Especial de venenos.

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Bajo el cielo estrellado de Nagoya, un científico rubio estaba en su amado laboratorio, con solo una tenue luz iluminando la pila de papeles, que tenía frente a él.

Su bolígrafo se movía con cansancio sobre los resultados de sus últimos experimentos. No había teniendo tiempo para nada desde que el profesor Miyoshi se transfirió de la escuela dejándole mucho trabajo.

Había pedido la ayuda de Morinaga un par de veces desde el día que lo ayudo, más no quería abusar de su ayuda, después de todo solo el chico solo estaba en segundo año.

— Deberías irte a casa Souichi. Es bastante tarde. — el profesor Fukushima habló desde la puerta.

— Estaré bien profesor, casi termino. — dijo sin mirar hacia arriba.

— No seas tan duro contigo mismo, has trabajado demasiado, estoy seguro de que no estarás feliz si cometes errores por el cansancio, que te causen problemas después. ¿Verdad?— se acercó dejando las llaves de la habitación enfrente del tirano.

— Acabaré esto rápidamente. — habló con un suspiro cansado.

— Son casi las dos, no deberías trabajar hasta tan tarde, tus hábitos de sueño me preocupan. —

— Supongo que tiene razón, estoy demasiado cansado para terminar esto está noche.— se rindió levantándose para recoger sus cosas.

— Bien, buen trabajo hoy.— le sonrió al chico y salió por el pasillo, no sin antes ver como regresaba su atención a los resultados del experimento — es tan terco.

— Si, nos vemos mañana, traiganlo temprano para comprobar antes de presentarlo. — el profesor pudo ver qué de un laboratorio salían un grupo de chicos.

— Tetsuhiro- kun.— habló. — Buen trabajo.

— Ah.— el menor se acercó a el. — Gracias profesor.

— Deberías irte a casa, es muy tarde para que estudiantes estén aquí. — miro con una risa hacía el único laboratorio que quedaba con un poco de luz.— Tatsumi-kun sigue haciendo cálculos, a penas lo convencí de irse, pensé que estarías ayudándolo, he visto que lo has echo mucho últimamente.

— Me hubiera gustado, pero teníamos un experimento que terminar en una clase, tal vez puedo ayudarle a ordenar todo.— se ofreció el alto.

— Te lo encargo Morinaga-kun.— le dió palmadas en el hombro de apoyo.— tal vez deberías acompañarlo a casa, está al borde de colapsar.

— Cuente conmigo profesor.— sonrió el chico y se dirigió al laboratorio de Tatsumi.

Él lo miro alejarse con una sonrisa, después de todos sus años en la universidad, donde lo vio solo todo el tiempo se alegraba que al parecer souichi por fin tenía un amigo.

Morinaga se coló silenciosamente por la puerta abierta, escondiéndose en las sombras, mirando en silencio su superior terminar  con cansancio el último cálculo. El otro lo termino aliviado, ese era el último documento a llenar del experimento, ya solo necesitaría ver los detalles de esté.

Con un bostezo se levantó, estirándose, estaba fastidiado y aún tenía que arreglar todo ese desorden.

El otro que estaba dispuesto a ayudar dió a conocer su presencia, que casi hace gritar a su superior.

—¿Quién está ahí? — pregunto a la defensiva, miro hacia todos lados buscando la otra presencia y alguna pista de quien se podía tratar.

El otro se acercó más hacia la luz, haciendo que el rubio supiera de quién se trataba y se relajara visiblemente.

Historias Koisuru boukun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora