🔥

6.6K 271 101
                                    

– Hum, también esta mojado – murmuro mientras lentamente mis manos se dirigen al encaje en mi espalda de este.

– Para – gruñe.

Miro a Calum, su mandíbula esta apretada, sus puños cerrados y noto como aprieta fuertemente la chaqueta. Lo que hace que no me detenga es el bulto que apareció en sus pantalones.

– Pero Calum, esta mojado – me excuso inocentemente.

– Bien, hazlo. Pero yo me largo – deja su chaqueta en mis brazos y da grandes zancadas hacia la puerta – ¿Qué demonios? – escucho que dice y giro sobre mi propio eje, lanzo hacia una mesa la chaqueta.

– Creo que se atasco – no puedo evitar una sonrisa traviesa y termino lo que había empezado, lanzo a un lado mi sujetador dejando mi parte superior desnuda.

Calum me mira. Está tan jodidamente serio pero es tan sexy de esa manera. Sus ojos se cierran apretándose y respira profundamente.

– Paloma, no hagas esto y abre la puerta – habla entre dientes – ¿qué tienes? ¿17?

– En tan solo un mes los tendré – me apresuro a decir – y además tomo la píldora.

Sus ojos se abren de repente mirándome alarmado.

No sé porque se escandaliza, no es tanta diferencia, solo un par de años, yo prácticamente tengo 17 y él 22.

– ¡Por Dios! ¿Estás demente? – exclama haciéndome exaltar.

– Tal vez – susurro para bajar la cabeza algo apenada, ya no me siento tan segura de hacer lo que hago, hasta siento algo de vergüenza – Lo siento – me disculpo pero rápidamente niego aceleradamente – Calum ¡estoy harta! De ocultar lo que siento, de contemplarte a la distancia, de que seas tanto para mí y yo...no signifique nada para para ti– confieso.

Estoy frente a él ahora.

Calum me mira sin cambiar su expresión, está enojado. Suspira y su rostro se suaviza.

– Solo eres una niña.

Y como la gota que colmo el vaso.

– ¡No soy ninguna niña! – grito eufórica sin medir mi voz elevada, estoy cabreada de verdad.

– Sí – afirma – eres una niña muy mala, la niña mala de papi.

Sin más toma mi muñeca firmemente pero sin lastimarme y tira de ella pegándome a su cuerpo. Desorientada y confundida elevo la cabeza conectando con sus ojos los cuales muestran deseo.

Reprimo un grito al sentir su duro bulto pegado a la parte baja de mi estómago. Su mano izquierda está tomando mi cintura mientras la otra aun sujeta mi muñeca izquierda. Su agarre cambia y posa una de sus manos en mi nuca para bajar sus labios a mi oído.

– Y las niñas malas son castigadas.

Tiemblo bajo él. Mi estomago se contrae con una sensación que jamás sentí. Me gusta.

– No quise hacerlo... papi perdon – murmuro.

– No mientas pequeña, no podrás salvarte de esto – sus labios llenos ahora rosan mi mejilla.

– Lo hice todo a propósito – confieso inconscientemente y jadeante.

– Lo sé – sus dientes atrapan mi lóbulo jugueteando con él –  y vas a pagar por eso bebé.

Siento que voy a morir de la mejor manera existente.

Mi mano se posa en su pecho y me separo un poco para contemplar sus oscuros ojos. Nuestras miradas llenas de deseo se conectan y no resisto más, él tampoco.

Me empuja contra los estantes que contenían recipientes de pinturas, bruscamente causando que todos derramen su contenido sobre nosotros, dejándonos con manchas de pinturas de todos los colores.

Eso lo hace aun más excitante.

Nuestros labios están unidos y nuestras bocas reclaman la del otro con desesperación. Mis manos tiran de su camisa haciendo que los botones salgan volando, bajo aquella camisa manchada con pintura y la dejo caer al suelo. Muerdo mi labio mientras observo su pecho, es tan masculino y con ese color canela que me vuelve loca. Sus fuertes brazos con tatuajes implantados en ellos me mantienen acorralada hasta que uno de  ellos se mueve y su mano aprieta mi trasero y recorre mi pierna incitando a que rodee su cintura con mis dos piernas. Sus labios carnosos se vuelven a posar en mi cuello salvajemente mientras siento como da pequeñas mordidas y cada tanto succiona.

– Me dejaras marcas – protesto en un susurro mientras entrelazo mis dedos en su cabello sin alejarlo de mi cuello.

– Cariño, eres de papi ahora, puedo hacer contigo lo que quiera.

Paradise © C.H {Daddy}Where stories live. Discover now