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11 marzo 2015, Estados Unidos. 

Dos días habían pasado, pero en su corazón y su alma, el dolor era aún más fuerte que aquel instante en el que se enteró de la verdad. Con el libro de historia en mano se había enterado del motivo de la muerte de Rosé, pero las páginas no habían especificado que el asesinato había sido a manos de su esposo, sólo mencionaba el hecho trágico de haber sido encontrada tal cual escena de "Romeo y Julieta" dentro de un granero. Le dolía tanto el cuerpo como si hubiera contraído una gripe o algo por el estilo, no había querido contestar las llamadas de Sehun, porque era capaz de mandarlo al infierno si lo tenía en la otra línea o al frente en persona. Exactamente no sabía qué hacer porque la situación ya era bastante compleja de por sí, no eran la misma persona claro estaba, pero ¡Cristo! Él en su vida pasada le había quitado la vida a la mujer que amaba. ¿Podía dejar pasar ese detalle? ¿Un alma podía redimirse de sus pecados? 

Así, tirada en su cama miró su teléfono. No había grabado el número de Sounya, pero sí tenía el de Mino, a quién le debía una disculpa y agradecimiento de forma personal.  El celular dio unas cuantas tonadas antes de que él lo contestara. Su voz sonó ronca. ¿Lo habría despertado? 

Mino: ¿Lisa? –Del otro lado de la línea refregaba su ojo izquierdo- ¿Estás bien? 

Lisa: Te dejé en Los Ángeles, arranqué lo más lejos posible de Rosé Park. ¿Y aún así te preocupas por mí? 

Mino: –Sonrió– Eso hacen los amigos Lisa, se preocupan a pesar de todo, además cómo no hacerlo si por milagro de Dios no perdiste la vida en ese accidente, supe lo del poste de luz y cómo cayó en tu auto. –Manoban se estremeció con aquello porque era cierto, fácilmente pudo haber sido aplastada y la historia sería distinta, hubiera condenado a sus almas a nacer por tercera vez-  ¿Dónde estás? 

Lisa: En el departamento, necesito hablar de forma urgente con Sounya, pero primero quiero hablar contigo. 

Mino: -miró a su alrededor y soltó una risilla malvada- Ven a mi casa a almorzar, tendremos tiempo suficiente para hablar y después de eso podemos pasar a ver a Sounya.  

Lisa: De acuerdo, te veo ahí. 

Los ojos miel de la modelo estaban en las calles tratando de identificar la casa de su amigo, sólo había estado ahí una vez, y no recordaba mucho. Era extraño, decirle amigo al coreano, no se lo hubiera imaginado antes, pero fue Rosé Cavendish, su amada Rosé Cavendish la que logró aquel milagro. Había visto a Song Mino como un enemigo durante mucho tiempo, porque creyó que tenía sentimientos por Rosé, pero el tiempo le mostró que sólo era un buen amigo de la morena. Y suyo. 

Cuando vio a un muchacho fuera de una enorme casa haciéndole señas, le tomó más tiempo de lo normal identificar quién era. ¿Ese era Mino? Sonrió de oreja a oreja. ¡Qué distinto se veía con el pelo así! 

Lisa: Mírate. ¿Te teñiste de negro? ¿Te cambiaste el peinado? –Estacionó donde él le había indicado, se sacó el cinturón de seguridad y se bajó de inmediato para abrazarlo y besar su mejilla- Pareces más joven. 

Mino: La verdad es que lo hice hace algún tiempo ya y mi color real es oscuro. –La miró de pies a cabeza- Estás distinta y no sé si decirlo de una buena o mala forma. 

Lisa: Washington D.C fue un infierno, el accidente fue necesario para volver a la realidad. 

Mino: -miró hacia todos lados- Bienvenida de nuevo a la casa de la familia Song. –Se sintió como la vez que Rosé Cavendish había visitado su hogar. 

Cuando el muchacho cerró la puerta, de inmediato se escucharon vocecillas en coreano, palabras inentendibles para su mente, pero sonaban dulces y nerviosas. Mierda. ¡Él tenía hermanas! 

Between love & time (CHAELISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora