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Aquella noche durmieron dándose la espalda, tan separados que Shōto no dejaba de golpearse la cabeza contra la mesa de noche.

Un par de horas después, medio dormido, Katsuki le pasó un brazo por la cintura...y entonces decidió dormir en el suelo. Mejor dormir incómodo que arriesgarse a hacer el amor con alguien que podría partirle el corazón.

Por acuerdo mutuo, decidieron alejarse todo lo posible durante los cinco días siguientes.

Durante ese tiempo, Shōto ayudó a su madre con los mandiles, limpió el jardín, fue a buscar fresas para hacer mermelada y terminó los adornos para el baile del gimnasio.

Bakugō le pidió prestada la moto a Kirishima varias veces; más para escapar de la atracción que sentía por él que por otra cosa, Shōto lo sabía.

Tomarse de la mano e intercambiar miraditas amorosas delante de su familia cada día les resultaba difícil. Estaba deseando que todo aquello terminase para volver a casa, y estaba seguro que Bakugō sentía lo mismo.

Una tarde, su padre le dijo que estaba pensando pedir la jubilación anticipado para dedicarse a la fotografía.

A Shōto se le puso el corazón en la garganta. ¿Sabría que le quedaba poco tiempo?

-Padre, debes reposar. Eso es lo más importante.

-No te preocupes tanto, hijo. Estoy bien. ¿Te importaría traerme un pastelito de canela?

Él obedeció, con el corazón encogido.

El sábado por la tarde fueron al gimnasio para colocar los adornos y confirmar quién se encargaría de los refrescos, de la entrada, y todo lo demás. Eran las ocho y el baile empezaba a las nueve, de modo que Shōto corrió al baño para cambiarse...y fue recibido por una visión que lo dejó paralizado: Bakugō, desnudo de la cintura para arriba.

-¿Pasa algo?

-Que estás medio desnudo.

-Estoy medio vestido, querrás decir.

Tenía vello en el pecho, un fino vello cenizo oscuro que descendía en línea recta hasta perderse bajo la cinturilla del pantalón. Y también tenía unos pectorales marcados...

-Bueno, date prisa.

-He dejado tu ropa sobre la cama -sonrió Bakugō.

-¿Ah, si?

Qué raro...

Sobre la cama estaba el bustier negro y el pantalón de cuero.

-No pienso ponerme eso.

-¿Por qué no? -sonrió él, apoyándose en la puerta- Hazlo por los viejos tiempos.

No podía ser. Si se ponía el bustier, el pantalón y tacones de aguja ¡El arnés que iba sobre el bustier! definitivamente a su padre le daría algo.

-No, no puedo.

-Es por tu bien -insistió Bakugō.

-¿Por mi bien?

-Aunque a mi no me importaría nada verte con ese atuendo, claro. No soy ningún jodido santo -murmuró él entonces, acercándose.

Shōto tragó saliva. Hubiera deseado pasar los dedos por su torso para saber si el vellos tan suave como parecía...

-¿Sí o no?

-¿Eh?

Por un segundo, Shōto temió que hubiera leído sus pensamientos, pero afortunadamente se refería al atuendo.

Loverboy [BakuTodo] ✔️COMPLETADA✔️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant