Callejón sin salida

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 [Narra ______ Monroe]

Eran las doce de la noche, salí a dar un paseo por las calles de Nueva York, todo se sentía muy frío, podía apreciar la intensa luz de la luna, que me seguía a cada paso que yo daba, la oscuridad me envolvía en una atmosfera abrumadora, me arrastraba hacia un callejón solitario y silencioso, después de un momento deje de apreciar todo lo que pasaba a mi alrededor, me enfoque en mi, miraba atentamente mis pies como se movían con el mismo ritmo con el que pisaban los pequeños charcos que habían quedado después de aquella tormenta…

La ciudad que nunca duerme se escuchaba muy apagada, seguía caminando sin algún rumbo, hasta que me tope con una calle la cual no conocía, me aventure a ver qué era lo que había, a lo lejos se podía escuchar claramente el sonido de varias personas hablando, no le di importancia y seguí caminando desconcertada, llegue hasta el punto límite del callejón, gire mi cabeza hacia el lado derecho sin poder apreciar nada más que unos cuantos botes de basura, después me gire hacia el lado izquierdo y vi un pequeño bar, decidí entrar para saciar mi sed, y quizá también olvidar lo sucedido…

Me acercaba cada vez más al bar, paso a paso, la vista se hizo más clara, a simple vista el bar parecía muy agradable y amistoso así que me dispuse a entrar. Saque mi mano de mi bolsillo rápidamente ya que este se estaba congelando, toque la barra que había en aquella puerta de cristal y empuje con un poco de fuerza, al entrar me pude percatar de que había gente muy bien vestida, y que todos se la estaban pasando muy bien tomando algunas copas y conviviendo con los que estaban en sus mesas.

Entre un poco más al fondo y me senté en la barra donde servían más rápido todas las bebidas, al estar sentada se me acerco el cantinero y me ofreció algo de tomar…

-¿Qué desea de beber señorita? Me dijo el cantinero con una voz un poco apagada.

Solté una pequeña sonrisa en señal de inseguridad, y después en un tono un poco más rudo dije –Nada fuerte, solo quiero un vaso de agua por favor.

El cantinero se fue a servirme el agua, yo tenía ganas de hacer del baño así que fui al tocador, subí unas escaleras y encontré los letreros hacia el tocador, entre a este e hice del baño, después salí y me lave las manos, había un gran espejo enfrente de mí, en el cual pude verme un poco pálida, saque mi labial de mi bolsa y me puse un poco de este en los labios, para que no pareciera muerta viviente.

Mientras me arreglaba pude oír algunos pasos que se dirigían a los baños, supuse que era otra persona que quería entrar, salí con la cabeza agachada sin ver directamente a aquella persona, abajo se escuchaban las risas iguales, yo no estaba muy animada, pero en cierta forma me gusto el ambiente del bar. Baje las escaleras y volví a sentarme en la barra, ya estaba ahí mi vaso con agua, loa agarre firmemente con mi mano derecha y me lo fui acercando a la boca poco a poco, cuando un hombre alto y con traje llego a interrumpirme antes de que pudiera dar el primer sorbo…

-¿Podrías venir conmigo? Me dijo aquel hombre con una voz ruda.

En ese momento se hizo el silencio en el bar, todas las personas voltearon a verme e hicieron gestos de desprecio, al principio no entendía muy bien lo que estaba pasando, supuse que era un bar solo para gente importante y que me iban a echar, asentí con la cabeza, así accediendo a ir con aquel hombre alto, este me condujo hasta una puerta, la abrió y era una oficina, me empujo hacia adentro y cerro rápidamente la puerta, en ese momento entre en pánico, y empecé a gritar y a patear la puerta, hasta que se escucho una voz en la habitación.

-No importa lo que grites o patees, esa puerta nunca se va abrir…

Me calme y volteé  hacia atrás, la habitación estaba muy oscura, estaba desconcertada no sabía quién me había dicho eso, forcé cada vez mas mi visión para tratar de poder ver algo, hasta que una luz se prendió repentinamente, así pude contemplar de que me encontraba en una clase de oficina.

Me fui acercando hacia un escritorio sin recordar que la curiosidad mato al gato xD, me acerque un poco más y otra vez escuche esa voz…

-Adelante siéntate…tengo que hacerte unas cuantas preguntas vieja amiga…

Me quede aun mas confundida ¿a qué se refería con eso de vieja amiga? Me senté con temor, había una gran silla del otro lado del escritorio supuse que había alguien sentado en aquella silla, pero de repente algo me tomo del cuello, unos brazos me rodearon completamente el cuello  sin dejarme posibilidad de respirar, fue cuando un hombre se me acerco y empezó a susurrarme en el oído…

-¿A qué has venido traidora?

Trataba de liberarme así que le di un cabezazo a aquel hombre y salí corriendo del otro lado de la habitación asustada y temblando por no haber podido respirar por un largo tiempo…

Aquel hombre me miro fijamente a la cara, bajo los brazos y dijo:

-Tú no eres Belinda, ¿A qué has venido a mi territorio? Dijo serio.

-Yo solo estaba paseando por la calle y me encontré con este bar, solo quise entrar a tomar un poco de agua. Dije asustada apartándome de el.

-¿Qué familia te a enviado aquí? Dijo aquel hombre con un tono de voz fuerte.

Yo luchaba para no morirme del miedo y tartamudeaba un poco al hablar-¿Famiglia? ¿No querrá decir familia? Ya le he dicho que yo solo estaba paseando y solo entre.

Aquel hombre soltó una pequeña sonrisa, la cual era linda, pero aterradora porque no sabía si se reía por felicidad o porque iba a matarme :p

-Me refiero a una Mafia…¿Quién te ha enviado, los Catalano?

Cuando dijo la palabra Mafia, me estremecí, sentí que mi piel se había hecho más dura y tenía demasiado miedo.

-No pertenezco a ninguna Mafia. Dije tartamudeando

-Mmm no puedo confiar en ti, pero te aseguro que te estaremos vigilando muy de cerca… dijo aquel hombre con pinta de misterio.-Ahora ya puedes irte, mas te vale que no hagas ningún movimiento en falso…

Abrieron aquella puerta desde afuera, y yo salí disparada como misil hacia mi libertad, corrí hasta llegar a la puerta principal la abrí, y seguí corriendo hasta la calle, le hice una señal a un taxi para que se detuviera, este se detuvo y entre, y le dije  mi dirección para irme a casa, así dejando atrás todo lo sucedido…

Mafia MonroeWhere stories live. Discover now