Porno¡! Kookgi.

Segundo Ataque

— Tengo que hablarte de algo importante...— Yoongi acarició la mano de su pareja, indicándole que era todo oídos para lo que sea que tenía que decirle. — Hoy hablé con mi padre...

El rubio se quedó en silencio, no sabiendo muy bien cómo responder. — ¿eso es algo bueno? — Jungkook negó. — ¿pero qué es lo que te ha dicho?

— Yoongi, tengo que ir a Daegu. — Yoongi soltó una risa nerviosa, pero Jungkook no lo siguió, y él comenzó a asustarse.

— ¿Por qué no te ríes, es una broma verdad?

— Yoongi, mis padres quieren que me vaya con ellos a su imperio en Daegu y pagarían todos tus gastos médicos. — admitió. — el plazo es de un mes.

— ¡No, por supuesto que no, no voy a perderte cuando ya todo está bien!

— Cálmate. — susurró, no quería que Namjoon y Jimin se metieran, esta era una conversación de ellos y nadie más.

— No quiero que hagas eso, preferiría mil veces el...

— Ese dinero nos ayudaría a pagar cualquier tratamiento para que salgas de aquí y no vuelvas más. ¿No me dijiste que odiabas estar aquí?

— No acosta de no volverte a ver. — sollozó.

— Omega. — sus ojos estaban completamente negros, el Alfa de Jungkook estaba haciendo acto de presencia. — prométeme que si algún día necesitáramos esa ayuda, dejarás que me vaya.

Yoongi negó con todas sus fuerzas, el Alfa tomó sus manos con fuerza obligándolo a quedarse quieto y escucharlo. — me niego, ni aunque me dieran todo el dinero y apoyo del mundo te dejaría ir a-

— Aunque me digas todas esas palabras de todos modos lo haré.

— ¿Qué?

Lo miró incrédulo, y Jungkook retuvo su respiración, él no era tonto, había visto todos los papeles que le había entregado su padre, documentos, actas, diagnósticos y lo que más le aterraba, su tiempo de vida.

Si su padre no era una cosa eso sería un mentiroso, jamás en su corta vida le había dicho una sola mentira, y eso aplicaba también para las amenazas.

Namjoon también le había admitido que la única solución viable para la recuperación de su hermano era hacerle un trasplante, pero no contaban con el dinero para hacerlo.

Jungkook si, y si la única manera de poder hacerlo era que Yoongi lo odiara para poder cumplir con su parte del retorcido plan de su padre lo haría.

— Te estoy diciendo que lo haré, me iré tan pronto como te recuperes, piensa en todas las personas que le importas, deja de comportarte como un niño.

— Qué demonios estás diciendo— comenzaba a sudar en exceso y ver todo borroso, se estaba quedando sin aire por el miedo. — dime de una vez lo que intentas decir.

— Yo...me he cansado de ti. — sus palabras dejaron helado a Yoongi y a Jungkook con lágrimas contenidas, era su última carta y no estaba seguro de querer usarla, pero era su última opción para hacerlo entender.

— Estás mintiéndome — limpio furioso sus lágrimas con el borde de su camiseta. — tu...estás mintiéndome, Alfa tonto, ¿Por qué me haces esto? — tomó un puñado de su pecho con fuerza, tratando de regular su respiración. — Jungkook, dime que estás mintiéndome, n-no me molestaré.

— Yoongi...

— Lo juro Ggukie, no me molestaré, pero por favor dime que esto es una broma de mal gusto. — Jungkook dejó escapar libremente sus sollozos y su necesitado llanto, asustado de ver a Yoongi apenas pudiendo mantenerse de pie.