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Lamentablemente su padre no había llegado tan a tiempo como él lo había hecho, pero no importaba, porque a pesar del tráfico él estaba ahí, ambos con un menú en sus manos y pensando que es lo que pedirían.

Jungkook estaba tan feliz que no podía pensar en toda la variedad de pastas que era ofrecida, optó por elegir lo típico, un plato de spaghetti con mucho queso. La comida era lo de menos ahora, lo único que importaba era tener a su padre frente a él, tener nuevos recuerdos a su lado, eso era lo único que le importaba.

Alguna vez solo tuvo un pequeño recuerdo de su padre, pequeños recuerdos que eran borrosos en su cabeza, ahora podría hacer unos nuevos recuerdos. Podría dibujar en ellos y colgarlos en algún marco lindo, tal vez uno de plata.

La comida fue silenciosa, no hubiese querido que sea de esa forma pero todo siempre tenía una razón ¿No?

Lo importante era estar ahí, compartir un poco de vino con la primera persona que lo había dejado a la deriva, eso era lo importante.

—¿Cómo estas, papá?—Preguntó limpiando de la comisura de sus labios un poco de salsa.

—Estoy bien.—Comentó mientras metía un poco más de macarrones en su boca.

Jungkook asintió sonriendo.

Si la conversación y el hielo no podía romperse él haría lo posible para que pase.

—Y...¿Qué has estado haciendo?

—¿Te refieres a que me dedicó?

—Sí.—Sonrió.

—Naeun es heredera de unas dos microempresas, ambos trabajamos en ellas, nos va bastante bien.—Dijo cortando su filete, más atento en la carne que en su hijo frente a él.

—Oh.—Boqueo sorprendido.—Me alegra mucho.

—Gracias.—Levantó su cabeza y metió un pedazo de carne en su boca.—¿Qué tal tú?

—Aún sigo en la escuela.

—Oh, cierto ¿A que piensas dedicar tu vida?

—Quiero estudiar bellas artes y abrir mi estudio de tatuajes.—Sonrió totalmente ilusionado, hablar de sus anhelos y deseos era lo que más le gustaba hacer.

—Artista como tú madre.—Susurró.—¿Ella que dice sobre eso?

—Quiere que me dedique a otra cosa, algo con números.

—Ugh, siempre metiéndose en donde no le llaman.—Rodó los ojos.—¿Sigue igual de loca o ya mejoró?

—Oh.—Murmuró.—Ella está bien, si es a lo que te referías.

—Claro.—Sonrió.—¿Y cómo está tu hermano? ¿Cual era su nombre? ¿Jihoon?

—Yeonjun.

—Él ¿Cómo esta?

—Está bien, no lo he visto en mucho tiempo pero de vez en cuando nos vemos.

—¿Por qué?—Frunció el ceño.—¿No viven juntos?

—Cierto.—Quiso golpear su frente por ser un olvidadizo.—Mamá me echo de casa.

Su padre soltó una carcajada tan fuerte que llamó la atención de todos alrededor, reía mientras sostenía su estómago y limpiaba una lágrima de su mejilla, Jungkook trataba de comprender que fue lo gracioso pero solo lo acompañó con la risa suave que soltó.

—¿Y por qué?

—Me porte mal y...decidió eso.—Puso en su rostro una sonrisa plana.—Pero ella me trasladó a un departamento, así que...no está tan mal.

—A ti también te echo ¿Eh?—Rió.

Jungkook sonrió de lado, espero que la conversación siguiera pero se detuvo, su padre se dedicó a cortar el filete costoso de su plato mientras Jungkook envolvía los fideos en su tenedor.

Sintiendo algo que nunca hubiese querido sentir, el tener compañía pero sentirse muy solo, rodeado de gente y con una presencia perdida en su vida frente a él...se sentía completamente solo.

Su padre empezó a contestar unos mensajes así que Jungkook supuso que él también podía hacerlo, después de todo, a su padre no le importaría porque no le prestaba ni un grano de atención.

En el momento en que desbloqueo su celular y se propuso en ver las historias de sus amigos una foto de Jimin se asomó en el inicio, se veía tan feliz, tan alegre, aquello le hizo sonreír. Quien tenía todas las sonrisas de Jungkook últimamente había sido Jimin, parecía que cada una le pertenecía y tenía su marca personal.

Se distrajo con la voz de su padre pidiendo la cuenta, tomó lo último de la copa de vino y espero hasta que su padre se levantó de la mesa, los siguió hasta que ambos estuvieron afuera del restaurante. Hacia mucho frío por lo que se puso su capucha.

Aún la felicidad latiente seguía en su pecho, creía que nada podría arruinar nada, pero la luna no estaba asomada en el cielo, ni una estrella, solo nubes grises avisando de una pronta lluvia.

—Gracias por la cena, papá.—Jungkook sonrió.—¿Cuando podemos hacer esto otra vez? No me importa si es en un puesto de comida callejera, cualquier cosa esta bien.

—No habrá una próxima vez.—Respondió. Fumaba un cigarro mientras esperaba que le regresaran su auto del estacionamiento.

—¿Por qué?—Frunció el ceño en confusión.

—Porque en primera yo no quise esto.

Fueron interrumpidos por el valet que había traído el auto de su padre, el hombre le entregó las llaves y después de una propina se fue, volviendo a dejarlos solos. Antes de subirse a su auto apago su cigarro contra el piso y miró a Jungkook, aún el ceño de confusión estaba en su rostro.

—Mira, Jungkook. Yo no quise esto desde el momento cero y no sólo hablo de que mi esposa me haya obligado a venir, hablo de todo.

—Lo siento pero no entiendo.

—Ahora tengo una nueva vida, tengo una esposa y tres hijos pequeños, no necesito que tú te incorpores en mi vida, me fui por una razón y era para empezar de cero, borrón y empezar, dejando todo lo que me ato a tu madre atrás.

—No...no te estoy pidiendo nada, solo pasar tiempo contigo, no quiero incorporarme en tu nueva familia solo...quiero recompensar el tiempo perdido.

—Jungkook.—Masajeo su ceño mientras soltaba un suspiro, totalmente cansado y frustrado.—El tiempo perdido es pasado, ya no hay nada que hacer con eso.

—No importa.

—Nunca te quise.–Sentenció.—Nunca quise nada con tu madre, el embarazo que tuvo de ti fue lo que me condenó a estar con ella. No quiero nada que me recuerde lo infeliz que fui a su lado, solo sigamos como hemos estado durante mucho tiempo, no me busques y yo no te busco ¿Está bien?

Jungkook no tenía nada que decir ¿Podría siquiera pensar en algo más que su padre diciéndole que no le quería? No, no podía. Es lo único que hacía eco en su cabeza.

El hombre al que decía padre no esperó respuesta y se subió a su auto, arrancando sin mirar atrás, dejando una vez más a Jungkook.

¿Qué le hacía pensar que alguien podría permanecer a su lado? Cuando sus padres fueron los primeros en dejarle a la deriva.

Otra vez se sentía como aquel niño que busco a su padre por toda su casa y solo vio un armario vacío, se sentía como aquel adolescente de quince años que había sido abofeteado por su madre y que lo subía a un taxi para sacarlo de su casa.

Se sentía vulnerable.

Cómo nunca se había sentido.

Porque cuando desenterró un sentimiento que nunca creyó que experimentaría se volvió más sensible a todas las emociones que había reprimido. Cuando sintió el amor tan de cerca los demás sentimientos se asomaron para acompañarlo.

En una noche tan fría sentía como su corazón se quemaba en dolor y soledad, tal vez eso le mantenía cálido del fuerte viento y las pequeñas gotas que empezaban a mojar su nariz.

Más que eso  ♡̶kookmin auWhere stories live. Discover now