Capítulo 4: Límites

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—¡Maldito Todoroki! —masculló Mineta con su cara contra el cristal—. Míralo ahí abajo, acaparando la atención de Yaoyorozu. Si lo llego a saber, hubiera suspendido el examen.

—Tío, en serio... Tienes un problema —se quejó Sero. En su opinión —y en la de muchos—, el orden de prioridades de Mineta dejaba bastante que desear. Aún no tenía claro cómo había conseguido sobreponerse a sus depravaciones durante su examen práctico semestral y no haberse lanzado contra la profesora aunque eso conllevara suspender.

—¡Claro que lo tengo! Si hubiera suspendido, ahora sería yo el que estaría ahí abajo acaramelado con Yaoyorozu y no Todoroki.

—¡¿Cómo?! —exclamaron varios de los allí presentes cuando Mineta dejó caer ese comentario. Tras eso, a la ventana se pegaron unos cuantos curiosos que hasta entonces habían ignorado al chico.

Ashido, que había llegado la primera para saciar su curiosidad, miró a Mineta desilusionada.

—Oye... ¿Se puede saber qué entiendes tú por acaramelados? —le preguntó—. Ni siquiera están sentados uno pegado al otro.

—Eso es porque eres una mujer. Para cualquier hombre, estar a solas y cerca de las Yaoyorotetas de Yaoyorozu es estar acaramelados.

—Das asco —recriminó Sero, el cual estaba a su lado en la ventana, ante esa explicación.

Jiro, en cambio, incrustó uno de sus conectores con mucha fuerza en el cuello de ese degenerado, lo que lo dejó noqueado en el suelo.

—¿Yaoyorotetas? —le reprochó al chico inconsciente—. Pero ¿de qué va este animal? —Le saltó por encima y observó por la ventana para ver la escena—. ¿Cómo puede llegar a decir esas estupideces cuando ni siquiera están sentados los dos?

—En realidad, lo estaban. Pero Yaoyorozu acaba de levantarse —le informó Ashido.

La chica se había ubicado enfrente de Todoroki a un par de metros de él. Extendió los brazos y, para sorpresa de los curiosos, una franja de hielo llegó justo hasta sus pies.

—¿Qué demonios están haciendo ahora?

— * — * — * — * — * — * — * — * — * — * — * — * — * —

—No lo había pensado —contestó finalmente Todoroki tras un largo silencio.

Momo le vio estudiar su informe como si fuese la primera vez que lo leía. Parecía algo afectado después de decirle que podrían darse casos en los que él estuviera en segundo plano. En el fondo, no le extrañaba: tenía el potencial de héroe élite; le venía de familia.

Su padre se había convertido en el número uno después de que All Might se retirara. Endeavor era un héroe de acción; en la cúspide de los héroes individuales. Que tuvieran un equipo de apoyo no implicaba que hubiera una verdadera colaboración. Todos los héroes élite tenían equipo de apoyo, pero eran eso: una ayuda. Porque a la hora de la verdad, ellos se encargaban de luchar contra el villano mientras que los demás se dedicaban a minimizar daños o apoyarle.

Todoroki era igual en ese aspecto. Con los parámetros actuales, tenía todo lo necesario para estar en el top de los héroes. Sus dos singularidades le hacían muy fuerte en batalla y además tenía una mente rápida para establecer soluciones. Habría muchísimos héroes de apoyo que querrían entrar en su agencia para trabajar con él.

Pero la cosa cambiaba si tuviera que pelear codo con codo con un grupo de héroes aliados. Con su capacidad destructiva, si no tenía cuidado, podría herir de gravedad a sus compañeros.

—¿Sabes? He reflexionado un poco en todo —empezó a decir Momo, con lo que rompió el silencio—. Has dicho que te marchaste en la primera prueba porque no podías desplegar todo tu poder a menos que estuvieras solo. O, dicho de otra manera: realmente sí puedes combatir junto a alguien, sólo que tendrías que reducir tu fuerza.

El resultado del examenWhere stories live. Discover now