Águila Azteca [México]

18

La noche cayó, todos se encontraban dormidos entonces se deslizó del agarre de laguna que estaba acostada con ella para ir al cuarto que tenía bajo llave entro mostrando todo sus artefactos mágicos junto con los escritos de hace unos días; paso por la habitación con prisa para deslizar un librero mostrando una puerta a otro cuarto, genuinamente tiene muchas cosas ocultas en su casa, su ansiedad no solo se reducía a su cuerpo tienes varias medidas para asegurar la protección de quién esté en la casa con ella o mantener seguros todos sus secretos.

La puerta chillo un poco al abrirla, deberá ponerle aceite pronto o no será muy útil tener una puerta escondida si suena. Prendió la luz de la habitación chica, mostrando representaciones de dioses prehispánicos en su mayoría mexicas, pero tenía de otras culturas que se asentaron en sus territorios hace muchísimo tiempo se posicionó frente a la escultura de mictlantecuhtli sería mucho más fácil hablar co n ella, aunque sea más suave y más considerada que su esposo el Dios del Inframundo no le quita lo engañosa, gandalla, juguetona que puede llegar a ser en muchas ocasiones siendo reflejado en múltiples calaveritas, un razgo que ambos comparten pero ella llevando el lado más "sereno", entonces se inclinó para tomar un cuchillo de obsidiana que tenía a los pies de la escultura para encajarse la cuchilla en su lengua, la sangre empezó a caer por su barbilla con un sabor dulce en su paladar que le haría agua la boca si deja pasar mucho tiempo en ella o que otra persona describirlo con un sabor a óxido.

Dejo su boca abierta dejando que caiga mucha más al piso, sangre caliente y de un color vivo, viendo como una mariposa negra llegó colocándose frente a ella, todos saben que significan estás pequeñas criaturas no?

La muerte está cerca

Pero en este caso, está aquí mismo

Unos huesos empezaron a construir, mostrándose en poco tiempo la diosa de la muerte frente suyo con una de las apariencias que más le gustan la catrina un figura icónica en la cultura mexicana en la actualidad que presenta un esqueleto en ropa de mujer que con el tiempo se volvió una forma de la diosa de estar más cerca del pueblo que quedó después de la conquista, de poder estar presente o ser reconocida, de no ser olvidada por el pueblo que llegó a atemorizar hace bastantes años. Con delicadeza levantó la cara de la mexicana agarrando su lengua para curarla embarrando sus huesos de sangre, pero no era molestia, solo chupo para absorber la sangre que la llegó a ensuciar.

— ¿Para que me llamaste pequeña? —. Su voz hacia un eco como si estuviera en las lejanias, al igual de una gran curiosidad.

— Te tengo unas preguntas ¿Quieres café para el tiempo que estarás respondiendo? —.

— Creo que ya sabes la respuesta —.

Con eso salieron de la habitación, en dirección al comedor, los huesos sonaban en cada piso haciendo un "clic clac" ligero al chocar por la superficie en completa obscuridad de la casa para no despertar a los invitados que estaban en un sueño profundo.

Prendió la estufa para calentar el agua para la bebida con cafeína que su deidad quiere, al colocar la tetera empezó a rezar bajo su aliento que no hiciera ruido mientras que buscaba una golosina que darle. Sacó unos polvorones abriéndole el paquete entregándolo a las esqueléticas manos de la contraria, apagó la lumbre antes de que chiflara el agua.

Prendió una vela, prendió y sirvió el café deseado. La catrina le tomo un buen sorbo a bebida.

— Entonces... ¿Qué quieres que te diga? —.