"Pollito Valiente"

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En la habitación ubicada en el segundo piso ,de tan cálido hogar, se hallaba un pelinegro peleando con su lado felino.

"¡Es es mí pollito!" Repetía el gato blanco de Emilio, en su interior gruñendo.

"¡Recién lo está conociendo!" Respondía Emilio con voz ronca ante la palabras de su gato, se sentía confundido.

Era la primera vez que se sentía así por la presencia de algún animal. ¿Qué le sucedía a su gato?.

"¡Es mi pareja!" Contra atacó el felino ya por último. Llevaban discutiendo por más media hora. "¡No nos puedes alejar de él!"

"¡Claro que puedo!" Desafío el pelinegro en un chasquido cansado.

"¡No puedes!" Demandó el felino.

"¡Si puedo!" Respondió "¡Y lo haré!".

Con esas últimas palabras , Emilio decidió ignorar a su gato que soltaba gruñidos y rasguñaba dentro de él. Tenía que ser fuerte ,no se iba a dejar manipular por un pollito insolente.

Sin tanta prisa , tomó su pijama en una de sus manos y emprendió camino hacia el baño de su habitación.

Luego de unos minutos, ya con la vestimenta cambiada , decidió acostarse en su cálida cama soltando un suspiro del cansancio. Hoy fue un día algo agotador para el pelinegro.

Cerró suavemente sus ojos oscuros ,que tenían un brillo cautivador ,dejándose caer en las manos de Morfeo .

Hubiera sido mejor ,si no fuera por que justo en ese momento un castaño ingresaba a la habitación con una gran caja en brazos tropezando con sus pies ,provocando demasiado ruido para un Emilio que gruñó en respuesta.

— ¿Te gusta molestar ,no es así? —le preguntó Emilio con voz gruesa ante la interrupción del castaño que dejaba suavemente la caja en el suelo— ¿Qué es eso? —señaló a la caja.

Joaquín ante la voz ruda del pelinegro, estaba pensado seriamente en irse a dormir en la habitación de sus amigos.

"Joaco,si el gato feo te trata mal ,vienes con nosotros. Donde caben dos ,caben tres" Recordó las palabras de su hyung.

— Es un colchón inflable , mamá Suni me lo dió —informó comenzando a quitar tal objeto de la caja ,sin dirigirle una mirada al pelinegro acostado en su cama— dormiré aquí —sentenció.

— ¿Dormirás ahí? —preguntó algo desconcertado Emilio, sentía una leve presión en el pecho ante las palabras del castaño. Que ni una mirada le había dirigido desde que ingreso a su habitación— ¿No te dolerá la espalda?¿Y si te lastimas? —se oyó una leve preocupación en su voz. Su felino maullaba triste en su interior ante tal idea.

— Estaré bien —dijo simple Joaquín comenzado a inflar el colchón que estaba acomodado en el suelo. También había una que otra manta suave para que el castaño se pudiera cubrir luego.