se dio cuenta de que tenía que moverse o hacer algo hasta que su novio lo hacía o lo miraba con burla, pero no le importaba. Estaban uniendo su vida y su magia en un ritual y hechizo sagrado, en algo que iba más allá de una sortija y promesas. Era la certeza de que siempre estarían unidos, de que la fuerza de uno se había convertido en la fuerza del otro y de que nunca estarían solos, porque siempre, sin importar los años que pasarán ni a lo que se enfrentaran, estarían juntos.

Mientras el mago que dirigía la boda decía el encantamiento final y Ron y Theo en su papel de padrinos colocaban un lazo de oro muy delgado a su alrededor, la magia lleno el aire, en su forma más pura y brillante, y los rodeo, haciéndolos resplandecer y envolviéndolos, dándoles unos segundos de privacidad antes de disiparse en los que Draco pudo apreciar unas pequeñas lágrimas empañando los ojos de Harry, quien parpadeo para ahuyentarlas. Draco comprendía lo que Harry sentía sin necesidad de que este se lo dijera porque el mismo estaba experimentando toda la ola de emociones que su ahora esposo pasaba. Sabía que a él le hubiera encantado que sus padres estuvieran ahí, como en cada momento importante de su vida, pero también sabía que las lágrimas no sólo eran por eso. Eran por todos los sentimientos que también le mandaba Draco, y que por la unión se sentían como si fueran propios. Era el amor de ambos, sus tristezas y penas disminuidas ante la inmensidad de las cosas buenas que los habían llevado hasta ahí. Lo importante y lo que los hacía ellos.

Cuando por fin la luz se desvaneció por completo y el encantamiento hubo finalizado, Harry no dudo en tomarlo en brazos y dar una vuelta con él, despegando sus pies del suelo y arrancándole una carcajada, a él y a todos los asistentes, quienes felices habían presenciado el enlace. Ese era el comienzo de algo nuevo. Una nueva etapa que prometía ser mucho mejor que la anterior, y que sin duda, sería inolvidable si ellos dos estaban así. Juntos. Perfectos.




Nota de la autora: Ya que había escrito la propuesta de matrimonio no pude evitar escribir la boda. Además, notarán que también mantuve vivos a Remus y a Sirius después de la guerra. No soy un alma tan desalmada xD.

Este sería oficialmente el último capítulo del blissember, pero mañana les publicaré el extra que había prometido como compensación de "Nostalgia", aunque para este punto es una compensación también del one-shot de "Music" jajaja.

¡Feliz fin de año!

BlissemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora