☁️ El deber de sobrevivir☁

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Pov ____.

El sol se puso, y nos dio directo en el rostro. Llevábamos varias horas de caminata. Los crujidos de los zapatos y el silbido de las respiraciones agitadas, lo hacía un ambiente tenso y silencioso. Los del frente nos dijeron que mantuviéramos la cabeza en alto y los oídos sensibles ante cualquier ruido extraño, porque faltaba poquito. Hubo un momento en el que ralentizamos nuestro andar y Emma camino entre nosotros, contándonos, y rectificando que todos tuviéramos las armas en la mano. Se despistó y choco conmigo.

―Ah lo siento ―dijo apresurada con un rubor en el rostro y algo sonriente―. Mucha suerte, ____, sé que Daniel estará bien.

Asentí. Le tome de la mano y la alce un poquito.

―Me gustó mucho tu discurso de la mañana ―respondí―, suerte a ti tambien.

Ella apretó mi mano, contenta.

Tal y como se predijo llegamos a la noche, el cuartel estaba posado sobre pisos de arena fría, los muros eran de concreto viejo y negro en los que crecían raíces de una áspera vegetación por las lluvias. 

―Vaya ―tragó saliva Jorge detrás de mi―, ¡Que ambiente más gótico, maldita sea! Me da hasta miedo.

―A que sí... es espeluznante, pero andando, aún no hemos intentado entrar para estar temblando de miedo ―susurro Hayato con una sonrisa de lado y el entrecejo fruncido. 

Me acomode el arma en el pecho y me quite el cabello pegajoso de las mejillas. Nos dividimos en varios grupos para ingresar al cuartel, desde la parte trasera. Algunos iban por los techos ahuecados, ventanas empolvadas o  tuberías. A mi me toco las tuberías. Con mi grupo bajamos de salto en salto el pequeño amontonador de rocas sueltas. En eso Norman me detuvo desde arriba y bajo hacía mi lugar casi resbalándose.

―Oye, ten cuidado ―le sostuve los hombros para que volviera a tener equilibrio.

―Cuídate mucho, ____. Peter es un ser despiadado y sus esclavos aún peor. Solo cuídate y haz lo necesario, ¿bien?

―Lo sé, Norman, está bien... no dejare que me hagan daño. El plan saldrá a la perfección.

Norman sonrió con levedad. 

―¡¡Ey, Norman!! ―grito desde arriba la voz ronca de Ray―, ¡deja de tontear y ya vámonos!

Norman se ruborizo al instante.

―Lo siento.

―Tiene razón, ya vete ―respondí.

Entonces me agarro de las mejillas y me planto beso en los labios, fue tan rápido que siquiera lo sentí. Volvió la subir las rocas y desapareció. De un salto, baje la ultima piedra y Jorge me jalo dentro la tubería.

―Hay un poco de humedad y quizá animalillos molestos ―nos informo Oliver encendiendo un pedazo de manera e iluminado el enorme agujero verdoso―. También es reducido.

―Habrá que entrar un poco acuclillados. 

Y eso hicimos. Jamás me había sentido tan intimidada como allí, con el olor a lata oxidada en la nariz y el agua viscosa metiéndose en mis zapatos. Imaginaba que sería una batalla rápida, que al amanecer estaríamos todos reunidos de nuevo. Me temblaban un poco los dedos al pensar en todas las cosas que podían suceder sin predicción.  Algo tan siniestro como lo del refugio o la capital. Sentí las lagrimas asomadas en mis ojos y las limpie muy rápido. 

𝑉𝑜𝑦 𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟𝑡𝑒 [Norman x Tú]Where stories live. Discover now