t r e

620 74 14
                                    

—Tráeme a Emilio O'Donnell vivo y lo discutiremos... — finaliza la charla y sale de su oficina, noté que se veía aturdido

Probablemente le había dado justo donde le dolía: orgullo familiar.

Papá había mencionado una infinidad de veces que sería el siguiente Bondoni para el puesto como presidente de la organización. Pero yo tenía otros planes que cumplir, así que por desgracia suya, no lograré su cometido

De nuevo salí de la oficina y me encontré con mi fiel primo Gianluca: sonriente como siempre y con su buena actitud

Cugino, estás muy tenso ¿Qué tal te fue con el señor Bondoni? — pregunta notando mi semblante y tratando de masajear mi hombro

—Lo mismo de siempre... Su querido y bendito O'Donnell — le conté frustrado y frote mi sien. Escuchar tan sólo su nombre me provocaba una jaqueca tremenda

—Vamos al lugar de siempre y me cuentas bien todo ¿va bene?

Asentí y salimos del gran edificio para dirigirnos a nuestro restaurante favorito, el que ha sido testigo de muchas aventuras junto a mi primo y de algunas cosas más...









𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐨

—Hay que hacerte una despedida — sugiere Talia emocionada —. Una noche antes de irte, vayamos a la discoteca de siempre... Será lo último que haremos después de tanto tiempo

—Osorio ni de pedo nos deja salir, wey... — asegura Dante sin emocionarse ante la idea

—Hey, me ofendes ¿sabes con quien estás hablando? — presumo divertido, mostrándome a mi mismo —. Ya verán, sino... Pues escapamos, no hay pedo

—Pinche Emilio... Una sanción y vale madres tu misión en solitario wey — recuerda Diego serio —. Dante tiene razón, mucho menos a ti te dejará ir

—Ya verán que si... — me levanté de mi asiento y me dirigí a la oficina del chief


—Jefazo de mi vida, chief de mi corazón, señor todo poderoso... — comienzo a aligerar un poco el ambiente para que la regañada no esté tan terrible

— ¿Qué quieres hacer ahora, Emilio? — pregunta sin dejar de mirar unos papeles que sostenía en manos

— ¿Cómo sabes que quiero algo?

—Te conozco desde que estabas en pañales. No me haces tonto

—Bueno.... ¿Podemos ir Talía, Diego, Dante y yo de despedida a una discoteca? Te prometo que cuidaremos bien nuestras identidades...

—Está bien...

—Nos mantendremos unidos y a cualquier sospecha, te marcaremos...

—Ya te dije que si...

—Te aseguro no... Espera ¿dijiste que si?

—Sólo si prometen activar sus rastreadores, Emilio... Sí uno de ustedes lo apaga sin algún motivo, estarán sancionados sin salir por tiempo indefinido ¿de acuerdo? — advierte mirándome, esperando aceptar su condición —. Vete antes de que me arrepienta 

—Gracias chief — corrí a abrazarlo por la espalda y después de dejarle un beso en la mejilla, salí corriendo de regreso con los chicos 





— ¿Qué te dijo? — pregunta curioso mi amigo de cabelllo platinado, pero probablemente mi cara ya demostraba lo que esperaban

— ¡Nos dijo que si! — susurre bajo y se emocionaron dando algunos brinquitos —. Con la condición que activemos los rastreadores y no los apaguemos en ningún momento 

—Me parece bien, ni que fuéramos a cometer algún delito — acepta Talía sin dejar de sonreír —. Muy bien chavos, nos vamos de rumba...

—Ya necesitaba — me estiré relajado y volví a mi comida 

—Mailo... ¿De qué es la misión a la que te van a mandar? — pregunta Dante curioso y le da un sorbo a su limonada 

—No les puedo decir aquí, que hay pájaros en el alambre — susurre, voltee a los lados esperando que nadie nos estuviera escuchando —. Pero tengo que ir con los Bondoni... 

Mis amigos para nada lo tomaron bien, Talía soltó impresionada el tenedor con la ensalada que iba a llevarse a la boca; Dante escupió la limonada y Diego se estaba ahogando con la hamburguesa que estaba masticando. Creo que estas noticias no deben de darse sin sutileza

— ¡¿QUÉ?! — grita Diego asustado, tanto él como Talía me tomaron de los brazos y me llevaron arrastrándome hasta la habitación que compartíamos Valdés y yo, Dante nos siguió por detrás y me sentaron en la cama

Noté sus rostros preocupados y tensos, Diego comenzó a caminar de un lado a otro balbuceando cosas, Talía estaba a dos de entrar en pánico mientras Dante y yo los mirábamos confundidos, creemos que estaban exagerando demasiado... En cualquier momento este pedo explotaría...

Sᴇɴᴢᴀ ᴀᴠᴇʀᴛɪ ɪɴᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ  ➟ 𝗲𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮𝗰𝗼 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora