MÁS AZÚCAR

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El tiempo pasó, las noches de insomnio terminaron por ridículo que esto suene, pero hoy es el día. El festejo de mi querida Sam es más que sólo una fiesta, es tener presente que vale madres todo el mundo, lo único que importa es disfrutar su día, y sinceramente sí que necesito unos días en los que me valga madres mi mundo. Es por eso que me he parado temprano para poder debatir qué es lo que meteré en mi mediana mochila para una salida de dos días de mi casa a la casa de Sam, es una estupidez que me confunda esto, pero siempre me es difícil ordenar mis pensamientos y en este caso, me es difícil poner algo útil y necesario en la mochila. Organizo las cosas de tal forma que me sobre espacio para meter incluso mis pantuflas, porque no puedo vivir sin ellas, y también meto un par de billetes extras que estuve guardando para este día.

Agarro mi mochila y el pequeño regalo de Sam, me despido de mamá y de Sion y salgo por la puerta de mi casa temiendo a lo que vaya a pasar esta noche. La verdad es ridículo que tenga miedo, verle a los ojos no me provoca miedo, ni siquiera hablar con él, pero el simple hecho de que él podría estar ahí bailando con alguien más y sonriéndole a otras personas me hace sentir que ya no le importo y que soy alguien cualquiera que está en la fiesta, aunque básicamente sí lo soy pero antes yo era el importante para él en las fiestas. La puerta se abre con tanta rapidez, que ni ella misma controla su fuerza al jalarme adentro de la casa.

-Gracias a Dios estas aquí, ahora somos dos ansiosos en casa- sus manos se resbalaban en sus pantalones, limpiándose el sudor que brota de ella.- por cierto, ¿Gustas algo?- botó mi mochila cerca de la primer silla que visualizó.

-No, antes que nada, feliz cumpleaños, Sam- estiro mi largo brazo y le muestro el pequeño detalle que está más arrugado que nada por los golpes del autobús.

-Oh cielos, es cierto, hoy es mi día. Muchas gracias amor, no tenías que hacerlo- le importo un poco la bolsa y me abraza.- Emanuel, creo que la regué-

-Déjame adivinar, ¿Otra vez estás pensando en la idea de que él volverá?-

-No sólo lo pienso, en realidad él vendrá...- fruncí enseguida el ceño.- y sé que eso no me importa demasiado, porque todos los días he demostrado que puedo estar cerca de él y no pasa nada, es sólo que hay una persona que no estará a gusto cuando él entre por la puerta-

-Espera, ¿Tu quedante va a venir? ¿El chico del pasado?- ella asiente.-vaya, y yo creía que el que estaba tan obsesionado con su vida amorosa era yo, veo que me has destronado y muy bien- me río por el simple hecho de que jamás había visto en esa situación tan incomoda a Sam, será espectacular ver esa escena de película.

-No seas idiota, y para que estés igual o peor que yo, solo te informo que Ezra si va a venir- y mi risa se esfuma.- me llamó diciéndome que él traería algunas botellas, así que no sé quién de los dos está más nervioso, amigo mío- por supuesto que yo, mi mayor miedo llegará, y con unas botellas que espero tomar hasta que no recuerde nada.



La música no estaba tan mal, Sam siempre hace unas combinaciones extrañas entre los géneros de música, pero a pesar de eso sonaba bien. Llevaba ya tres horas y el lugar ya comenzaba a llenarse, aún no se prendía el ambiente, pero las primeras botellas de alcohol comenzaban a terminarse, suerte de Sam que algunos le trajeron de regalo algunas botellas de más, aunque ella misma sabe que la palabra "ebria" no está en sus planes nunca. 

Afortunadamente, amigos comenzaron a llegar, y en este momento me encontraba agarrando el vaso de Nataly que con cuidado, medía  el equilibrio entre el vodka y el refresco que servía, mientras tanto, Diego felicitaba a la festejada y anfitriona de la reunión.

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⏰ Last updated: Jan 14, 2021 ⏰

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Como agua para caféWhere stories live. Discover now