Nuevos rostros

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Nuevos rostros:

[Narra _____ Monroe]

Así es, mi vista se hizo borrosa de nuevo, no puedo creer que me estén secuestrando otra vez…Es decir ¿Qué no se cansan de tenerme amarrada y con los ojos vendados todo el tiempo? Es difícil de explicar lo que siento justo en este momento, son un montón de emociones y sentimientos encontrados, en mi cabeza hay como una pequeña guerra entre mis opciones y oportunidades, al parecer las perdí todas.

No puedo ver absolutamente nada, tengo un saco en la cabeza que impide que vea algo e incluso a veces siento que me sofoco, necesito calmarme e intentar soltarme pero me resulta muy difícil; me duele mi brazo como nunca en la historia de mi vida me había dolido…Lo último que recuerdo es que estaba en un callejón hablando con Geovanni, después de eso ya no recuerdo nada.

Sentí como mi transporte se detenía, escuche los azotes de unas puertas y unos pasos, después escuche el gran crujido que hacen las camionetas cuando vas a abrir una puerta, no sé porque pero ya no me sorprendía tanto estar en este situación es decir ¿Qué me pueden hacer? ¿Matarme? Mmm hay que considerarlo.

Sentí dos pares de brazos sosteniéndome por la cintura y los hombros así haciéndome levantar del tapete de la camioneta, me  cargaron para bajar, seguramente aun piensan que sigo adormilada; me siguieron cargando hasta que sentí que me bajaban y me colocaban en una silla, me empezaron a quitar las sogas de los brazos y piernas, me sentía obviamente más libre pero no pensaba en moverme. Segundo más tarde quitaron el saco de mi cabeza.

En ese momento no abrí los ojos, por cierta parte realmente tenía miedo de encontrarme con una escena desagradable o aterradora, seguí fingiendo que estaba adormecida; abrí lentamente uno de mis ojos para ver si aquellos hombres seguían en la habitación, pero tuve suerte de encontrármelos saliendo del cuarto.

Abrí mis dos ojos y visualice completamente toda la habitación, tenía una decoración rara, era entre rustica y moderna; las paredes tenían papel tapiz de color rojo y había unos tipos de escudos por toda la habitación, había una pequeña cantina al final de la habitación y unas cuantas mesas esparcidas por todo el lugar. Me pare de mi asiento y comencé a recorrer las mesas, realmente el lugar no era muy grande así que mi recorrido fue relativamente corto; en las mesas podías encontrarte cosas como marihuana, cigarros, cartas y armas blancas.

De una de estas tome una pequeña navaja, solo la usaría si algo malo sucedía, aun no sé porque estoy aquí pero claramente no me quieren para algo bueno. Me dirigí a la puerta y tome la perilla, lentamente y con muchísimo cuidado de no omitir ninguna clase de ruido abrí la puerta y asome mi cabeza, así encontrándome con un extenso pasillo decorado con una alfombra roja y con las paredes de color café claro, era bastante horrible y tétrico; camine por el pasillo apreciando unas cuantas imágenes que había enmarcadas en la pared, me percate en que en todas aparecía un señor de edad avanzada entre los 40 o 50 años, vistiendo siempre trajes elegante y fumando un puro; no cabía duda de que me encontraba en otra mafia, pero realmente la pregunta era ¿Dónde estoy y de quien es esto?

A medida que recorría los pasillos me topaba con muchas puertas las cuales quisiera abrir pero tengo miedo de toparme con algo nuevo para mí.

Después de unos minutos de estar contemplando todo, escuche el ruido de una puerta abriéndose, maldije como nunca lo había hecho y abrí una de las puertas que estaban a un costado de mi, por suerte me encontré con un cuarto de servicio, me metí y me oculte entre las escobas y algunas cajas viejas, escuchaba pisadas por el corredor pero francamente no quería ni saber quién era o ver su rostro.

Dejaron de escucharse las pisadas y supuse que sería buena idea salir, iba abrir la puerta pero tropecé con un trapeador haciendo que las escobas, cajas y cosas que estaban en algunos estantes cayeran al suelo así haciendo mucho ruido. Rápidamente me levante y corrí por el pasillo como si estuviese a punto de ganar una carrera. De la nada salió un hombre de una de las habitaciones y me estrelle en el haciendo que los dos cayéramos al suelo, me puse nerviosa y empecé a hiperventilarme, hasta que poco a poco fui perdiendo la razón…

Mafia MonroeWhere stories live. Discover now