t r e n t a d u e

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Al día siguiente...

Abrí los ojos lentamente y pude observar a Aris mirándome fijamente, sobre todo confundido al verme en su habitación... En su cama, a su lado. Bueno, tenía todo el derecho de estar así, estaba irrumpiendo su espacio

—Lo siento... — fue lo primero que hice y suspiré —. No pude, ni quise dejarte sólo en esto... Lo que dije ayer era en serio, Aris. Quiero cuidarte de todo mal. No sabes la impotencia que tengo de no poder calmar tus tristezas ni inquietudes. Yo... Te quiero mucho.

Lo vi sonreír y poco a poco fue soltando lagrimas también... Esa imagen de él llorando me dolía como si acuchillaran mi corazón una y otra vez. No sabía que hacer ni como consolarlo, así que tomé su mano y la presioné un poco, tratando de tranquilizarlo...

—Anoche tuve una pesadilla... — murmura aún decaído y solamente me callo, esperando a que me terminara de contar y pudiera desahogarse conmigo —. Era una en donde yo no era el padre que esperaba — lleva su mano a su abdomen, refiriéndose al bebé que llevaba dentro y poco a poco se le quebraba la voz —. Y se decepcionaba de mí y...

—Hey, Aris... Serías el mejor padre del universo, Louisa te lo puede confirmar — lo callé y pasé mis dedos por sus mejillas, limpiando todo rastro de lágrimas. Pero mis impulsos por sentir su piel me ganaron y comencé acariciándolas suavemente —. Tu sabrás que hacer... Decidas lo que decidas, aquí estaré para apoyarte...







𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐨

—Voy a abortar...

Eso le cayó de sorpresa, pues se calló inesperadamente. No sé porque temía por su reacción... Probablemente vaya a gritarme o juzgarme por esto. Me llevó toda una noche en tomar esta decisión. 

Era definitivo, de ninguna forma podría cuidarlo como merece...

Va bene... ¿Quieres que te acompañe? ¿Ocupas algún gasto? Puedo dártelo sin problemas, Aris. Sólo dime cuanto necesitas y voy... — interrumpí sus planes, riendo bajito. Joaco era muy tierno y considerado

—Gracias, Joaco... Todo cool — suspiré mirándolo conmovido por hacerme sentir bien —. Gracias...

—No tienes que agradecerme nada, Aris. Yo...

—No, gracias por estar aquí...

Al demostrarle que ya estaba mejor, sonríe al verlo más tranquilo. Debo admitir que su apoyo me estaba haciendo de mucha ayuda.

Fue inesperado que se haya acercado a besar mi frente y nuevamente pasa sus dedos por mis rostro... Sin dejar de mirarme

—Bien, ahora seré yo quien te haga el desayuno... ¿Te sientes bien como para comer algo? — pregunta levantándose y mirándome preocupado

Asentí de mejor humor y reí — Pero para eso me contrataste a mí, Joaquín

—¿Y? Soy el jefe, si digo que te haré el desayuno, lo haré... capisci? — pone sus brazos en su cintura y dice en tono divertido

Capisco, jefe...

—Bien, iré a la cocina... Te espero abajo...

Sin importar que iba en calcetas, salió de la habitación y dejándome a solas.
Todo lo de Joaquín me ha dejado sin palabras. Definitivamente era el mejor hombre del universo... Aunque se llevaría una gran decepción si supiera que este bebé era suyo.

Una parte de mi se sentía egoísta, pero no estaba listo, mucho menos si muy apenas y podía cuidarme a mi mismo de la mafia italiana con la que vivía bajo techo...

Así que me levanté y me dirigí a pasos perezosos al baño. Tomaría una ducha relajante antes de desayunar, no quería verme tan jodido como me sentía por dentro. Lo hice lento, sintiendo el agua calmar la tensión de mis músculos y relajándome poco a poco...

Terminando de secarme, me vestí con algo cómodo y fue una batalla no ver aquel bulto pequeño sobresalir de mi estómago. Lo siento, pero no te traeré al mundo cuando estoy en una misión que pone en riesgo tanto mi vida como la tuya...

A pasos lentos, bajé las escaleras y llegué a la cocina. Vi a Joaquín alimentando a Louisa y animándola a que abriera la boca, era una escena muy chistosa. Me quedé conmovido por lo que veía y suspiré. Pero creo que fue lo suficientemente fuerte como para que los dos Bondoni's giraran a mirarme

—Hola, Aris — me saluda Joaco y deja el desayuno en la isla de la cocina —. Ven, ya está tu desayuno... Te hice un sándwich y te serví un jugo naranja. Es algo ligero para, ya sabes...

—Gracias Joaco, se ve delicioso — me fui a sentar a donde dejó el plato y comencé a comerlo tranquilo —. ¿No desayunarás?

—Ya lo hice, ahora estoy con esta bambina... — contesta señalando a Louisa, quien ya llevaba su comida a la boca con sus manitas regordetas —, bueno... Al parecer quiere desayunar por su cuenta

Reímos al verla haciendo su intento de tomar nuevamente la cuchara pequeña, pero luego de desesperarse de no poder recogerla, la lanza y la toma con sus manitas, embarrándose en el momento

Después de eso, comí en silencio mientras los veía convivir y siendo felices

Algún día... No ahora, pero en un futuro lejano así será

















La maternidad será deseada 💚
Espero puedan entender la decisión de Emilio✨

Sᴇɴᴢᴀ ᴀᴠᴇʀᴛɪ ɪɴᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ  ➟ 𝗲𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮𝗰𝗼 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora