Uno

1.7K 110 40
                                    


N O V I E M B R E   1 9 9 8

SEIS MESES DESPUES DE LA BATALLA DE HOGWARTS

-

La recuperación no había seguido una linea recta; Isobel tuvo que aprender por las malas.

Un buen día podía convertirse en un mal día, y un mal día podía convertirse en un buen día. Algunas ves ella tenia buenos días, algunas veces semanas enteras de miseria.

Hoy era un buen día. bueno- ella sospechaba que sus estándares de "bueno" habían bajado, dado a que ella nunca se sintió alegre, o emocionada, o lo que sea que una vez hizo que un día fuera un buen día. Pero ella estaba fuera de la cama, se había sentado en el jardín por un rato, y ahora tenia hambre y se comió una tostada. Eso era suficientemente bueno.

Ella se quedaba sola en la casa cuando su mamá salía a hacer el mercado semanal. Había un pequeño supermercado en la esquina del pueblo muggle más cercano, a veinte minutos. Isobel y su madre tenia turnos para hacer las compras, decidiendo que ir ambas atraería mucha atención. Generalmente ella odiaba, odiaba cuando su madre se iba y ella tenia que quedarse sola en casa, pero hoy ella sintió... calma, solo con su propia presencia. No nerviosa, no ansiosa por la llegada de su madre. Hoy, ella estaba bien.

Ellas han vivido en esta casa por un año, habiendose mudado aquí después de la batalla. Su madre esperaba que gracias al lugar en el que la casa estaba - en un sector aislado, rodeado de arboles - sus nuevos vecinos muggles no los notarían tanto. La comunidad mágica debía mantenerse alejada de los muggles  para mantener las cosas a salvo y seguras; ese era el modo en que las cosas eran. Desafortunadamente, los mugres parecían ser muy curioso, y empezaron a hacer preguntas sobre sus trabajos, sus vidas, la ausencia de un carro en su garaje. Isobel creía que probablemente los muggles pensaban que ellas eran groseras, ya que ellas evadían todas esas preguntas. Ella y su madre se quedaban juntas casi siempre, muy de vez en cuando saliendo de la casa. 

Ella sabia que era mejor de esa manera, pero ella se sentía cada vez mas sola. Ella había visto varios muggles de su edad de visita en el pueblo, y quería desesperadamente hacerse amiga de ellos. No seria nada como tener sus viejos amigos de vuelta, pero al menos tendría a alguien con quien hablar.

El dolor físico que tenia en los primeros meses había desaparecido un poco. Había sido horrible - fuertes dolores de cabeza y músculos - pero al menos había sido una distracción de el inmenso peso de perdida que se quedó con ella. 

Ella no ha visto a sus amigos desde la batalla. Probablemente eso fue lo peor de todo. No poder verlos, hablarles, abrazarlos. Llorar con ellos. 

No poder abrazar a Ginny. Sabiendo lo mucho que sus amigos perdieron también. Fred. Tonks. Lupin. Sus rostros aparecían en sus pesadillas como retratos. No volver a envejecer. Ella constantemente se preguntaba si Hermione ya había logrado localizar a sus padre. Y si nunca lo logra?

O tal vez la peor parte eran las partes que Isobel no era capaz de recordad. El borrón en su mente, cuando intenta recordar cosas muy viejas, o por mucho tiempo. Grandes trozas de su vida, faltando en su mente. Tal vez existieron cosas peores, que ella no era capaz de recordar.

Todos los días caminaba alrededor de la casa con una manta alrededor de sus hombros, intentando conectar todos sus recuerdos. Ella esperaba que recordar algo, lo que sea, haría todo esto menos doloroso. Su madre era una sanadora, lo que significa que Isobel tenia suerte. Cualquier persona en su posición, que no tenga el privilegio de tener ayuda profesional, estaría en mas dolor. Pero el sentimiento de que había algo que faltaba la seguía de cuarto a cuarto, nunca se iba.

El constante sentimiento de que de todas esas cosa que no recordaba, una de ellas había sido muy importante, muy importante.

Sus primeros años en Hogwarts eran lo suficientemente claros. Los últimos años eran, los mas borrosos. Ella recordaba el Ejercito de Dumbledor y haberse quedado en casa durante el sexto año después de que su padre murió, y de algunas comidas en la sala común en el séptimo año, y enfrentarse con los Carrows. Habían algunos pequeños y borrosos recuerdos en su mente de algunos momentos: Vistiéndose con Hermione, Comiendo el desayuno en la mesa de Gryffindor. Ella esperaba que el resto de recuerdos volvieran con el tiempo. Pero nada nuevo volvió a ella. Y su cabeza empezaba a doler si intentaba recordar por mucho tiempo.

Ella recordaba la batalla de Hogwarts. Pequeñas partes.  Esas partes la atormentaban todo el tiempo, particularmente en las noches. Lagrimas, cuerpos tirados en el suelo, gritos. La luz verde. Nunca se fue.

Ella se estremeció. Deseaba que su madre regresara pronto.

Ella tomó su desayuno y se sentó en el sofá para poder ver la carretera.

Algo faltaba. En la grande montaña de cosas borrosa que ella alguna vez supo, había algo importante, ella estaba segura. Cuando la muerte paso y decidió dejarla, se llevo algo con ella. Se había robado algo de Isobel.

Ella sabia que sonaba loco, pero ella sentía que ella perdió una parte de ella después de la batalla.

Lo que ella no sabia era que a doscientos y veintitrés millas al sureste de donde ella se sentaba, Draco Malfoy estaba viendo al techo de su apartamento de una coma, pensando exactamente lo mismo. Que había perdido una parte de el después de la batalla

Dear Draco, pt.2 (Traducción)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt