Capítulo 8

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Nuestros labios seguían unidos, mientras que nuestras lenguas jugaban intentando entrar dentro del otro. Pasé una de mis manos por su cabello, removiéndolo mientras lo acariciaba lentamente, mientras que el brazo restante abrazaba la espalda de Julia impidiendo que pudiese separarse. Aunque ella misma mostraba que no era el caso, ya que sus manos acariciaban mi cabello y mi cuello.

En una de esas, ella se separó lentamente y con rapidez miró a otra dirección. ¿Se sentiría avergonzada?

Iba a preguntárselo cuando mi teléfono sonó. Maldije por dentro por la interrupción aunque en cierta medida me alegraba que no hubiese sonado un par de minutos antes cuando aún la besaba.

Cogí el escandaloso móvil que no paraba de sonar y sin mirar la pantalla acepté la llamada para acabar con aquel infernal sonido.

—Diga. —Saludé aunque sin poder dejar de quitarle el ojo a Julia, la cual seguía mirando hacia otra parte.

—Hijo, acabamos de llegar. ¿Podrías recogernos? —Preguntó desde la otra línea, y supe que se trataba de mi padre.

—No creo que haya ningún problema, esperad mientras allí.

—Está bien, gracias. —Colgó.

Toqué el hombro de Julia y esta me miró indecisa. Acaricié su mejilla e instantáneamente ella cerró sus ojos. Maldita sea, ¿por qué te sigo queriendo de esta manera?

—Creo que.. —Decía con dificultad aún con los ojos cerrados. —Debo volver. —Abrió sus ojos.

—Necesito un favor. —Dije de golpe y ella me miró confusa. — ¿Podrías acompañarme a recoger a mis padres del aeropuerto? No tengo aquí mi coche.

Ella parpadeó un par de veces y luego asintió con la cabeza. Ambos nos pusimos de camino hacia la casa sin decir una sola palabra. Había pasado, demonios, había pasado. La había besado como había soñado durante más de dos años.

Siempre pensé que la odiaba y que en mi corazón ya no quedaba hueco para ella, pero qué tonto había sido al pensar que la había olvidado. Deseaba besarla de nuevo y no soltarla más. Algo en mí me decía que parase pues ella tenía pareja, pero la otra parte de mi ser deseaba pararla en mitad de la calle y volver a fundir nuestros labios.

Cuando llegamos a su puerta, me indicó que entraría un segundo a por las llaves y que ahora saldría. Di media vuelta y observé la calle en profundidad, se trataba de un barrio familiar y tranquilo, y me alegraba saber que Julia había crecido en un sitio como este. ¿Cómo sería la Julia de pequeña? Seguro que se parecía bastante a Ian, y que ella ahora se queja de su hijo pero ambos serían iguales.

Reí por dentro y volteé de nuevo para mirar hacia la puerta cuando la escuché cerrarse. Sorprendido por ver a Ian de la mano de su madre, me acerqué a ellos y lo tomé en brazos.

—Estoy segura que a tus padres les gustará que Ian vaya al aeropuerto. —Comentó y yo asentí con cierto brillo en mis ojos. Era un buen gesto.

—Vamos, campeón. —Le dije a Ian mientras lo montaba en la sillita para bebés, en la parte trasera del vehículo.

Nos montamos en el mismo coche que Carter vino antes del trabajo, supuse que el coche de Julia se encontraba en Alemania, lógicamente.

Julia condujo en silencio durante parte del trayecto, ¿en qué estaría pensando? No iba muy concentrada, se la notaba nerviosa.

Ian, por su parte, iba dormido en la parte trasera del coche.

Giré mi cuello para mirar a Julia, la cual miraba hacia la carretera a la vez que se mordía el labio inferior incómoda.

Atrápame (2ª temporada Búscame)Where stories live. Discover now