Capítulo 3

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Tony necesitaba un café... y un trabajo.

Oh, no está tan mal ~
Si miras el lado bueno
Es el momento adecuado para hacerlo ~
Estoy aprendiendo a enamorarme del crepúsculo

La canción, como siempre, la había puesto en un volumen alto. Le resultaba bastante alentadora y aunque él no era un amante del positivismo, quería sentirse así, cómo que todo va a salir bien y que no hay que ver el vaso medio vacío. 

¡Bah! ¡Pura estupidez! murmuró un rinconcito de su mente que se apresuró a callar.

—Hay días buenos y malos— se dijo.

Tony estaba decidido a que, si la felicidad quería divertirse evadiéndolo, el podría ser un gran jugador. 

Trata de tenerlo en mente~
¿Qué es una mal noche en el paraíso?
Solo tengo una vida, la viviré a lo grande~
Oh~ solo tengo que intentarlo

O quizás un buen tramposo, el pensamiento efímero cruzó su mente y por un momento deseó tener algo de alco... ¡NO! 

Sacudiendo pensamientos estúpidos~
Llena mi vaso
Ya está medio lleno así que lo beberé todo~

No está tan mal, tenía un lugar donde quedarse ¡Todo va a estar bien! hizo un gran intento de mantener la actitud animada de esos días y empezó a tararear.

Estaba al lado de la ventana observando el indefinible azul del cielo. Era temprano por lo que el viento frío le golpeaba en la cara y como aún no se lavaba el rostro, suponía que estaba hecho un desastre. 

Se apartó y fue al baño, mientras se enjuagaba hizo una nota mental de que debía comprar un espejo, pasó la toalla por su piel húmeda y se recargó en el marco de la puerta ¿Qué más?  meditó dando una mirada analítica a cada rincón de su habitación: Papel higiénico, un refrigerador... no, un mini refrigerador, cubiertos, una tetera, comida y... ¿Frascos para limpiar? ¿Aromatizantes? ¿Serán lo mismo? Debió prestar atención a las mucamas cuando limpiaban la mansión... y también debió prestarle atención a Jarvis cuando le insinuaba que debía aprender a cocinar.

Extrañaba a Jarvis, hizo un puchero al pensar en el mayor. Estúpido... que lo tenía atrapado. Cabe aclarar que no solo resentía su ausencia por la comida que le traía, no señor, Tony realmente quiere a Jarvis aunque le regañe cuando come muchos dulces.

El sol pronto empezó a alumbrar con más fuerza.

Tomó su mochila, conectó sus auriculares y empezó a cantar por lo bajo las últimas letras. Cerró la puertas tras de sí, descendió con ritmo las escaleras y fue al encuentro de su querida Janet.

Era día de compras y el clima parecía cooperar con sus planes.

...

—¡Hey, Tony! ¡Por aquí!— llamó la castaña desde la esquina de la otra calle.

—¡Jan!— exclamó acercándose aprovechando el semáforo en rojo.

—Toma, te traje esto— dijo dándole una bolsa de frutas variadas.

—Gracias, en serio, querida— Tony, sonriendo, rodeaba sus hombros con un brazo y la acercaba a el.

—¿Ya comiste?— sacó su compartidor de audífonos y lo conectó a su celular.

—Ajá, compre algo por allí...— recordó en su paladar el horrible café en lata que se había tomado y las galletas saladas. Ya se habían acabado las donas en la tienda, para su desgracia— ¿Y a donde vamos?

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⏰ Last updated: Feb 15, 2021 ⏰

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Coleccionista de cancionesWhere stories live. Discover now