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Las cosas habían sido algo raras estos días, la cotidianidad de Jungkook había sido interrumpida por Jimin, quien cada día tocaba su puerta a la misma hora.

Era divertido, vaya que lo era, habían días en los que al abrir la puerta Jimin lo empujaba adentro y le besaba hasta terminar ambos desnudos sobre la cama, otros días simplemente lo ignoraba por completo entrando sin saludar y sentándose en su silla giratoria, y pocos eran los días en los que le saludaba con una sonrisa mientras agitaba una bolsa de galletas.

Era bastante extraño también, disfrutaba la compañía de Jimin siempre cuando ambos estuviesen tendidos en la cama jugando con sus cuerpos o cuando simplemente hacían chistes sobre las series que pasaban por la televisión, pero era extraño ya que todos los días la pasaba ahí.

Siempre que le preguntaba solamente le respondía con un "Yoongi está ocupado, por eso vine aquí" o simplemente lo ignoraba.

Y si bien disfrutaba la compañía de Jimin, él necesitaba volver a su cotidianidad y esa era estar fuera de su departamento en la calle o en la casa de algún amigo. La presencia de Jimin era como un ancla que le hacía quedarse todo el día a su lado mientras no hacían nada.

Pero bueno, de alguna forma debería de disfrutar la irrupción de su cotidianidad.

Ahora mismo lo hacía.

Era aquellos días en los que Jimin al entrar envolvía sus brazos en el cuello de Jungkook y empezaban.

Ambos aún estaban con ropa, besándose recostados sobre la cama de Jungkook y meciéndose para crear una fricción placentera, toqueteándose debajo de la tela de sus ropas y callando gemidos en la boca contraria.

Cuando Jimin estaba apunto de quitarse la camiseta su celular sonó en sus jeans.

—No contestes.—Susurro Jungkook mientras besaba su cuello.

—Puede ser importante.—Sonrió alejándose del cuerpo de Jungkook.

Bajo del cuerpo del tatuado y buscó en su bolsillo, quiso golpearse al ver el nombre en la pantalla del celular.

—Hola, Tae.—Contestó.—Oh, sí, estoy en camino...ya...¿Entonces, traigo papas?...okay, sí, te llamo cuando esté afuera, nos vemos.

En cuanto la llamada finalizó acomodo mejor sus prendas y empezó a fijarse en su aspecto en un espejo, tenía las mejillas rojas, los labios hinchados y los cabellos desordenados.

—Así que...era Tae.—Habló Jungkook sentándose en su cama.

—Sí, había olvidado que teníamos que ir al cine.—Dijo mientras se peinaba.—Lo había olvidado.

—Estabas tan entretenido que lo olvidaste.—Rió mientras se levantaba de la cama e iba a su dirección.

Jimin ignoró las palabras de Jungkook, solamente siguió peinando sus cabellos mientras trataba de verse menos agitado.

El tatuado se puso a su detrás mientras envolvía su cintura con sus brazos, acercándolo a su cuerpo, mirando a través del espejo los movimientos de Jimin, luego de sonreír a través del espejo posó su mentón sobre el hombro del rubio.

A través del reflejo del espejo sus ojos se encontraron mientras que una sonrisa se dibujaba en sus labios, Jungkook tomó aquello para algún tipo de pase; poso sus labios contra la piel suave del cuello de Jimin, siguió besando los mismos lugares mientras trataba de formar alguna pequeña marca antes de que Jimin se diera cuenta y le empujase.

La tarea de arreglarse estaba siendo bastante complicada, trataba de volver a su color normal pero los besos de Jungkook solamente lo ponían más rojo.

Más que eso  ♡̶kookmin auWhere stories live. Discover now