Lyra Black: El Regreso

Capítulo 3: Cena y recuerdos

4 de agosto del año 1993
Biblioteca de la Mansión Malfoy

Entré en la elegante biblioteca de la familia Malfoy. No era tan extensa como la de mi familia pero era igual de impresionante.

Cogí un par de libros de las estanterías que ya tenía memorizadas y al dirigirme a las mesas me di cuenta de que ahí estaba Draco aparentemente haciendo los deberes.

- Estás en mi sitio - dije sin pensarlo.

- ¿Perdona? - me respondió alzando una ceja.

- Lo siento, es que ahí es donde normalmente me sentaba hace años. No me hagas caso. - me senté a su lado y dejé los libros que cogí en la mesa.

- ¿Estás haciendo los deberes?

- Obviamente. Me falta acabar los deberes de transfiguración y pociones.

- Si quieres te puedo ayudar. Este año seré la nueva profesora de historia de la magia, ¿sabes?

- ¿Ah, si? - dijo de repente interesado en la conversación.

- Sí. Oí que el anterior profesor de Historia era un fantasma o algo parecido y decidió irse a viajar por el mundo.

- ¡Já! Irse a viajar por el mundo. ¿Quién se cree esas historias? - dijo con tono de burla - De todas formas, sí, necesito ayuda para una poción. Normalmente le pediría ayuda a Severus pero él no está aquí.

- ¿Severus? ¿Estás hablando de Severus Snape? - le pregunté.

- Sí, ¿hay algún problema? ¿Le conoces?

- Emm, sí pero ahora no hablaremos de eso. Estábamos con las pociones, ¿en cuál quieres que te ayude? - dije nerviosa.

- ¡Eh! No, no, no. Ahora no me cambies de tema, ¿de qué conoces a Snape? - preguntó entrecerrando los ojos.

- Pues... Emmm... Digamos que tenemos amigos en común.

- ¿Qué amigos?

- ¿Porqué no cambiamos de tema? No me apetece hablar de esto. - dije un poco incómoda.

- Bien, pero algún día de estos descubriré lo que ocultas.

- Yo no oculto nada - dije rápidamente.

- Sí, seguro - me dijo desinteresadamente mientras volvía a hacer sus deberes.

- ¿Pero no necesitabas mi ayuda?

Un par de horas después...
Comedor de la Mansión Malfoy

- ¡Merlín! Cissy, la cena ha estado de rechupete. - dije mientras me acababa el postre.

- Sabía que te iba a gustar - me respondió con una sonrisa - Querida, tengo unas cuantas preguntas para tí. Has estado mucho tiempo desaparecida y me gustaría saber que has estado haciendo.

- Pues nada interesante en realidad. - intenté evadir el tema.

- Ambas sabemos que eso no es cierto porque si no hubiera pasado nada, tú ya hubieras vuelto hace tiempo. Dime, ¿Porqué te fuiste? ¿Qué pasó? ¿Cuál es la razón de tu regreso?

- ¿Porqué necesito una razón para irme? ¿Es que ya no tengo libertad? No es de tu incumbencia saber a dónde me fui o porqué huí. No necesitas saber dónde he estado ni porqué he vuelto. No es de tu incumbencia. - acto seguido me levanté y caminé hacia la salida de la mansión. - Adiós, ya no me apetece quedarme aquí.

- ¡Lyra! No era mi intención molestarte. Solo quería saber. - escuché a Cissy decir.

4 de Agosto del año 1993
Wiltshire, Inglaterra

Caminaba por las elegantes calles del condado de Wiltshire. Los parques eran preciosos y los jardines aún más. En la zona residencial solamente había mansiones. Seguramente allí vivirían sangrepuras y mestizos con una gran fortuna.

Obviamente los Malfoy no se indignarian a vivir con Muggles o sangresucias.

Pasé por uno de los parques de la zona y decidí sentarme en un banco a descansar. Ahí cerca había una pareja con su bebé jugando en la arena.
Eso me trajo recuerdos.

*flashback*

27 de noviembre del año 1972
Hospital de St. Mungo, Londres, Inglaterra

- Tom, nuestro bebé ya está aquí - susurré con todas las fuerzas que me quedaban después de dar a luz.

- Sí, Cadmus ya está aquí - me respondió.

- ¿Cadmus? Pensaba que le llamaríamos Tommy - bromeé.

- No, eso sí que no - dijo seriamente.

- De acuerdo. Se llamará Cadmus Thomas Riddle.

13 de febrero del año 1975
Mansión Riddle, Pequeño Hangleton, Ingleterra

- Tom, ¿qué te parece si vamos al parque que hay aquí cerca? - dije mientras le cambiaba los pañales a mi precioso Cadmus. Se parecía tanto a Tom. Tenía esos ojos tan profundos de los que me enamoré años atrás, bonitos cabellos ondulados y sus facciones eran una mezcla de Black y Riddle.

Él era perfecto.

- ¿Con el frío que hace te parece prudente salir a la calle? - respondió sin parar de leer su libro.

- Venga Tom, por favor. Me muero del aburrimiento. Además, no puedes encerrarnos en casa cada vez que hace frío o el clima no sea muy bueno - dije acabando de ponerle los pañales a mi precioso niño.

- Sí que puedo y lo haré - dijo con voz seria.

Nos miramos y segundos después nos echamos a reír.

- Sabes que es broma, cariño. Yo nunca te haría eso. Venga, prepara a Cadmus y espérame en la entrada, yo iré a por nuestros abrigos.

Aquel día nos pasamos toda la tarde en el parque jugando con la nieve, los toboganes y los columpios pero poco sabíamos que esa sería la última vez que jugaríamos todos juntos.