29. Profundo, correcto, genuino.

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No hizo falta que llegara hasta la habitación de Matt. Él estaba saliendo cuando aparecí en el pasillo, desvió sus ojos de los míos y largó un cortante “Hola” antes de indicarme la sala. Como si tuvieran una comunicación telepática, los otros cuatro se habían movido a ese lugar. Camilo tenía esa sonrisa idiota en su rostro cuando se encontró con el chico, yo quería y necesitaba borrársela de un golpe.
—Ven acá bebé —dijo Camilo palmeando su regazo.
Observé el rostro de Matt subir de color drásticamente a tiempo que Asher e Ítalo se movían con rapidez para sostener a Eric y evitar la golpiza. Sin mirar a nadie, Matt se sentó en un sofá individual y yo lo hice a su lado, sobre el posabrazos. Ambos muchachos tardaron unos largos segundos en calmar a Eric y para cuando lo lograron, Camilo ya estaba serio de nuevo.
—No voy a repetirlo Camilo —dijo Ítalo al borde del colapso. Generalmente Camilo no causaba problemas, nunca, pero en ese momento estaba siendo particularmente molesto y potencialmente peligroso para la estabilidad del grupo. Ni siquiera era gracioso, él estaba siendo un idiota.
—Mamá quiere que las llames —informó Eric a Matt. Éste último asintió sin mirarlo. —Ella está preocupada por ti ¿Entiendes? Todo el problema conmigo pasó, pero está preocupada por ti.
—¿Ella sabe de Camilo? —consulté con cuidado, nadie me había informado nada hasta ese momento y yo necesitaba saberlo.
—Sí. Seguimos la mentira que inventamos a Cristian.
—¿Mentira? —consultó en un susurro Camilo, pero todos lo ignoramos, o por lo menos yo, que lo había oído, lo hice.
—Ella piensa que Eric enloqueció cuando encontró a Matt y a Camilo en una situación comprometedora —dijo Ítalo con seriedad. —Sabe que Cristian mintió para salvar a Eric. Cristian también cree que hay algo entre ellos dos. Es mejor que todos piensen eso.
—¿Qué dice Lola de que Camilo “no se hizo cargo”? Porque Cristian está un poco enojado…y él ni siquiera conoce a Matt.
—Ella no está contenta con él —continuó mi hermano. —Pero entiende que Camilo aún “no está listo para salir”.
—Estoy “experimentando” en realidad —corrigió Camilo a modo informativo. —Por eso no me hice cargo.
—Y por supuesto ella no está feliz —dijo Eric con enojo en su voz. Si Asher lo soltaba, él se iría contra Camilo, irradiaba con fuerza las ganas de golpearlo que tenía. —Pero es bueno, porque está pensando en otra cosa y no en mi implicancia en el asesinato de ese sujeto. Igual que papá, él está tan trastornado con tener un hijo gay que
—¡Eric! —grité con fuerza. Me observó fijamente unos segundos antes de mirar a Matt enrollado sobre sí mismo. Herido.
—Lo lamento…
—Lo que sea —escupió con Matt con menos fuerzas de las que le hubiera gustado. —No es como si fuera su hijo realmente, él puede renegar de mí, no me importa. No me importa de hecho lo que ninguno de ustedes piense de mí, especialmente tú Camilo.
Camilo rodó los ojos, pero se abstuvo de comentar nada. Se lo agradecí mentalmente.
—Fueron muchos años de callarme. Me alegra que mi salida los ayudara… te ayudara a salir libre de semejante situación, pero lo hice por mi más porque por nadie —dijo con su voz temblorosa. Él quería sonar seguro, pero se notaba a leguas que estaba muy nervioso. —No me avergüenzo de quién soy, sólo no lo dije porque no quería generar incomodidades, sé cómo son, por eso no lo dije antes.
Todos, excepto Asher, desviaron sus ojos de Matt. Hijos de puta homofóbicos.
Tiré mis manos a sus hombros y apreté suavemente obteniendo su mirada. Sonreí a modo de apoyo y él sonrió de vuelta.
—La habitación que yo solía ocupar es amplia y bonita, tú puedes tenerla —dije con amabilidad. Era lo más privado de la casa, él podía tenerlo, no me importaba.
—Esa es tu alcoba —dijo Ítalo de inmediato. —No puedes simplemente “dársela”.
—Oh, lo lamento, pero se los nota bastante incómodos con la sexualidad de Matt, no me parece mala idea ya que ustedes piensan que él los puede abordar de alguna manera.
—Eso —se apresuró a decir Eric mirándome de una manera horrible —lo estás diciendo tú. Nadie dijo nada, sólo es… no lo sé, no lo habíamos pensando supongo.
—Que sea gay no significa que los mire a todos ¿Saben? A mí también me gustan los hombres y, a decir verdad, ustedes no son tan geniales como creen. A veces se trata de mucho más que de tener un pene entre las piernas, se trata de tener un par de neuronas, sólo un par.
—¿Pues yo soy muy inteligente o no Matty? —consultó Camilo inflando su pecho. A mi lado, Matt volvió a encogerse. —Digo, además de tener un hermoso y gran pene entre mis piernas que tú, cariño, conoces muy bien —esas palabras habían sido para mí, y Asher no era Eric, y, aunque hubiera querido, Ítalo no hubiera podido detenerlo a tiempo.
Suspiré poniéndome de pie sólo para que alguno de los golpes no cayera accidentalmente en mí. No necesitaba Norma sospechando más de lo que ya lo hacía.
Matt también se paró y lo noté aprestar sus manos contra su cuerpo. Él no quería interferir, quizás porque sabía que el idiota se lo merecía, pero fuera lo que sintiera por él o por Asher (quien por supuesto estaba recibiendo puñetazos de defensa también), no se pudo resistir e intercedió luego de que Ítalo pudo (o quiso) reaccionar.
Eric no se metió. Él sólo los observó intentando separar a las dos bestias que peleaban con intención de que eso sólo terminara cuando uno de los dos dejara de respirar.
—¡Basta! —gritó Ítalo cuando Matt pudo sostener por sus axilas a Asher. —¡Los dos! —le dio un fuerte empujón a Camilo y lo miró con sus ojos entrecerrados. —Basta. No quiero oírte hablar nunca más así ¿Oíste? —Camilo apretó la mandíbula, pero no respondió de ninguna manera. —Te hice una pregunta ¿Oíste?
—Lo hice.
—Bien. Cualquier situación que tengas con Matty o con mi hermana, lo arreglas con ellos, no frente a todos. No necesitamos saber lo que pasa en tu cama o en alguna de las suyas ¿Estamos?
—Si.
Ítalo se giró para enfrentar a Asher que aún respiraba con dificultad y aún quería ir contra el otro sujeto.
—No nos golpeamos. Nunca. Somos una familia. ¿Entendido? —Asher lo desafió con la mirada y no respondió. —¿Entendiste?
—Sofía —dijo Asher en cambio con su postura absolutamente rígida.
—Sofie —repitió Ítalo con cansancio. —Hazme el favor —negué con mi cabeza. Yo había hecho una promesa. —Sofie…
Largué un suspiro y me acerqué a Asher, me paré frente a él y le indiqué a Matt que lo dejara ir. Asher posó sus ojos en mi rostro inmediatamente, pero su respiración se alocó incluso más.
—Haremos un paréntesis, sólo por hoy, sólo por ahora —dije abriendo mis brazos.
El suspiro de alivio rebotó en mi cara antes de que sus brazos se envolvieran con fuerza en mi cintura y su nariz se enterrara en mi cuello. Se dejó caer sobre el sofá y tiró sobre mí, me puso ahorcajadas en su cuerpo y apretó sus manos en mis muslos hasta que no hubo nada de espacio entre nuestros cuerpos. Miré por encima de mi hombro al resto de los presentes y ninguno tenía alguna mirada que indicara extrañeza y eso era ridículamente enfermo. Yo ya les había hablado muchas veces sobre eso, pero a todos les seguía pareciendo “normal” que Asher alcanzara la calma cuando estuviera así, conmigo.
—Afortunadamente las pruebas coincidieron —dijo Ítalo cuando parecía que todo había vuelto a la normalidad, como si allí, hacía un minuto atrás, dos de ellos no se hubieran estado pegando dispuestos a matarse. —Hoy nos encargamos de la prenda de Eric —informó para Matt y para mí. Asentí y ese movimiento hizo que Asher me apretara más contra su cuerpo, como si yo fuera a huir de allí. —Ash hizo un buen trabajo allí, nadie se dio cuenta de nada.
—Lo bueno es que no pueden asociarnos ¿No? —consultó Eric mucho más relajado. Claro que la mano de Ítalo seguía en su brazo, sólo por precaución supuse. —El hecho de que no tengamos el mismo apellido nos da una gran ventaja.
—¿Tú cómo estás? —quiso saber Matt, en un susurro alto, no había otra manera de definir el tono de su voz.
Hubo un silencio pesado en el lugar, no pude mirar entre ellos porque Asher había tomado posesión de mi nuca para inclinarme más cerca de él. Su rostro estaba pegado a mi cuello y su nariz se deslizaba suavemente por él.
—Bien —respondió Eric. Él no se oía bien. —Estoy enojado porque no me dijiste quién era ese sujeto, no nos dijiste quién era ese sujeto, pero estoy bien. Podría haber sido peor ¿Sabes? Yo quería arrancarle los ojos y cortarle las manos. Tú no te imaginas que hubiera hecho con su lengua…
—Y es justamente por eso no que lo dije antes Eric —suspiró con horror. No dijo nada por unos largos segundos, nadie dijo nada. —No pensé que el sujeto podría reconocerme… yo era muy pequeño.
—Así funciona la mente de los pedófilos Matt —dijo Camilo con seriedad, nada del idiota burlón de hacía unos minutos atrás estaba presente en ese momento. —Ellos nunca olvidan a sus víctimas, como los niños tampoco lo olvidan a ellos.
—Lo sé —murmuró y sentí el escalofrío recorrer mi cuerpo por esa información. Porque era verdad, porque yo lo sabía.
Asher aflojó su agarre posesivo y lo cambió por uno más amable. Depositó un pequeño beso atrás de mi oreja y apoyó su rostro en mi pecho. Sus manos, anteriormente postradas en mis muslos, peligrosamente cerca de mi trasero, se deslizaron a mi cintura.
—Matty, yo sé que estás pasando un momento difícil por muchas cosas —dijo Ítalo con su voz lo más amable que pudo. —Pero sabes que no podemos ocultar estas cosas, fue peligroso y estúpido. Eric podría haber terminado preso y nosotros también. No nos arriesgaremos así, nunca más ¿Entiendes?
—Sí, lo lamento.
—Y lo de Cristian…
—Era necesario —se apresuró a decir, casi con desesperación. —Yo sabía, yo estaba en conocimiento que él era gay, sabía que sería una buena coartada. No dije nada de más, sólo lo necesario. Y, no sé, él no parece alguien que fuera a desmentir su declaración.
—Cristian estaba muy contento con la liberación de Eric —dije a modo de apoyo. —Fue un movimiento estúpido y arriesgado, pero salió todo bien. No creo que él vaya allí a decirles que mintió, no le conviene y él no desconfía de Matt, para nada.
—Nunca más —repitió Ítalo como si no hubiéramos dicho nada. —Es peligroso que otras personas se involucren de esta manera con nosotros. De esta y de cualquier manera. ¿Bien?
Asentí y supuse que todos los demás lo hicieron también porque pronto todos comenzaron a moverse fuera de la sala. Yo bajé mis labios al cabello de Asher y dejé un pequeño beso en él.
—Por suerte nosotros somos parte del nosotros —susurro levantando su rostro para mirarme. —Sino estaríamos en peligro constantemente porque no te dejaría fuera de mi vida, nunca.
—Si no fuéramos “nosotros” nunca nos hubiéramos conocido Ash —sonreí con pesadez.
—Lo hubiéramos hecho, yo te hubiera encontrado, nos hubiéramos encontrado, porque esto que sentimos, que siento tenía que ser —continuó observando mi rostro detalladamente. —Es imposible que no fuera así.
—Eres todo un Romeo ¿No?
—No. Romeo murió demasiado pronto para saber si lo que sentía por Julieta era real. Yo todavía no estoy listo para morir, necesito muchos años más para demostrarte lo profundo, correcto y genuino de mi amor por ti. A pesar de lo enfermo que a veces parezca y a pesar de lo patológico que a veces se sienta.





N/A: Holaaa!!!! Ha pasado mucho tiempo 😅😅😅 Lo lamento!!

Espero con estos capítulos haber podido compensar el casi mes sin actualizar.

Ojalá les hayan gustado!! Agradecería sus opiniones:
Les está gustando??
Sienten que falta algo??
Aportes??
Críticas constructivas??

Lxs leo!

Lxs adoro! Nos leemos pronto 💖💖💖

CicatricesWhere stories live. Discover now