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Esas palabras tan calientes y posesivas me llenan de felicidad, sí, quería ser suya, quería ser todo lo que él quería y sabia que a partir de ahora, Calum Hood seria mío.

Sigo gimiendo, eso me causan sus besos. Ahora entendía esa sensación de la que todos hablaban, de lo loco que te vuelven los besos en el cuello.

– Paloma... – su aliento caliente choca contra mi oído.

– Te has aprendido mi nombre – siseo sintiendo mi nombre salir de su boca retumbar en mi cabeza.

– ¿Enserio has sido tan tonta como para creer que no recordaba tu nombre? – abro los ojos de repente para observarlo. Me está mirando con una sonrisa traviesa en sus labios y ese gesto pícaro tan típico de él.

– ¿De qué hablas?

Pero no responde. Sin dejar de sonreír camina conmigo, no sé donde hasta que siento la dura madera de la mesa chocar contra mi espalda.

Calum está parado observándome. Arranca mi jean y continua examinando cada parte de mi cuerpo lentamente y con mucha atención. Su mirada voraz me recuerda a un depredador a punto de devorar a su presa, eso me gusta.

Sus manos viajan lentamente a mis pechos  acariciándolos, los masajea haciendo que mis ojos se cierren. Solo escucho nuestras pesadas respiraciones. Mi pecho sube y baja, siento como sus pulgares rozan mis duros pezones.

– ¿Te gusta esto Paloma? – lo oigo decir. Asiento pero acto seguido pellizca mi pezón causando que ahogue un grito- Quiero oírte decirlo-su tono autoritario me hace estremecer.

-Sí, papi. Maldición, sí-respondo con total sinceridad.

Me sobresalto un poco cuando siento su lengua mojada acariciar mis pezones, los chupa, los succiona y me vuelve loca.

– ¿Tienes idea de cuantas veces eh fantaseado con chupar tus preciosas tetas? – su voz es tan ronca y rasposa.

– ¿Lo has hecho? – digo en un hilo de voz.

– Mírame – ordena con autoridad. Abro los ojos con dificultad y lo miro – como no tienes idea ¿sabes cómo me torturabas cada vez que venias a las clases y te quedabas ahí, en el centro para que te pintara? – su mano baja recorriendo mi estomago suavemente y se detiene en mi feminidad con la tela de mis bragas interponiéndose en el medio –  me volvía loco tenerte ahí, me desconcentraba y no podía dibujarte.

– Lo hiciste de maravilla – murmuro mientras siento como su palma se mueve con lentitud.

– Pero moría por dibujarte desnuda – de un tirón salvaje arranca mi braga destrozándola.

Suelto un grito de sorpresa que se reprime cuando sus labios atrapan los míos para silenciarlo.

– Recuerda que alguien puede escucharnos bebé – murmura contra mis labios mordiéndolos.

Sus dedos acarician mi clítoris, mi cuerpo tiembla violentamente. Primero un dedo entra en mí y luego otro mientras hace movimientos lentos que cada vez  se van intensificando con rapidez. Entran y salen.

– Solo hazlo ya, por favor no resisto – lloriqueo.

Me siento cada vez más frustrada porque de verdad quiero tenerlo dentro de mí como nunca quise tener a nadie, ni al chico con el que perdí mi virginidad.

– No te corras aun, no hasta que esté dentro tuyo – se aleja de mi y quita sus dedos de mi interior para dirigirnos a su boca y chuparlos con gusto.

– Déjame hacer eso – digo débilmente mientras me paro. Mis piernas tiemblan pero mis ganas de quitarle sus jeans son más grandes y lo hago, con delicadeza y desesperación a la vez.

Sus bóxer son negros y apretados, su enorme pene lucha por salir y rebota feliz cuando lo libero.

– Siempre eh querido hacer algo... – digo suavemente

Mientras tengo mis manos en su duro pene, el cual es enorme, acerco mi boca al primer tatuaje de su brazo y comienzo a lamerlo mientras muevo mis dedos masturbándolo.

Termino lamiendo el tatuaje en su pecho mientras conecto mi mirada con la suya, impulsivamente vuelve a recostarme con brusquedad y ternura, con deseo y desesperación, con suavidad y salvajismo sobre la mesa para colocarse a horcadas sobre mí. Abre mis piernas y frota su miembro contra mi coño.

– Dime que es lo que quieres bebé.

Trago con dificultad pero eso no evita que suelte mis deseos en voz alta.

– Quiero que me folles, duro papi. Te quiero a ti dentro de mí. Por favor, no me hagas esperar más – ruego.

Paradise © C.H {Daddy}जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें