𝖲𝗈𝗅𝗂𝗍𝖺𝗋𝗂𝗈 [𝖮𝗇𝖾-𝖲𝗁𝗈𝗍]

Parte [1/??] [Muestra de OneShot]

[Favor de escuchar esta melodía hasta que termine la pequeña muestra. Es increíblemente importante para el ambiente]

Ahora sí, empecemos con esto. 

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A pesar de que estaba de espaldas, sabía perfectamente que se encontraba triste; con lágrimas que amenazaban con salir de sus bellos ojos color ónix. ¿Acaso esta era una faceta que desconocía?

Ante mi propia incógnita, negué con la cabeza. Era obvio que no, después de todo desde hacía meses que era el hombro para que ella pudiera desahogarse. Cuando la vi derrumbarse por primera vez me asusté.. Al parecer tenía una gran depresión por ciertas heridas del pasado que no terminaron de cerrarse. 

Mi agarre sobre su muñeca aumentó ligeramente, conocía a la perfección lo que sentía la azabache... Deseaba huir, desaparecer de la faz de la tierra... Dormir para nunca despertar. No era tan ajeno a esos sentimientos. Después de todo, siento lo mismo con frecuencia. 

Sin más, la jalé hacia mí. Entonces, la envolví en un abrazo deseando transmitir una sensación de calidez. De que no atravesaría por todo ese largo camino sola... 

─No deberías guardar todo ese sentimiento, es malo─ musité por lo bajo, mil recuerdos juntos inundaron mi mente cual tsunami a punto de azotar contra alguna ciudad costera. Advertía el como se reprimía para no dejar ir aquello que tanto la carcomía por dentro. Entonces, decidí hablar una vez más ─No estás sola, Yaoyorozu-san... Puedes descargar todo eso que tienes. Sabes que nada saldrá de aquí... No te retengas─ finalicé. Solo ese pequeño empujón bastó para que su cabeza se enterrara completamente en mi pecho y sus manos buscaran algo de lo qué aferrarse, así encontrándose con la parte trasera y superior de mi camisa. 

Desde las ventanas que estaban a un costado nuestra se filtraba una tenue iluminación anaranjada. Esto era consecuencia del sol, el cuál yacía posado en el horizonte a punto de esconderse, esto producía que aquella luz iluminara suavemente aquel pasillo de la U.A en el que estábamos. Con simpleza miré en esa dirección. 

Cerré mis ojos, los cuales había mantenido abiertos hasta ahora. Últimamente me sentía raro cuando estaba cerca de Yaoyorozu, mi corazón late a mil y siempre estoy pensando en ella; Entonces, hace unos 8 meses me percaté de que estaba enamorado de la vicepresidenta de la clase. 

Un simple abrazo que tenía por fin reconfortarla a ella, me hacía volar. Si pudiera pedir un deseo; era que pudiera seguir teniendo estos momentos con ella, para poder así embriagarme nuevamente con su agradable fragancia. Y también, para poder sentir sus brazos alrededor mío.

Lo sé, es un deseo egoísta. Pero no podía abrazarla o demostrar cualquier gesto de afecto sin razón... Después de todo, sería visto como raro. 

Con algo de inseguridad, llevé mi mano hasta su largo cabello y lo comencé a acariciar para así poder tranquilizarla. Oía como sollozaba, a lo que miré hacia abajo con preocupación. 

Mis dedos se enredaban en sus hebras las cuales mantenían siempre una semejanza a la seda. Los pasillos de la escuela estaban totalmente solos... Éramos únicamente ella y yo. Mis mejillas se encontraban teñidas de un color carmín y sentía como si mi corazón fuera a explotar.