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Durante la mañana, uno trataría de llegar temprano a la escuela y así poder entrar a tiempo a sus primeras clases, así no era Karma, quien caminaba a paso lento, jugando con el bote de supresores en una mano y balanceando su mochila en la otra. Se entendía de sobra que iba tarde, claro que mientras el profesor le diese oportunidad de explicar que tenía buena memoria para la escuela pero una terrible para su propia existencia quizá se podría evitar de una sanción o en su defecto, que no lo dejara entrar al aula. No que le importará mucho, sí lo admitía.

Cuando por fin llegó a la entrada del instituto se dio cuenta que el portón aún estaba abierto, aprovecho la oportunidad y entró rápidamente, no quería encontrarse con algún profesor o prefecto, mucho menos quería es que alguien le viese. Con paso apresurado se dirigió a la montaña para llegar por fin al edificio donde tenía sus clases.

—Llegas tarde, otra vez. —Detuvo su caminar al escuchar la característica voz de cierto Alfa. —Más te vale tener una justificación razonable si no quieres que te lleve a la oficina del director. —Gakushuu se quedó parado a la espalda de Karma, con su semblante neutral y postura firme, su actitud normal que incitaba respeto e intimidaba a otros por debajo de él.

—¿Por quién me tomas? Por supuesto que tengo una muy buen razon, presidente Asano. —Soltó con un tono sarcástico en respuesta a la actitud del otro. —Estoy en celo, había olvidado mis supresores y regrese a casa por ellos, ¿puedo irme ya? —Miró hacia atrás, apenas y mirándole sobre el hombro con una sonrisa juguetona, burlándose de él.

Resopló. —Si, puedes irte.

—Te veo a la salida, cariño. —En esta ocasión giró a mirarlo completamente, dándole un guiño que prontamente le provocó un ligero sonrojo al estar desprevenido.
 
  —Sabes que mientras estamos en la escuela no puedes llamarme así, no debes. —Reprochó severamente mientras miraba a los alrededores. —Si alguien te escucha estaremos en graves problemas, lo sabes.

Suspiró rodando los ojos con hartazgo. —¿A quién le importa? Nadie tiene porque decirnos que hacer, mucho menos me importa que piensen de mi o de mi pareja.
 
  —Quiza tú puedas tener más oportunidades, pero yo debo seguir estudiando aquí, debes entenderlo. —Exhausto, dirigió su mirada a su novio, tan cansado e impotente. —¿Recuerdas a las dos Omegas? —La impotencia de Karma crecía dentro de él, recordando la noticias, chicas que anteriormente asistían al mismo instituto. —Deberías ir a clases, ya has demorado bastante.

—¿Puedo verte a la salida? —Una suplica que no tardo en escaparse de sus labios, aún cuando sonaba como una burla, el cariño y afecto se escondían detras de su fachada.

—Detrás de la montaña, de allí podremos ir a... Otro lugar. —Desvió la mirada, ya fuera por vergüenza o vigilando sus alrededores, a Karma no le importaba, él era feliz si su querido novio le prestaba atención.

Con una sonrisa empezó a caminar hacia la montaña. —Te veo luego.

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En cuanto entró al aula, las miradas de todos sus compañeros se dirigieron a su dirección, Irina realmente no estaba interesada y le dejó pasar, aburrido dejo pasar la primera hora de clase y cuando llegó el turno de hacer Educación Física simplemente se esfumó del lugar, caminando entre los árboles y con rumbo hacia el característico árbol que siempre visitaba.

Mientras Karma se dedicaba a divagar en su propio mundo, sus compañeros estaban algo curiosos, y chismosos.

—Ya que tenemos algo de tiempo, hay algo que considero urgente que hablemos de algo, me refiero a, ¿Por qué Karma llegó tarde? No me malinterpreten, él siempre llega tarde a todo, pero; jamás había tenido otro olor encima de él, pero no solo eso, me parece hasta familiar ese aroma, ¿será alguien de la escuela? —Nakamura estaba sumamente metida en su mundo de ideas locas y chismes inventados a lo estúpido.

Two Is Better Than One [En proceso] [Actualizaciones Semanales]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt