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6:10 AM

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6:10 AM

La alarma sonaba sin parar.

6:15 AM

Volví a escuchar aquel ruido que pitaba todas las mañanas a la misma hora, extendí mi mano, derrotada y busqué aquel dispositivo chillante, mi mano, en busca del despertador, tumbó varias cosas que se encontraban en la mesa de noche, tras varios intentos, por fin pude apagarlo.

Finalmente, me estire entre las sábanas que me acobijaban y emití un ruido de satisfacción, era mi parte favorita del día. Talle mis ojos y comencé a levantarme de aquella cama que era mi fiel compañera.

Me dirigí con prisa al baño y me di una ducha, asegurándome de lavar bien mi cuerpo y quitar todo rastro de pegajosidad y olor a tabaco.

6:30 AM

Cuento con media hora para poder llegar a tiempo al trabajo, si me visto en 2 minutos y me maquillo en 10, tendré oportunidad de desayunar algo y lavarme los dientes.

Abrí el closet como si de abrir un regalo se tratara y busqué lo más formal que tenía, me vestí rápidamente, no sin antes tener complicaciones con las medias, odio las medias.

Cogí el maquillaje y comencé con un ligero rubor, además de un sombreado de ojos en tonalidad café.

6:45 AM

Tardé más de lo esperado, recorrí la cocina y tomé una fruta, una fruta como desayuno no es mala opción, esta vez, sería un plátano el afortunado de hoy.

Cepille mis dientes y salí de mi departamento, directo al garaje del edificio.

Subí a mi auto y conducí hacia la oficina, no iba a llegar tarde, no en la semana en la que el jefe de moda se encontraba la empresa.

7:20 AM

Genial, llegué diez minutos antes del horario laboral, suspiré profundo y saqué mi bolsa de maquillaje, desde que me adentre a este mundo, comencé a entender a mi madre y con justa razón, ya que el maquillaje que tenía se había corrido un poco, por lo que retoque esas partes y opté por un labial claro, en lugar de un gloss.

Los lunes por la mañana suelen ser los más agitados, especialmente cuando el jefe se encuentra en el área, faltaban pocos minutos para abrir, por lo que baje de mi carro y accedí al edificio, en dirección a la oficina.

— Te ves muy bien hoy, T/N —saludó el guardia de seguridad, quien salía de su turno— Ten un buen día.

— Gracias Hori, igualmente —saludé y sonreí para continuar con mi camino.

Esta iba a ser mi oportunidad para ascender de puesto, estudié diseño y modas para poder crear mi propia línea de ropa, no para ser la asistente.

En otra vida (Tobirama y Tu) Where stories live. Discover now