𝕻𝖗𝖔𝖙𝖊𝖈𝖙 𝖞𝖔𝖚𝖗 𝖑𝖆𝖓𝖉𝖘

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—Oigan oigan oigan, dejen tranquila a Dahyun, ella es una menguante cualquiera y sus ojos verdes son naturales— Explicó jihyo tomandola de los brazos— No hay porque creer que es algo diferente a lo común—

Claramente no había nada de malo en ser diferente, pero jihyo lo decía esperando que estas personas se calmaran y evitaran hacerle algo a su compañera, que asustada la veía como su unica esperanza

—Conocemos muy bien ese tono de verde, todos los eclipses lo tienen—Esa mujer asentía seguido de todos en el dojo

—¡Dahyun es una ocaso!— Todos se sorprendieron al escuchar a jeongyeon— ¡Es una rama de condenados extinta! ¡Y son de los mas poderosos!—

—¿Si son tan poderosos porque se extinguieron?—Empezaron a reirse de Dahyun, que solo respondía agarrando con fuerzas las manos de jihyo

—Eso ni siquiera es cierto, disculpen a mi amiga...—Mirando con enfado a la princesa, procedieron a llevarsela lejos del dojo, aunque las personas no se conformarían y empezarían a perseguirla intentando analizarla con mas detalles

de pronto todas debían de rodearla para evitar que la lastimaran, la multitud impedía que siguieran avanzando, hasta que jihyo se enojó aun mas

—¡HA SIDO SUFICIENTE! ¡LARGO DE AQUÍ ANIMALES!—Una leve rafaga de nieve apartó a todas las personas que acosaban a dahyun, asustados y en el suelo, se limitaron a ver a aquel fenomeno que llegó al dojo

antes de que oscureciera ya se habían ido del pueblo, disgustadas pero al mismo tiempo felices de notar a la menor del grupo ir creciendo poco a poco. En el camino se veía menos afectada de lo que esperaban

—¿Estás bien?—Preguntó sana, a lo que Dahyun asintió con un rostro neutral

—Lamento haber dicho lo de los ocasos, creo que es algo que debemos guardarnos para nosotras—Se disculpó jeongyeon, a lo que jihyo contestó con un gruñido

—Tenemos suerte de que hay un pueblo cercano, y de que en pocos días llegaremos a los picos del cielo...solo tuvimos que pasar un mes rodando por todos lados—

—¡Ya puedo verlo! ¡Allá!— Apuntó momo hacia varias luces encendidas a los lejos, en vez de parecer faros, eran llamas— Oh...¿Qué sucede?

se veían confundidas, no fue hasta que lograron acercarse a las casas que se dieron cuenta de lo que pasaba, habían varios hombres con armaduras de cuero saqueando todo lo que era de valor, desde comida, telas, y diferentes herramientas, ya se estaban yendo cuando ellas llegaron

Llevaban antorchas y de ahí venían las llamas, los focos de los faros tambien fueron robados dejando a todo el pueblo a oscuras, únicamente iluminado por la luna menguante

quienes vivían aparecieron, no eran mas de treinta personas y en su mayoría eran hombres, todos se notaban entre frustrados, tristes y enojados despues de perder sus cosas, Jihyo negó con la cabeza, dirigiendo a sus compañeras hacia otra ruta

—¡Esperen! ¡Esperen!—

Aunque jihyo no volteó, si lo hizo dahyun y jeongyeon, haciendo que automaticamente las demás se detuvieran y vieran hacia el hombre que las estaba llamando

Jihyo estaba disgustada, pero fue quien habló por todas como era costumbre

—¿Hay algo en lo que podamos ayudar?—

—Son menguantes, ¿Verdad?— Mirandose mutuamente, todas asintieron hacia el— Por favor, necesitamos ayuda...les pagaremos—

el silencio no respondía nada, varios aldeanos se reunieron al rededor del hombre que aparentemente era quien fundó el pueblo, su atuendo coreano resaltaba entre la ropa de campesino que tenía la mayoría

BloodMoon (Twice Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora