¿D o M? M.Y.G (TERMINADA)

YoonGi

Era necesario:)

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La vida de YoonGi no había sido tan fácil, hubieron demasiadas complicaciones de todo tipo siempre. Empezando con su familia en pobreza y con ideas tan machistas.

El pequeño YoonGi de tan sólo cinco años había ido a la cocina para intentar ayudar a su madre a hacer la cena. Ella aceptó muy a su pesar. Entre risitas e historias de su juventud de parte de la mujer, la tarde fue pasando, pero ninguno contaba con que el padre de familia regresaría pronto y menos que vería tan asqueado la escena.

Ese día YoonGi terminó con demasiados moretones en su anatomía y con las palabras de su padre repitiéndose en su cabeza.

"Cocinar es sólo para maricas y mujeres"

"Tú no debes aprender a cocinar porque una mujer lo hará para ti."

"Ella deberá recibirte con la mejor comida"

Desde ese día, el niño nunca más volvió a estar en la cocina para intentar hornear, calentar o cocinar, ni siquiera para hacerse cereal con leche.

(...)

El tiempo había pasado y con ello el pequeño YoonGi fue creciendo gradualmente.

Y lo único que en su mente se podía escuchar es que él no encajaba en su familia, por más que intentará. Siempre se había sentido diferente a ellos.

Veía a sus tíos y su padre faltarle el respeto a sus respectivas esposas cuando veían con deseo alguna chica en la televisión.

Repulsión. Eso era lo que sentía.

Sus ojos se dirigían a otro lugar, sus primos pequeños que imitaban a sus desagradables ejemplos a seguir.

Supo que quería trabajar, ganar su dinero e irse inmediatamente de ahí.

En medio de su clara revelación, el sonido de su celular lo hizo salir de su ensoñación.

Mocosa bonita💓

Hey

Hay que salir 😏

7:37 pm

Claro 🌝

7:37 pm

Perfecto, paso por ti

7:38 pm

Guardó su celular a la espera de que toquen la puerta de su casa. Cuando lo hicieron, se fue corriendo de la sala de estar para después abrir la puerta.

—YoonGi— llamó antes de lanzarse a sus suaves labios—

—Pa-para, mocosa. Está mi familia— confesó sonrojado y rascando su nuca—

—Pasivo— YoonGi la vio asustado ¿Qué había dicho?

—No lo soy— dijo con una voz muchísimo más grave— Te lo puedo demostrar—

Se habían ido de la casa para follar en el carro, en un estacionamiento abandonado.

—Mierda, follas tan bien— encendió un cigarro y lo llevó a su boca— ¿Quieres?

—Paso—con sus manos acarició el cuerpo tan bonito de su acompañante—

Claro que había disfrutado, era sexo después de todo. Pero no sentía encajar en esto. Ni siquiera había querido tener sexo, lo hizo por su ego herido.