¿La tercera visita?

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¿La tercera visita?

[Narra _____ Monroe]

-Yo si lo hice. Dijo Frank mientras los dos cruzábamos nuestras miradas y este me sonreía.

-¿Tu enviaste las flores? Le pregunte viéndolo desconcertada.

Este hizo una pequeña sonrisa, bajo la mirada y se rasco la cabeza – Si, yo te he enviado las rosas.

Yo solté unas risas porque me dio gracia ver la reacción en el rostro de Frank -¿Pero cómo es posible? Te estaban haciendo una cirugía, ¿Cuándo las enviaste?.

El se quedo pensando un momento y después me miro con una cara de sabiondo –Bueno tú llegaste antes que yo al hospital, me entere de eso porque mis oficiales me informaron que te encontrabas aquí, al saber de tu mala condición, mande a que te compraran unas flores y te las dieran de parte mía. Dijo Frank sonriéndome.

Aunque me parecía tierno que Frank me hubiese mandado las flores, por otra parte la mitad de mi alma se quedo destrozada y desilusionada, cuando desperté en el hospital y vi la mesa con el ramo de rosas por un momento llegue a pensar que este Tom me las había regalado; ya no entiendo porque me interesa tanto el hombre que cambio mi vida por completo.

Me molesta tanto pensar en el, pero es inevitable, él fue el comienzo de mi nueva vida desde aquella noche en la que entre al bar, ¿Cómo olvidarlo? Si cada segundo que pasa pienso en él, es increíble pero empiezo a creer que me enamore de aquel idiota que casi hace que maten a Frank y a mí.

Yo hice una risa y gesto falsos –Gracias Frank. Dije mientras lo tomaba de la mano y me acercaba a él para darle un beso en la frente.

Después de unos minutos de estar hablando con Frank, me recosté a lado de él en la camilla y prendimos la televisión, ahí nos pasamos casi toda la noche viendo unas películas de acción. Después note que Frank se había quedado dormido, apague la televisión y me levante poco a poco de la camilla.

Camine hacia la puerta y la abrí, todas las luces del hospital estaban encendidas pero pude notar que no había ninguna enfermera al alcance o recepcionista a la que yo pudiera acudir para que me llevara en una silla de ruedas o algo por el estilo a la otra sección del hospital en donde se encontraba mi habitación, camine hacia una silla de ruedas que estaba en el pasillo junto a otra habitación, la tome y me senté en esta con mucho cuidado, porque a pesar de los calmantes que había recibido aun me dolía mi cuerpo por todas las heridas obtenidas en el combate con Elaight.

Yo nunca en mi vida había usado una silla de ruedas así que era algo completamente nuevo para mí, lo vi de una manera divertida y empecé a pasearme entre los pasillos del hospital y haciendo carreras conmigo misma. Mientras más pasillos recorrían me daba cuenta de que en realidad no había nadie, no sabía si preocuparme o sentirme libre. Llegue a la puerta que dividía el hospital de las salas de urgencia de las salas de cirugías y cuidados intensivos.

 Una sensación de miedo me invadió, y decidí que sería mejor volver con Frank, me di la vuelta y de nuevo recorrí los pasillos, llegue a la habitación de Frank, me levante de la silla de ruedas y abrí la puerta, Frank seguía ahí dormido. Iba entrando cuando algo me tomo del hombro yo voltee un poco alarmada, pero me di cuenta de que solo se trataba de una enfermera.

-¿Se le ofrece algo señorita? Dijo aquella enfermera de ojos claros y cabello negro.

Me quede pensando un segundo después la voltee a ver y le dije – Quiero un vaso de agua por favor.

Esta asintió con la cabeza, y se fue de la habitación hacia el pasillo, yo cerré la puerta del cuarto, me senté a un costado de Frank, el cual dormía como un niño, minutos después entro la enfermera con el vaso de agua y me lo entrego en las manos, cuando paso a lado de Frank se fijo muy bien en él; yo solo agarre el vaso y le agradecí.

Mafia MonroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora