𝑉𝑜𝑦 𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟𝑡𝑒 [Norman x Tú]

☁D-K20882☁

Pov' de _____.

Bárbara me sacó de la oficina algo apurada después de que Willian nos sorprendiera dándonos la orden de que nos alistáramos para dirigirnos hacia la fábrica dicha, luego de que Vincet le susurrara unas cuantas cosas. Bajando las escaleras Bárbara me conversaba de lo mucho que le entusiasmaba ir a la instalación. No le preste mucho la atención, tenia duda si Willian tambien me hubiera ordenado que fuera con ellos.

―Bárbara ¿yo tambien ire?

Ella puso una cara extraña, como si la pregunta estuviese de más―Claro que sí.

Ya no dije nada. No me preocupaba mucho... pues iba estar rodeada de todos en esa fabrica, asi que no estaría tan expuesta a los demonios.

En su habitación coloque el libro que traje del despacho sobre mi cama. Bárbara se fue a lavar la cara y a lijar las cuchillas de su bate, mientras yo me trenzaba el cabello y me apretaba los cordones de los zapatos.

―¿Quién te ha dado eso?

Bárbara le hecho un vistazo al libro.

―Lo he agarrado yo de la oficina y el jefe me ha dejado llevármelo.

Ella se me acercó y me dio un empujón en la espalda con el hombro, juguetona.

―Mmp ―me miró con picardía―, creo que agradas al jefe más de lo que deberías.

Se apretó los labios con los dientes. Se me encendieron las mejillas y sacudí la cabeza.

―Le agrado lo normal ―aclare y cogí mi bolso.

―Normal... claro ―se rió ella y dejo de molestarme―. No vayas a tardarte, voy a estar esperándote abajo.

―De acuerdo.

―¿Eh? ¿_____ tambien vendrá? ―le cuestionó Cislo a Bárbara. Y yo solo me limite a saludarlo con la palma.

―¡Pues claro que vendrá! ―ella me apretó el hombro. En ese momento Wilian cruzó entre nosotros.

―Jefe, no cree que habría mucho peligro... para ella.

Quise responder pero Bárbara me gano.

―¿Pero qué dices, Cislo? ―frunció el entrecejo―, si la hemos entrenado. Va a ser de ayuda.

Willian suspiro y me miro solo por un segundo con una salpicadura de algo que no reconocí y se dirigió hacia el establo. Vincet se apresuró a ponerse en medio de Bárbara y Cislo, quienes parecían irritarse ya un poco.

―Opino que ____ debería de decidir sobre eso ―los miro a ambos con seriedad. Accedieron y los tres me observaron, ansiosos de una respuesta.

―Ire.