Corazonada

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Capítulo 20

—Y... ¿Cómo supiste que éramos hermanos?

Preguntó Harry curioso.

—Rio— Siempre lo supe, desde que Cat entró por el portón y desde que Harry hizo la entrevista para ser maestro aquí, no sé cómo, solo lo supe... Pueden llamarlo corazonada. 

—¿Y mamá? 

Me miró con dolor en sus ojos, creo que metí la pata al preguntar eso.

—Mm, la verdad no sé si aún vive o no, pero si lo hace vendrá a protegerlos cuando sepa que están juntos de nuevo.

Sonreímos y Harry habló.

—Mm, Cat... —Me miró.

—¿Dime?

—... Discúlpame por haberte besado... Dos veces.

Reímos sonoramente.

—No te preocupes por eso tonto, en este momento nuestra única preocupación es entrenarnos para la guerra.

—Oh, por cierto, —Dijo papá— Sobre la guerra, en la oficina de Grace hay algo que creo les interese. Debo irme, nos vemos después hijos míos.

Nos abrazamos fuerte y luego desapareció.

Harry y yo salimos de la mano hacia el cuarto y al salir de la biblioteca nos dimos cuenta que ya era de día, al llegar donde estaban los chicos, A Frank se le desvaneció la sonrisa que tenía y todos nos miraban a la expectativa de que pasara algo. A lo único que atiné fue a sonreír y a reír leve.

—No es lo que piensas, cielo.

—¿Ah, no? ¿Entonces podrías explicarme qué haces de la mano de Harry?

Harry y yo reímos.

—¿En serio, ataque de celos por mi hermano?

Su rostro cambió inmediatamente y todos nos echamos a reír, entonces me di cuenta que Tony y Aron ya habían llegado. Luego de saludarlos llegó Amber y al escuchar la noticia de que había encontrado a mi hermano se emocionó más que yo. Nos pusimos en la tarea de idear un plan para reconstruir y entrenar al mismo tiempo. Esto va a ser algo tedioso.

****

Enero se pasó rápido, en menos de una semana logramos organizar la mayoría de las ventanas y las puertas magulladas, el resto se lo comunicaron a Grace, por ahora,  Amber y yo teníamos los conocimientos suficientes como para dedicarnos netamente al entrenamiento.

Uno de estos días estaba en mi habitación, y al salir del baño encontré un pequeño baúl, y al acercarme y tocarlo, se abrió, ¿qué acaso mis manos son llaves?...

Más de 100 cartas se hallaban ahí, y todas tenían solo un remitente... "Carola Sanders"

"—Vaya... Hasta que por fin las recibiste"

Volteé lentamente y mi cara se llenó de sorpresa al ver quien era, que alguien me explique esta encrucijada.

—¿Tú sabes acerca de estas cartas, Amber?

—Claro que sí.

—¿Por qué? —Pregunté sumamente intrigada.

Calló por un largo rato y solo me observaba.

—Yo conozco a Carola.

La miré asombrada.

—¿Y por qué no me lo habías dicho?

—No quiero que me odies.

—¿Por qué he de odiarte?

—... Porque yo escribí las cartas.

—Pero...¡No eres Carola!

Cerró los ojos y comenzó a transformarse, sus ojos verdes se tornaron color azabache, su cabello se tornó más oscuro, un poco más alta, labios carnosos... No puedo creer que sea ella. 

—Antes de que digas cualquier cosa, quiero que me escuches con atención: 

Luego de escaparme del capitán D. y ver morir a Harold, desarrollé completamente mi don de mutación, entonces pude copiarme de varias humanas, luego Harry y tú nacieron.

Estuve con ustedes y era feliz viéndolos jugar y crecer, pero cuando tenían dos años tuve que dejarlos con un par de campesinos a cada uno. Maxim comenzó a buscarme y era una cacería de la que ustedes no saldrían con vida. No quería que les hicieran daño.

Pero créeme, nunca los dejé desprotegidos, lamento no haber estado contigo físicamente, pero siempre estuve contigo espiritualmente, cada año te escribí una carta, ahí están todas y si quieres odiarme hazlo, estás en tu derecho, tendré que hablar con Harry y si quieres que me vaya también lo haré, pero solo después de pelear contigo en la guerra.

—No. No lo harás.

—Sí lo haré, esta también es mi guerra y todo pasó por mi culpa, por mi amor... Tengo derecho a luchar, además soy tu madre y no puedes obligarme a desistir.

La miraba con tal asombro que era indescriptible, ella fue la que parió en condiciones de presión, tuvo que abandonarnos y aun así nos ama, admiro su valentía, su fuerza, pero sobre todo su sentimiento hacia nosotros.

—Dime algo Marietta, tu silencio me agobia.

—Mm... Yo... No sé que decir. No te odio, solo necesito tiempo para asimilar esto. Es decir, acepto tu historia y lo más seguro es que dices la verdad, pero... Aún no puedo aceptarte como mi madre, debes darme tiempo.

—Lo haré. Pero entonces, ¿puedes perdonarme?

El silencio reinó una vez más y ella me miraba expectante, esbocé una pequeña sonrisa.

—Sí. Al fin y al cabo tú no tuviste la culpa.

—¡Gracias! No sabes lo feliz que me pongo por eso. ¿Quieres ir conmigo por una malteada? Sé que te encantan.

Reí y ella me sonrió al cambiar de forma.

—Sí claro, pero ahora te vas a quedar con tu figura original. De ahora en adelante no serás de nuevo Amber Cowell, ahora volverás a ser Carola Sanders.

—Bien. —Rió y cambió de forma, luego emprendimos camino hacia la cafetería.

****

Academia Bleed (Versión física disponible)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora